Viernes, 20 de marzo de 2015 | Hoy
MUSICA › JORGE LOPEZ RUIZ PRESENTARA HOY BRONCA BUENOS AIRES
La obra, que fue compuesta por López Ruiz a la luz del Cordobazo y con textos de José Tcherkaski, será interpretada por primera vez en la Argentina. “El contexto de bronca permanece, lo que cambia es que ahora es inexplicable”, señala el contrabajista.
Por Cristian Vitale
Como si hubiese abierto pocos frentes en su vida, a don Arturo Jauretche también hay que endilgarle el de una obra musical. Y no una cualquiera. Transcurría el mediodía de un domingo de 1967, cuando el viejo y querido creador de la sociología con estaño compartía mesa con varios personajes del quehacer nacional, en un programa de Roberto Galán. Uno de ellos era Jorge López Ruiz, un joven contrabajista de jazz que cada vez que la emisión cortaba –ésa sí era una dictadura– despotricaba lindo contra el gobierno de Onganía. El comentario de Jauretche, en medio de la andanada, no se hizo esperar. “Oiga, m’hijo, ¿por qué en lugar de gritar y putear no escribe eso que siente?”, dice que le dijo. O algo así. “No recuerdo cómo fue textual. Sí que me invitó a tomar un café y me dijo ‘yo no sé cómo usted se la pasa tirando la bronca así cuando diez minutos después nadie se va a acordar de lo que dijo... usted lo que tiene que hacer es escribirlo’. Me retó”, se ríe el músico, tras evocar el impulso primal de El Grito, obra de jazz instrumental a la Count Basie, que luego desembocó en otra más osada, que agregaba textos y una posición firme respecto de lo que pasaba en el país por entonces: Bronca Buenos Aires.
“La obra está basada en la pérdida de libertad. Yo no admito a nadie en el mundo que me diga qué debo pensar o decir... soy un fanático de la libertad. Y la obra tiene mucho que ver con eso, porque la subversión no fue la guerrilla, sino los golpes militares que subvirtieron los valores. ¿Cómo puede ser que alguien sea importante por lo que tiene y no por lo que es...? Eso es un disparate monumental”, enmarca Jorge López Ruiz, factótum de Bronca Buenos Aires, obra que se tocará por primera vez en la Argentina hoy a las 21 en el Auditorio de Belgrano (Virrey Loreto 2348) y que tiene un devenir paradójicamente poco relacionado con estas pampas: fue editada en Inglaterra, Estados Unidos, España y Japón, con los textos originales en castellano, y luego se subió el material a Internet. “Me invitaron a tocarla en Europa, con una orquesta de allá, y tuvimos el placer de ser los primeros argentinos en pisar el Píccolo Teatro. Después hicimos la grabación para la radio y televisión suiza, en el auditorio de Lugano... por supuesto que todo esto me parece un cuento de hadas”, dice el contrabajista, arreglador, director y compositor, que ha sabido trabajar con Leonardo Favio, Lalo Schifrin y el mismo Astor Piazzolla, reemplazando al enorme Kicho Díaz.
–Del pago al universo y del universo al pago...
–Acá fue editada recién en 2004, a través del sello Acqua. Y entonces no quería menos que hacerla en Buenos Aires, donde no se había hecho nunca en 46 años... Estoy más contento que caracol con rueditas.
–Habría que resignificar, en cierto sentido, el título de la obra. ¿Cómo connotar “Bronca de Buenos Aires” hoy, tan lejos del Cordobazo, que fue el hecho puntual que la motivó, además de Jauretche, claro?
–A ver. Parece que el porteño es un adicto a la bronca. Desde luego que la de hoy no es la bronca de esas décadas de dictaduras, afortunadamente. Sin embargo, el contexto de bronca permanece, lo que cambia es que ahora es inexplicable. La sociedad porteña –no digo la argentina– está muy enferma, y no es un problema ni político ni económico... es cultural.
–O psicológico...
–Como consecuencia de lo cultural, claro. Y eso hace que el texto de la obra tenga cierta vigencia por ese lado, en ese sentido específico. Parece mentira, pero es fantástico. En Francia, donde estuve hace poco, la gente vive con una austeridad que nosotros no conocemos... un trabajador promedio, por ejemplo, gana tres mil euros por mes ¡y paga trescientos de agua! En cambio, los argentinos nos dejamos copar por los medios de comunicación que tienen intereses que no son los nuestros... es una cuestión cultural. Y uno de los problemas que tenemos es que no hemos llegado con profundidad al pensamiento de Scalabrini Ortiz, de Manzi, de Discépolo, de Jauretche, en fin.
–Viene al caso: Jauretche decía que la clase media cuando está bien vota mal y cuando está mal vota bien.
–¡Qué simpleza!, ¡qué intuición! Un tipo común con un balero de aquéllos.
Bronca Buenos Aires, que fue compuesta por López Ruiz a la luz del Cordobazo y con textos de José Tcherkaski, será presentada por primera vez en Argentina bajo el impulso del Ministerio de Cultura de la Nación, la dirección de su hijo Pablo y una big band integrada por los solistas Jorge Cutello (saxo), Cirilo Fernández (piano), Oscar Giunta (batería) y el mismo López Ruiz (contrabajo) más coro mixto y un “resto” conformado por Juan Cruz de Urquiza, Sergio Wagner, Richard Nant y Miguel Angel Hornes, en trompetas; Juan Luis Canosa, Joaquín de Francisco y Milton Rodríguez en trombones; Daniel Kovacich, Damián Fogiel, Gustavo Musso y Martín Pantyrer en saxos; Javier Lozano en órgano; Andrés Pellican en bajo eléctrico y Germán Boco en percusión. Todo libre y gratis. “La obra sigue siendo no digo de vanguardia, pero por lo menos moderna, y los pibes tocan que es un infierno. La verdad es que, en algún sentido, suena mucho mejor que en la grabación original, y creo que es porque han cambiado cosas aquí, respecto de los músicos”, confiesa el hermano de Oscar, a punto de cumplir 80 años.
–¿En qué sentido lo dice? ¿Cuál sería el fundamento?
–Que los músicos de hoy no tienen la misma actitud que tenían los de mi generación. Por aquel entonces, nadie se quería comprometer con nada, en cambio estos pibes están comprometidos con la música, de verdad. Además, vienen de otro lado. En mi época, algunos músicos tenían una corchea en la cabeza, y nada más. En cambio hoy los pibes tienen otra formación, otra cultura, y mucha onda.
–¿Cómo anudaría el free jazz con las intenciones ideológicas de la obra...? Es un temita, éste.
–Yo sostengo que el jazz es intrínsecamente la música de la libertad, porque ha dejado de ser una música de Estados Unidos hace muchísimo tiempo, y se toca en todo el mundo, porque es libre, improvisada y espontánea. Particularmente, vi que por el lado de romper las estructuras era por donde podía manifestar mejor la bronca. Es eso, y cierra bien.
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