MUSICA › CONCLUYó EL 32º FESTIVAL NACIONAL DE TANGO DE LA FALDA
Mederos Trío, Esteban Morgado, Juan Carlos Godoy, Amelita Baltar y Osvaldo Piro, entre otros, además de los créditos locales, animaron las tres jornadas del encuentro cordobés, marcado por tributos varios. Gardel, Ferrer y Pugliese fueron los más recordados.
› Por Andrés Valenzuela
El domingo concluyó el 32º Festival Nacional de Tango de La Falda, Córdoba. Sin contar las actividades previas, fueron tres jornadas pletóricas para el 2x4, con algunas actuaciones memorables y mucho público en cada fecha. Desde lo artístico, esta edición del festival tuvo el homenaje como uno de sus hilos conductores. Todos los artistas recordaron a ídolos de la música ciudadana. Carlos Gardel, Horacio Ferrer y Osvaldo Pugliese –el sábado– fueron los más celebrados, al cumplirse 80 años de la partida del Zorzal y 20 de la del santito de los músicos. Las composiciones de Ferrer también fueron repetidamente interpretadas y su figura recordada. Pese al perfil tendiente a lo más tradicional del género, La Falda 2015 permitió pensar con optimismo de cara al futuro, con las actuaciones de Lisette (16 años) y Carlos Habiague (23). La ocasión sirvió para acrecentar el otro perfil del festival, que es su lugar en el plan faldense de promoción del turismo. El sábado se firmó un acuerdo de cooperación con otras ciudades (Valparaíso, Medellín, Montevideo, Junín de Buenos Aires y Godoy Cruz de Mendoza) para lanzar la Ruta Internacional del Tango, que aspira a crear un corredor turístico.
La jornada inicial, el viernes, abrió con tres voces que propusieron en su estilo y repertorio cierta estética de cantor de los años ’70. Esto duró hasta el homenaje a Osvaldo Piro, por sus 50 años de carrera como director de orquesta. El recital del maestro que siguió a la entrega de una placa fue uno de los dos grandes momentos de la noche. Piro presentó una formación compuesta exclusivamente por músicos cordobeses y una serie de arreglos exquisitos, entre los que se destacaban los de flauta traversa, interpretada por Juan Herrera, y unas texturas muy interesantes a partir de la inclusión de un cello. Piro reside en La Falda desde hace 12 años, donde se mudó en busca de tranquilidad y tiempo para componer a gusto. Una decisión que, claramente, le funciona de maravillas.
El otro gran momento de la noche del viernes llegó largamente pasada la medianoche. Esteban Morgado presentó un repertorio creativo y potente, que recompensó sobradamente a quienes aguantaron el cansancio del día para escucharlo. El viernes también actuaron Raúl Lavié (que logró la esperable aceptación entre el público) y Patricia Malanca.
El sábado, en tanto, parecía a priori como la fecha menos potente de las tres. Sin embargo, tuvo varias sorpresas agradables, y los créditos locales tuvieron mucho que ver en ello. Temprano fueron programados los faldenses de Contramano Trío, una agrupación local que ofició de base para todo el festival, acompañando a cada cantante invitado. En su set personal, sin embargo, desplegaron su virtuosismo. Tras un comienzo sobrio, levantaron progresivamente la energía y ofrecieron interpretaciones notables de “A fuego lento” y “Recuerdo” (con muy lindas variaciones).
Mederos Trío (con Sergio Rivas y Armando de la Vega) aportó una cuota de sutileza, y su líder hasta se permitió algunas humoradas, como “el momento pedagógico de la noche”, en el que trabajaron “El caburé” con y sin arreglos originales. Además, se permitieron incursionar en los valses, con “Romance de barrio”, un género del cancionero criollo poco visitado esta edición del festival.
La jovencísima Lisette confirmó en el Auditorio Carlos Gardel que los elogios que la acompañan no son exagerados. La adolescente tiene un caudal de voz notable y una gran personalidad para interpretar los temas, revitalizándolos y haciéndolos sentir modernos desde el tono y su gestualidad. El acompañamiento de los músicos de Tangoloco potenció su despliegue. Hizo una gran versión cantada de “Libertango” y presentó por primera vez un tema propio: “Eterno tango”, que celebra el género.
El punto más alto de la noche llegó con otro joven. Carlos Habiague también es faldense, “de ahí cerquita de la terminal”. Con 23 años, el muchacho no sólo tiene una voz de tenor formidable, sino que compone sus propios arreglos, ensambló y dirige una orquesta de músicos jovencísimos y no piensa sus shows sólo en torno a su figura, sino como espectáculos integrales donde la orquesta tiene su lugar, invita colegas, a un coro e incluye una pareja de baile (con la que se anima a soltar –y muy bien– algunos pasos). En la conferencia posterior al recital (ver recuadro), el uruguayo Francisco Falco lo llenó de elogios y le auguró un porvenir brillante. Oír a Habiague cantar “Remembranzas” o “Granada” le da la razón a Falco. De la jornada también participaron Mora Godoy y el ballet de Zárate, además de la Orquesta Provincial de Córdoba y Horacio burgos y Graciela Novellino.
En la jornada de cierre los conductores Silvio Soldán y Celeste Rebecchi se esmeraron en presentar las apariciones de Falco, del veterano Juan Carlos Godoy (ovacionado), y celebraron con razón la participación de Tangoloco –lo mejor de la noche gracias a su potente y ganchera fusión del 2x4 con el rock—. Además participaron Amelita Baltar y Peteco Carabajal, que no consiguió el respaldo del público, por su actuación más que discreta y un set que no incluyó ni una chacarera. En la conferencia posterior, Carabajal justificó que “el tango no me necesita, yo no vengo a aportar nada nuevo al género, sino a darme un gusto con una música que forma parte de mí”. El cierre estuvo a cargo de Esteban Riera y la orquesta de Richard Cappz. Con el último chan-chán concluyeron tres jornadas a puro tango entre las sierras.
Viendo sólo su cara, es un purrete. Un purrete que podría ser defensor central en cualquier equipo de la B Nacional jugándose el ascenso a Primera. Hasta que abre la voz, canta y sorprende. Y la sorpresa se agranda cuando se ve que este pibe de 23 piensa él mismo un show integral de nivel superlativo, que compone arreglos para una orquesta de más de quince miembros que él mismo también dirige. En la conferencia con la prensa local que siguió a su cierre, Carlos Habiague estuvo acompañado por sus invitados (el uruguayo Francisco Falco y el director del coro de la localidad de Oncativo) y la bailarina de su equipo. Oírlo hablar de su joven orquesta sorprende por su espíritu autogestivo, pero también por lo que plantea: objetivos a largo plazo, la formación en conjunto con sus compañeros de aventura y también sus –justificados– grandes objetivos. “A mí me gusta hacer todo –se reía cuando Página/12 lo consultó por sus pases de baile sobre el escenario, en medio de un repertorio tan complejo—. Me gusta que la gente pueda ver muchas cosas en un escenario, y puedo estar en un momento dirigiendo a los chicos o bailando o con un instrumento, aunque por supuesto sin descuidar lo mío que es el canto.”
Falco lo colmó de elogios. “Me gustaría que todos ustedes tuvieran muy presente que en cada generación hay una revelación, una gran estrella. Algunos dirán que yo hablo con el diario del lunes. Sepan que hablo con el diario del lunes de los próximos cincuenta años: Carlos está llamado a ser la gran estrella del tango de su generación.” El uruguayo se declaró un “artista común” en comparación con el faldense y celebró su capacidad de trabajo como camino al éxito.
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