Es huarpe. Canta, y toca la guitarra. Compone, y adora a Armando Tejada Gómez. Es cacique de la comunidad guentota, y acaba de sacar un disco (De hierro y barro) que entrelaza ambos campos: música e identidad. Se llama Marcelino Azaguate y –lógico– algo tiene para decir desde cada aspecto. Desde el disco, por caso: “Es un disco bien de Cuyo, porque tiene todo de aquí: cuecas, tonadas y gatos, más los aportes de Luna Monti, Carolina Peleritti, Goy Karamelo y Bicho Díaz, que profundizan en las raíces americanas”, asegura él, como un anticipo de lo que vendrá hoy a las 21.30 en el Teatro Independencia (Chile 1754, Mendoza). Otro aspecto inevitable es la figura de Tejada Gómez y una de las máximas del libro Los telares al sol, que guía el disco: “¿Qué hago con esta sangre de dos sangres?”. “Es una frase que me representa porque tuve y tengo mi vida que he desarrollado del campo a la ciudad, y de la ciudad al campo, pero no me siento dividido en dos sangres, sólo tengo una sangre y una espiritualidad que es huarpe y americana”, define Azaguate que, entre otros antecedentes, cuenta con el de haber actuado y dirigido musicalmente la película Compadres, precisamente basada en la obra de Tejada.

El otro aspecto, también inevitable, es su cacicazgo. “Nací en Cuyo, donde tanto los primitivos habitantes como los actuales nos autodenominamos huarpes, y la familia me ha designado como representante bajo la figura de cacique. Y en este rol cumplo funciones principalmente políticas a la hora de las negociaciones con el Estado u otras organizaciones”, sostiene, sobre un rol que le cabe –a él y a miles– desde que la Constitución Nacional reconoció a los pueblos originarios como preexistentes a la formación de la república. “En lo social tenemos las bases de la comunidad sobre nuestras familias; en lo económico trabajamos fundamentalmente con la cría de cabras, ovejas y vacas; y en lo político con una comisión en la cual soy el representante junto con el primer y segundo principal”, redondea, sobre el modo de organización de la comunidad en la que vive parte de los trece mil seres que reconocen ascendencia huarpe. Y que él refrenda en vida y obra. En todos los aspectos.