MUSICA › PEPSI MUSIC UNDERGROUND, EN LA LíNEA H DEL SUBTERRáNEO PORTEñO
Babasónicos, El Cuarteto de Nos, Illya Kuryaki and the Valderramas y Leo García, entre otros, animaron este atípico encuentro de madrugada, que largó en la estación Corrientes y tuvo tres paradas: Humberto 1º, Inclán y Parque Patricios.
› Por Yumber Vera Rojas
Luego de comenzar su show con “Ula ula”, y mientras se preparaba para interpretar su clásico “Jaguar House”, Emmanuel Horvilleur, pilar de Illya Kuryaki and the Valderramas, saludó al público con un efusivo: “Buenas noches, Humberto 1º”. Aunque fuera de contexto se puede interpretar como una cargada, no lo fue, pues en la madrugada del domingo la Línea H del subte porteño abrió sus puertas, tras prestar su servicio convencional, para la primera edición del Pepsi Music Undeground. Si bien en un primer pantallazo la propuesta del encuentro musical parecía aludir a la reunión de algunos de los protagonistas de la incipiente escena del rock argentino, en la praxis el nombre del mini festival no era más que un juego de palabras que remitía al servicio del tren subterráneo de Londres. Y es que salvo los noveles Barco (herederos del sonido de Soda Stereo en 2015) y Bandalos Chinos, ambos representantes del indie nacional actual, el plato fuerte del evento fueron, amén de la agrupación que colidera Dante Spinetta, Babasónicos, El Cuarteto de Nos y Leo García.
Dividido en cuatro tandas de público (conformadas cada una por poco más de 200 personas), el recorrido, que largó en la estación Corrientes, tuvo tres paradas: Humberto 1º, Inclán y Parque Patricios. La primera sirvió de escenario para Illya Kuryaki and the Valderramas, mientras que en la segunda esperaba El Cuarteto de Nos, y la última se transformó en el aforo para que Babasónicos despidiera un evento novedoso entre la oferta musical porteña. Contagiado por la extrañeza de la iniciativa, el público, que adquirió las invitaciones (el pequeño festival era gratuito) a través de los diferentes concursos que organizó la marca en las redes sociales, se entregó desde el vamos al arengue de un plan recitalero atípico, cuya única referencia apuntaba a los improvisados shows de los músicos ambulantes. Lo mismo que los artistas, algunos de los cuales, seguramente, no pisaban el subte desde que la fama los bendijo.
Una vez que llegó el primer tren a Humberto 1º, el tándem conformado por Horvilleur y Spinetta recibió al público del otro lado de las vías, después de que bajara de éste y se ubicara a lo largo del andén, con ese ya efectivo y tradicional set de funk verseado que, aparte del primer corte de su último disco de estudio y del temazo de Chaco, incluyó un par de canciones más. Del que despuntó una potente versión de Jugo. Así que tras el cuarto tema, la banda se despidió del grupo de gente debutante en su recital, que luego tomó rumbo hacia Inclán para ver a El Cuarteto de Nos, e hizo tiempo mientras esperaba a la próxima camada de espectadores, a los que les brindó un puñado de éxitos totalmente distintos a los de su predecesor. Al dejar atrás a Illya Kuryaki and the Valderramas, antes del tercero de sus cuatro actos, Leo García se colgó la guitarra, y con el subte andando en camino hasta Inclán, prendió la fiesta entre los pasajeros a partir de hits instalados en el imaginario colectivo como “Pedirte más” y “Morrissey”.
Al tiempo que los Kuryaki y el ex Avant Press se prestaron para una experiencia que se tornó en una alternativa frente a la falta de espacios para tocar que reclaman los músicos locales, y que no pararon de registrar los espectadores con sus celulares inteligentes, El Cuarteto de Nos repitió el mismo set a los cuatro grupos de público que pasaron por la estación para verlos. Además de cerrar con “Yendo a la casa de Damián”, la agrupación comandada por Roberto Musso no se quiso complicar la existencia, y repasó, a manera de loop, y siempre en el mismo orden, “El hijo de Hernández”, “Invierno del 92” y “Roberto”. Al finalizar el tercer acto de los uruguayos, Leo García, ya cómodo en su lugar de trovador subterráneo e improvisadamente ambulante, se mandó, ahora al final de la unidad, un par de temas más hasta la llegada a la estación Parque Patricios. Al bajar del tren, el cantautor se subió al escenario para concluir su riada musical en la que también tuvo chance de tributar a su amigo y mentor, Gustavo Cerati, con una versión acústica y rauda de “Lago en el cielo”.
Si bien al inicio del Pepsi Music Undeground habían advertido que Babasónicos no comenzaría hasta que llegara la última avanzada de público, para que todos tuvieran la chance de verlos, la paciencia comenzó a hacer ascuas tras una hora de espera por el bendito tren. Luego de su arribo, y tras los intentos de llevar el momento cuesta arriba por parte de un conjunto de metales (al estilo balcánico, pero con groove), el grupo liderado por Adrián Dárgelos, y en el que Carca brilló por su ausencia, abrió con “Risa un show”, con el escenario (a diferencia del resto de los artistas) ubicado sobre el hall de la estación, caracterizado por un sonido precario y una visibilidad casi nula (el techo era tan bajo que la banda estaba poco más que al ras del suelo). Después de hacer “Y qué”, y antes de exorcizar a “Carismático”, “Yegua”, “La lanza” y “Putita”, el frontman de la agrupación, cerca de las cuatro de la mañana, advirtió: “Me había olvidado de saludarlos. Una vez en la vida, nosotros juntos acá abajo”. Y sí. De vuelta en el under.
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