Martes, 8 de marzo de 2016 | Hoy
MUSICA › GEORGINA HASSAN, MARINA SANTILLáN Y LUVI TORRES PRESENTARáN HOY EL ESPECTáCULO CANTORAS
Las cantautoras, que se conocen desde hace años, se cruzarán en el Café Vinilo como modo de celebrar el Día de la Mujer. Y hablan de “rasgos en común, estéticos, ideológicos y espirituales”.
Por Cristian Vitale
Tres mujeres. Tres cantoras. Tres compositoras con un fin común: ninguna busca fama, ni éxito fácil, ni estar cómoda en el cartel. Lo que hacen es construir lindas canciones. Georgina Hassan, una de ellas, crea sobre raíces, naturalezas y viajes. Entre muchas interacciones musicales, cantó en el disco Kalea, junto a Pablo Milanés, Pedro Aznar, Lila Downs e Ivan Lins. Y tiene tres CD: Primera Luna, Como respirar y Tornasol, un libro-disco con poemas y canciones publicado en 2014. La otra, Marina Santillán, además de cantar y componer es “facilitadora de sanación energética”. Tuvo un grupo enteramente dedicado a la obra de Atahualpa Yupanqui (Mama Yungay) y publicó un disco (Mar adentro) grabado con elenco deluxe: Oscar Alem, el Mono Hurtado, Oscar Giunta y Quique Condomí, entre otros. La tercera en cuestión, Luvi Torres, debutó en las bateas hace dos años con Ser el agua, grabó el Himno nacional con la Lito Vitale Orquesta, tuvo un dúo con Gaby Kerpel, vive en una huerta de Cañuelas, fue mamá hace poco, y gravitó con su voz en el nodal Lecturas argentinas, de Ernesto Snajer. “Nos conocemos desde hace mucho, de estar compartiendo espacios laborales afines”, introduce Santillán.
Se conocieron y profundizaron, claro. Las tres, en sintonía y acorde a sus trayectos, fueron elegidas para conmemorar el Día de la Mujer (hoy a las 21 en Café Vinilo, Gorriti 3780) bajo el nombre de Cantoras. “Por supuesto que la voz de Mercedes Sosa nos une y ha sido nuestra maestra”, explica Hassan, en obvia referencia al título del último disco en vida de la Negra. “Pero el nombre del espectáculo tiene que ver también con recuperar el sentido de la palabra cantora, porque es una palabra, no un rótulo, porque se define en la acción. Otra cosa es que esto no es solo un invento de una fecha “vacía”, sino el significado de un sentido de encontrarnos y, bueno, esto tiene un “contenido”, señala la cantautora. “Y una necesidad, porque lo que siento desde mi necesidad como ser humano se trata de reencontrarme con esa energía femenina, y siento que hay un revivir de ella en toda la humanidad. De resignificar en todos nosotros, seres masculinos y femeninos, esa suavidad y esa contención de la energía femenina. Siento que esto viene a acunar un montón de cosas que nos están pasando como humanidad, que son desastrosas. Y siento que la energía femenina va a encontrar otro orden en lo que nos está pasando”, profundiza Torres.
“En mi caso, creo que esta combinación entre las tres tiene que ver con rasgos en común tanto desde aspectos estéticos como ideológicos y espirituales. De alguna manera hay un camino que, si bien con los rasgos singulares de cada una, va hacia un mismo lugar de encuentro”, retoma Santillán, acerca de ese trayecto que coincidirá, esta vez, en lugar, día y hora. “Nos encantaría poder hacer todo el concierto juntas, pero la realidad es que cada una va a tener su espacio, y al final vamos a compartir canciones las tres juntas. Y esas canciones compartidas van a ser propuestas por cada una. Fue como muy suelto: una tira una canción y entre las tres la vamos completando”, prevé Torres, sobre la dinámica del repertorio. Y tercia Hassan: “Lo interesante es que, como estamos aportando composiciones nuestras, ya hay en ellas rasgos de identidad propia. Entonces, cuando se suman las otras, abre la posibilidad a que se produzca algo diferente”.
Luvi Torres: –En la tierra. En apropiarnos de nuestra energía femenina. La vida misma se dice en la canción y una aparece ahí canalizando esa información y brindándola como prenda al otro. No sé, el otro día, trabajando con tomates en la huerta, me vino una imagen y es que el tomate también tiene su canción, y queda ahí, para él. Esa es la canción más esencial, más pura. De ahí, la canción se recolecta y se lleva a contexto de escenario.
Georgina Hassan: –Una vez me preguntaron si me sentía cantora o cantante, y estuve un montón de tiempo pensando en esa respuesta. Creo que cantante tiene más que ver con vivir de la música, con que sea un oficio. Y cantora, con esa necesidad que una tiene de volverse a preguntar por qué una canta. Es el principio de la existencia de la música, que es para acompañar la vida. Esa pulsión que nos hace cantar es la que una tiene que recordarse todo el tiempo, sobre todo cuando te terminás dedicando a esto como un trabajo. Hay que resignificar esto de ser cantora.
Marina Santillán: –Yo, “Estrella”, porque habla de los procesos de gestación. De esa transición que implica llegar a un estadio nuevo, a algo que nació, y habla de la dualidad, de ese tironeo interno que una siempre tiene. Es una canción representativa de todo aquello que veo nacer, y me parece que es adecuada para la celebración del día de la mujer, porque tiene que ver con un montón de rasgos que incluyen la maternidad. Que no necesariamente tiene que ser una maternidad física, sino esa capacidad de cada una de nosotras de reinventarse. Es una canción que habla de atravesar la dualidad, y cantarla entre las tres implica poder trascenderla. Se trata de escuchar a las otras y tejer un tempo que nos cuaje a todas, sin tironeos ni dualidades.
G. H.: –Ya que hablás de tejer, yo elegí “Zurcir”, un verbo que está casi en extinción, y que usaban nuestras abuelas para reparar ropas. Hoy ya nadie zurce sino que se tiran las cosas y se compran otras. Esta canción habla precisamente de la necesidad que tenemos de reparar un montón de cosas individualmente y como sociedad. Dice que cuando un árbol se derrumba, vuelan miles de semillas, y esto tiene que ver con que, a pesar de tanta muerte, la vida siempre resiste y las semillas tienen la capacidad de ser muchas y livianas. Es una canción que representa el entramado que tenemos que encontrar nosotras para cantar juntas, y zurcir.
L.T: –La mía es “Ay lunitay”, una canción al agua con todo lo que representa ella para nosotros. S surge de la necesidad de reconectarse con la Luna, que es un cuerpo en el espacio que está sincronizado con las aguas de nuestro planeta y también con las aguas de nosotras, las mujeres, en el ciclo de la menstruación, que es algo medio tabú y que por eso hay que compartir y hablar. Somos parte de la naturaleza y estamos en armonía con ella, pese a que la vorágine de la ciudad nos va educando de otras maneras y nos saca de la armonía. “Ay Lunitay” es un llamado a volver a sincronizarse con ese ciclo de la Luna que mueve a las aguas. De volver a conectarse, de eso se trata.
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