MUSICA › LEANDRO KALEN PRESENTA SU DISCO MECANICA CELESTE
En su disco conviven versiones de Spinetta y Charly con material propio, matizado por participaciones de Litto Nebbia, Jorge Cumbo, Alambre González y Hermeto Pascoal. “Tratamos de rescatar ese espíritu de tocar para jugar, para probar, para encontrarse.”
› Por Cristian Vitale
Se llama Leandro Kalén. Tal vez no esté en las vidrieras del business, pero grabó un disco (Mecánica Celeste) munido de una larga lista de invitados que parece contradecir cierta sospecha de ostracismo: Litto Nebbia y Hermeto Pascoal, entre ellos. Jorge Cumbo, Alambre González; Juan Namuncurá y Juan Carlos Ingaramo, también. Un disco de dieciséis piezas que surfean olas bravas a través de un mosaico de géneros que van del jazz, el candombe y la bossa nova hasta las músicas antiguas, el pop y el rock. Un disco ecléctico más, al cabo. “La mecánica celeste es una disciplina que estudia el movimiento de los astros, y me parecía un concepto que podía sintetizar el diálogo posible entre lo concreto y lo abstracto”, introduce este multiinstrumentista, cantante y compositor, que presentará su trabajo hoy en El Quetzal (Guatemala 4516). “Todos vemos las estrellas, pero ninguno las ha tocado, y el disco de alguna manera plantea eso, hacer dialogar los extremos en esto de aproximarse a varios géneros en un disco largo. Me interesan mucho algunas ciencias y pseudociencias, la física cuántica, los universos paralelos y Carl Sagan, pero no porque sea un entendido en lo lógico sino porque preguntarse por esas cosas te sacan de lo mundano, te ayudan a ver el mundo desde otra perspectiva”, cuenta Kalén que, además de los mencionados, convocó unos ¡setenta músicos! para que lo acompañen en la travesía.
Una breve biografía sobre el hombre dice que nació en Buenos Aires en 1985. Que estudió en la Escuela de Música Popular de Avellaneda. Que desfiló para Fuerza Bruta en el bicentenario representando a los Pueblos Originarios. Que es director del show La Pantera Rosa con música en vivo, donde orienta a una orquesta de seis miembros que musicaliza en vivo capítulos originales del personaje de Blake Edwards. Y que produjo conciertos temáticos dedicados a la obra Luis Alberto Spinetta (Hombre de Luz) o Pat Metheny, además de haber escrito un libro –a lanzar en breve– llamado Feliz Hoy! y producir el espectáculo Te abracé en la noche, una celebración temática de la obra del cantautor uruguayo Fernando Cabrera. “Este fue un concierto que hice en El Universal y está en sintonía argumental con el concierto de Hombre de Luz, que fue lamentablemente el primer ‘homenaje’ que hubo luego del fallecimiento del Flaco... una semana después, para ser exactos. Había sido programado desde diciembre del año 2011, cuando él estaba enfermo, y en ese momento pensaba que tocar su obra con amigos era la mejor manera de mandar buenas energías, sobre todo después de la tapa horrible de Caras. Digo lamentablemente porque yo no la pasé muy bien”, rememora Kalén, un spinetteano más en el universo.
Parte de un universo que está reflejado a través de una de las pocas versiones “de otros” que porta el disco: “Viento del Azur”, pieza del maravilloso A 18 minutos del sol, de Banda Spinetta. “La versión pertenece al proyecto Spinetta se hace folklore, de la recopilación de Radio Nacional Folklórica que luego se convirtió en el disco Raíz Spinetta. El tema sólo se pasó en la radio en su momento; luego el proyecto tomó otra dirección al intervenir Sony, por lo que se privilegió la participación de artistas de mayor renombre. Entonces aproveché, rearmé la versión más a mi gusto y la incluí en el disco, cerrando la Santísima Trinidad Nebbia-Spinetta-Charly”, explica Kalén, que también visitó “Los dinosaurios”, de García. “Charly tiene unos temas que me paran los pelos de todas partes, letrística y musicalmente, y éste es uno de ellos. Musicalmente me cuadraba mucho como candombe en el proceso de armado del disco... contacté a Jimmy Santos (prócer del candombe uruguayo) y se armó una linda juntada en el estudio”, evoca.
Respecto de sus composiciones, que son mayoría, se destacan por sus climas, texturas, finuras, vuelos y diversidades algunas como “Pueblo”, “Extraño” o “Continuidad”, cuya voz comparte con Nebbia. “Es una canción que obedece a algunas preguntas existenciales que estaba teniendo. De antemano soñaba con que la cantara Litto, del cual siempre me llegaron especialmente esas canciones con esas letras y métricas largas que en cualquier otro me sonarían casi imposibles. Hablo por ejemplo de ‘Reflexiones sobre la soledad’, ‘Dos que ya no cambian’, ‘Cuando te veas crecer’, o ‘Un sueño no es una mentira’, tema del disco Parábola de Rodolfo Alchourrón, que fue una gran influencia para mí y del cual mi viejo, Máximo Rodríguez, fue bajista. Para mí es un sueño cumplido, y ojalá siga haciendo cosas con Litto”, señala el músico, que también se refiere a otros seres musicales que lo rodearon en el disco.
A Cumbo, el gran aerofonista, por caso. “Amo ese terrible sonido que tiene con su instrumento”, refiere. Al ex pianista de Los Músicos del Centro Juan Carlos Ingaramo, a quien refugia en parecidos conceptos, y a una serie de músicos que convocó mundo virtual mediante: Miriam García o Michel Borstlap, pianista de Gino Vannelli y Bill Bruford. “Les expliqué someramente la idea contando con el ‘no’ como posible respuesta”, se ríe Kalén. “Pero sucedió: Jorge vino al estudio, le di una partitura y estuvimos un rato buscándole la vuelta y quedó. Con Miriam fue exactamente igual. Todos participaron con muy buena predisposición, tratando de rescatar ese espíritu de tocar para jugar, para probar, para encontrarse. La gran mayoría improvisó sobre pautas, o directamente hizo lo que se le cantó, a excepción de las secciones de cuerdas y caños que ya tenían arreglos escritos. Disfruto mucho de trabajar con músicos diferentes, involucrarme en sus lenguajes particulares. Creo que eso impregna positivamente lo propio, lo enriquece”
–¿Y con Hermeto, la “figurita difícil”, cómo fue?
–Una amiga periodista le hacía una nota luego de un concierto en el interior argentino. Mientras estaba pensando justamente en los invitados para el disco, le pregunté si de caradura no le tiraba si quería hacer algo. Hacia el final de su nota, ella le explicó que tenía un amigo que hace una música así y asá, con un vuelo así y asá, y que estaba haciendo un disco, y si deseaba aportar alguna intervención. Pues ahí mismo, Hermeto le responde que sí, que podía improvisar un poema... todo esto mientras ella tenía su grabador prendido. Así es que Hermeto dijo lo que quedó plasmado en “Submundo”, el tema que más se ajusta al espíritu de su música, porque es casi todo zapado.
–Lo que faltaba para completar un eclecticismo casi total...
–Es que me embolan los “ghettos” y poses que se arman con los géneros. Resultan como una suerte de alcurnia masturbatoria, que en vez de intentar trascender los límites establecidos se aburguesan, y acaban siendo conservadores y obsecuentes con las tendencias y estructuras.
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