Lejos de los ojos del mercado y la televisión, desde comienzos del nuevo siglo se viene cocinando en todo el país una canción de raíz folklórica que, entre otros aspectos, se preocupa por crear nuevo repertorio y actualizar el sonido sin desatender los legados musicales o las fuentes ineludibles de la música popular. En eso andan Manuel Orellana y Rodolfo “Pelu” Lucca (Orellana-Lucca), un dúo santiagueño que continúa con la tradición musical abierta por Andrés Chazarreta, Sixto Palavecino, Carlos Carabajal, Los Manseros Santiagueños, Jacinto Piedra y que llega a nuestros días con nombres como Dúo Coplanacu, Peteco Carabajal, Horacio Banegas y Raly Barrionuevo, entre muchos otros. Después de cambiar de nombre dos veces por cuestiones legales (primero fueron Presagio y luego Dúo Terral), Orellana-Lucca se viene consolidando como una de las propuestas de raíz más potentes y novedosas de su generación. Aunque los premios a veces no digan mucho, los santiagueños se llevaron la “Consagración” en la última edición de Cosquín. A fines del año pasado publicaron Hermanos, un discazo doble con nuevas composiciones y lecturas actuales de temas propios y ajenos. Según ellos, es una “síntesis” de estos 16 años de camino. Hoy a las 21 lo presentarán en el ND/Teatro, Paraguay 918.

Si bien el dúo se originó en Córdoba en 1999, hace algunos años regresaron a Santiago del Estero. “Córdoba es un buen lugar porque está en el centro del país, es un punto de encuentro para los músicos. Pero ya hace mucho tiempo nosotros hemos elegido nuestra forma de vida en Santiago y desde ahí salir adonde tenga que ser, desde nuestro lugar. Pero siempre se dice que Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aiers. Entonces, venimos esperanzados para abrirnos a nuevos públicos”, dice Manuel Orellana, cantor y compositor de joyas como “Milagro del tiempo”. “Siempre cantamos en peñas acá, donde hay un contacto directo con el público. En este caso, hemos elegido este teatro para que sea algo más formal y poder traer a todos los músicos que han participado en el disco”, completa. El disco llega cinco años después de Habitantes de mi tierra (2009). Pero no es algo que los inquiete. “Sacamos discos cuando consideramos que teníamos un grupo de canciones para mostrar. No tomamos como algo malo que hayan pasado cinco años sin publicar, porque en este tiempo pudimos reflexionar sobre la música, componer canciones que hoy las plasmamos acá”, enlaza “Pelu” Lucca. “La idea siempre fue hacer canciones propias, es una forma para mantenernos también. Nunca se nos cruzó por la cabeza hacer algo comercial”, se ataja Orellana.

El disco es doble y tiene 25 canciones, 18 de su autoría. Está producido de manera independiente. El primero cuenta íntegramente con composiciones propias y sobresalen “El aparente” (con letra de Ramiro González y música de Rodolfo Lucca), la chacarera “La luna” (Marcelo Mitre y Manuel Orellana) y la andina “Llueve”, dedicada a “la gente de Jujuy”, entre otras. En tanto, el segundo (grabado en vivo en el estudio) es un recorrido por canciones suyas o de otros que tocaban en vivo pero nunca habían grabado, como “Chacarera de la ausencia” (Orellana), “Zambita pa’ mi universo” (Omar “Pica” Juárez) o “Lo que el alma piensa” (Manuel Quiroga y Marcelo Díaz). Y se animan también al repertorio litoraleño con “El cosechero” (Ramón Ayala) y “Rio de camalotes” (Mario Alberto Corradini). “Son canciones que siempre nos gustó cantar y queríamos asumir algunos riesgos”, explica Lucca. Y grabaron también algunas perlas que les quedan a la perfección: la bellísima “Zamba del arribeño” (Néstor Soria y Juan Falú), la chacarera “Mi tierra sigue latiendo” (Horacio Banegas) o la tremenda “Chacarera del patio”, del maestro Carlos Carabajal, que en manos de Orellana-Lucca suena eléctrica, poderosa y parece haber sido compuesta ayer.