MUSICA › OPERA ARGENTINA EN EL COLON
Un romance de zapateros con sonidos del siglo XX
Juan José Castro fue uno de los personajes fundamentales de la vida musical argentina. Fue perseguido por el peronismo y director del Colón. Hoy se repone, en ese teatro, La zapatera prodigiosa, su primera ópera.
› Por Diego Fischerman
Amigo de Manuel de Falla, organizador incansable de conciertos, responsable, entre otras cosas, de hacer conocer en Buenos Aires y en Montevideo La consagración de la primavera de Stravinsky, el compositor y director de orquesta Juan José Castro fue uno de los personajes fundamentales de la vida musical rioplatense en la primera mitad del siglo XX. En 1943 escribió, basándose en el texto de Federico García Lorca, la ópera La zapatera prodigiosa. La obra se estrenó recién seis años después y en Montevideo. La causa fue que, a raíz de una solicitada que había firmado en contra del gobierno, el mismo año de la composición, y, más tarde, su oposición a Perón, había debido exiliarse. En el Colón, esta primera ópera se representó más adelante, en varias oportunidades, la última de ellas en 1987. Y hoy subirá a escena nuevamente, con dirección musical de Reinaldo Censabella y régie de Alberto Félix Alberto.
Nacido en 1895 y autor de otras óperas, como Bodas de sangre (1952), también basada en García Lorca, y Proserpina y el extranjero (1960), con libreto de Omar de Carlo, Castro fue hijo de un cellista y luthier oriundo de Galicia. Becado en 1916 para estudiar en Francia, viajó en 1920 y allí fue alumno de Vincent D’Indy. En 1933 fue nombrado director general del Colón, junto a un directorio integrado entre otros por Victoria Ocampo. Sus primeras dificultades políticas las tuvo al negarse a contratar a una bailarina recomendada por un concejal –la artista, según los testigos una cultora involuntaria del kitsch, fue quien inspiró la obra Familia de artistas, de Kado Kostzer–. En 1947 fue designado director de la Filarmónica de La Habana y en 1948 fue nombrado director titular de la orquesta del S.O.D.R.E, en Uruguay. En Montevideo estuvo tres años, luego, de 1952 a 1954, condujo la Victorian Orchestra de Melbourne y, más tarde, se estableció en Roma. Su regreso a Buenos Aires, en 1955, fue presentado por las nuevas autoridades políticas como un retorno triunfal y, en 1956, fue nombrado director de la Sinfónica Nacional, cargo al que renunció en 1960.
La zapatera prodigiosa es, como otras obras emparentadas con el nacionalismo argentino de comienzos del siglo XX, hispanista. El texto cuenta los enredos amorosos de una joven zapatera coqueta con su marido, también zapatero pero cincuentón, y la música, tan modernista como cautelosa, tiene, entre otras virtudes, una notable orquestación. En esta ocasión el Coro Estable del Teatro Colón estará preparado y dirigido por Salvatore Caputo y la nueva producción contará con escenografía de Marcelo Salvioli, vestuario de Cynthia Sassoon, asesoramiento coreográfico de Carlos Trunsky e iluminación de Eduardo Caride. El papel de la zapatera estará representado por la soprano española Carmen González, quien realizó estudios en el Conservatorio Real de Madrid y obtuvo un premio extraordinario en el concurso Francisco Viñas. González debutó a los diecinueve años en Rigoletto, de Verdi, en la Plaza Porticada de Santander, título que repitió en Palma de Mallorca y Bilbao. Interpretó La bohème en Las Palmas, Oviedo y en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, junto a Luis Lima, y participó en un concierto de la Orquesta de la Metropolitan Opera House junto a este cantante y Plácido Domingo.
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