“Este es mi año”, sintetiza Gustavo Cerati, como si hiciera falta. En el camarín del Luna Park los Premios Gardel que acaba de recibir forman ronda sobre una mesita ratona: son siete, uno de ellos dorado. Recién lo vino a saludar su mamá (que también suele seguirlo desde el VIP en recitales como el que dio en el verano en Mar de Plata), y todavía hay tiempo para abrir el champán. Después de vivir su noche consagratoria a nivel local (afuera ya la tuvo cuando ganó dos Grammy latinos), el músico ensaya explicaciones para el efecto Cerati que desató su disco Ahí vamos y su hit “Crimen”, con un recital para 200 mil personas incluido. Más allá de los fundamentos técnicos y emocionales, no siempre son posibles las razones concretas: “Hay momentos en que está el cosmos a favor, es así. Los discos y las situaciones caen en un momento particular, y producen un efecto que quizá no es el mismo en otro momento. Eso no se puede controlar, va más allá del disco”, dice el gran ganador de los Premios Gardel, en diálogo con Página/12 y otros medios.

Lo primero que aparece es la diferencia entre nominaciones y premios: el más nominado de la noche era Andrés Calamaro, aunque por diferentes producciones (El palacio de las flores, Tinta roja, el DVD Made in Argentina). Calamaro no pisó el Luna Park y terminó ganando en las categorías “Tango Nuevas Formas” y “Mejor DVD”. “¡El ya tuvo el Oro el año pasado! ¡La justicia es justa!”, bromea Cerati. “Es más: pensaba que iba a estar más reñido. Ya saben: Calamaro querido y esas cosas...”, sigue, y explica: “Es la primera vez que me nominan tanto, y hasta donde sé, es la vez que más nominan un disco en particular. Yo pensaba que algún premio me tenía que llevar, pero no me imaginé que iban a ser casi todos. Es posible que muchos otros se los pudieran merecer, pero yo no puedo decretar nada en ese aspecto. Sí sé que este disco tiene mucho trabajo, y si tuvo tantas nominaciones es porque se notó ese trabajo”.

–¿Tiene alguna otra explicación posible para tantos premios?

–Que éste es mi año. Esta vez hice en un año lo que antes hacía en más tiempo, de alguna manera a contrapelo de lo que la industria parece proponer. Cualquier premio te pone alegre, pero lo que más me gusta es que todo fue en poco tiempo, y evidentemente no desilusionó a todos los que apostaron al trabajo. Además, uno cosecha lo que siembra. Y yo no creo que un disco sea un fenómeno en particular. Ni siquiera me parece mi mejor disco.

–¿No?

–¡No! Es una de las posibilidades en las que me metí. Es una muletilla decir “éste es el disco”. Creo que me permitió algo más popular, por su carácter más clásico, algo que busqué ex profeso, porque necesitaba simplificar el mensaje. Pero aun así, aun cuando yo supiera que eso podía ocurrir, ¿cuántos discos hay que tienen todo y no producen tanto revuelo? Sin ir más lejos, “Crimen” es un tema que fue propuesto por la compañía, y por eso digo que es un tema bastardo... ¡si hasta en un momento se lo mandé a Shakira! Es uno de los temas más simples del disco, y ese despojo, esa cuestión de escribir más como cartas, genera una comunicación más clara con la gente.

Cerati tendrá tiempo para hablar de pertenencias que generaron divisiones históricas: “Yo siempre pertenecí a la cultura del rock. Aun cuando los más acérrimos rockeros consideren que lo que hago está dentro del pop, para mí es como si Led Zeppelin no fuera rock”, dice. Y para explicar por qué no se puede terminar de tomar en serio los premios, más allá de agradecerlos y disfrutarlos: “Seamos realistas: ¿cuántos discos fantásticos, que uno consume y recomienda a sus amigos, no van a acceder nunca a un premio? Yo tengo el beneficio de haber sido durante mucho tiempo un artista popular, reconocido, entonces estoy acá. Me tocó ésta y la disfruto. No sé si en otra época la hubiera disfrutado tanto. Ahora disfruto mucho más: por la edad, y porque me cansé de no disfrutar, por la propia exigencia personal”.

Hay otro gran tema que siempre ronda a Cerati, en forma de rumores diversos: ¡¿Y?! ¡¿Vuelve Soda Stereo?! “Sí, hubo propuestas”, admite el músico. “Pero no hay nada concreto.” Dice que quiere ser cuidadoso con el tema: “Con Zeta y con Charly durante mucho tiempo no nos vimos, y eso fue muy sano. Nunca tuvimos mala onda ni nos peleamos, pero recién nos encontramos ahora. Nos vieron, nos sacaron fotos... y eso genera una expectativa mayor, además del tema de que pasaron diez años. Si alguna vez ocurre –y puede ocurrir, porque si uno mira alrededor todos los grupos en algún momento hacen algo– hay una sola cosa que espero: que no lleguemos muy patéticos”.