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Lunes, 10 de septiembre de 2007

MUSICA › EN UN ACCIDENTE VIAL, MURIERON DOS INTEGRANTES DE LA LEGENDARIA AGRUPACION LOS TUCU TUCU

Un día negro para el folklore argentino

El auto en el que el grupo viajaba de Santa Fe a Tucumán fue arrollado por un tren. Los fundadores Ricardo Romero y Héctor Bulacio murieron en el acto, Carlos Sánchez y Roberto Pérez tienen pronóstico reservado.

 Por Karina Micheletto

Dos integrantes de Los Tucu Tucu, una de las formaciones tradicionales del folklore argentino, murieron ayer en un accidente en Santa Fe, cuando el auto en el que viajaban fue arrollado por un tren. Se trata de Ricardo Romero, el fundador y la voz grave del grupo, y Héctor Bulacio, cofundador del cuarteto. Los otros dos integrantes, Carlos Sánchez y Roberto Pérez, se encuentran fuera de peligro, aunque con pronóstico reservado debido a las distintas fracturas y contusiones que sufrieron: los equipos de emergencia debieron trabajar durante horas para sacarlos de entre los hierros. El accidente se produjo a las 6.30 de ayer, en la localidad de San Cristóbal, cerca del cruce de las rutas provinciales 4 y 13, cuando un tren del Belgrano Cargas embistió en un paso a nivel al Renault Megane en el que se movilizaban los músicos. El cuarteto, que mantenía una activa agenda de presentaciones en todo el país, había salido de la localidad de San Lorenzo, donde habían actuado en la noche del sábado, y se dirigían hacia Tucumán, donde tenían previsto presentarse en el festival Septiembre Musical.

Los Tucu Tucu se formaron en 1959 en la provincia de Tucumán, en medio del surgimiento de la efervescencia del folklore que caracterizaría la década del ’60. Ricardo Romero, el creador del grupo, pensó que así como otras provincias ya tenían sus grupos vocales característicos, Tucumán debía tener el suyo. Así sumó su voz de bajo a la de Héctor Hugo Bulacio, segunda voz y segunda guitarra del conjunto, también tucumano. Los otros dos integrantes actuales, Carlos Alberto Sánchez (primera voz y percusión) y Roberto Pérez (primera guitarra y primer tenor), los más jóvenes del conjunto, se incorporaron más tarde a la formación.

En 1965 se incorporó a Los Tucu Tucu la voz de Coco Martos, que sumada a la de Bulacio, Romero y Chango Paliza terminaría de definir una identidad musical que haría reconocido al grupo dentro del folklore. Algunos de los primeros temas con los que el conjunto dejó su sello en el cancionero son “Tristeza del porqué”, “Zafrero”, “Sin adiós” y “La cautiva”; más tarde incorporarían al repertorio temas propios y de compositores nuevos, y canciones como “Candombe para José”. Pese al tiempo transcurrido y a los cambios de integrantes, el estilo de Los Tucu Tucu se mantuvo intacto en sus más de 40 años de trayectoria. “Supieron hacer suyas las palabras de Machado ‘se hace camino al andar’, y ese andar los llevó a cosechar más aplausos y recorrer más caminos con canciones que calaron en lo hondo del corazón”, describía su trabajo un reciente boletín de prensa del grupo.

Además de haber sido nombrados padrinos de varios festivales como La Chaya de La Rioja, Jesús María, Monteros, La Santafecita, Reconquista, Tinogasta y Merlo, cosecharon premios como el Ñandú de Oro como intérpretes y autores en el Festival de Punta Arena (Chile), el Primer Premio Internacional de Folklore en Madrid (España), o el Premio a la Trayectoria en el Festival de la Tonada de Mendoza. Fuera del ambiente estrictamente folklórico, participaron como representantes de la Argentina en la Expo Sevilla ’92, donde compartieron escenario con Julio Bocca y Alberto Cortez. Al año siguiente Cosquín los nombró Caballeros del Folklore, más tarde recibieron el 2º Camín Cosquín de Oro (el máximo galardón del folklore argentino), y en 1998 el Congreso de la Nación los distinguió por su aporte a la cultura nacional.

Silvia Majul, representante de prensa de la Fundación Atahualpa Yupanqui y apasionada folkloróloga, destaca otro logro del grupo: “Fueron uno de los pocos que grabaron con Yupanqui, hacia el final de su carrera. En la grabación, él cuenta la historia de ‘Luna tucumana’ y le da pie al grupo con un elogio, de esos que él sabía administrar con sabiduría, sin darlos porque sí: ‘Qué bueno que es encontrarme aquí, al final del camino, con estos criollos, con estos cantores...’”.

El cuarteto se mantenía en plena actividad, estaba presentando su último trabajo discográfico, Más allá del amor, y planeaba una próxima gira por Bolivia y Perú. En Vida, un CD anterior, participan como invitados dos de los integrantes de la formación más exitosa de Los Tucu Tucu, Martos (la voz aguda que caracterizó al grupo en sus inicios) y Paliza. “El viernes pasado estuvimos juntos con Bulacio en la casa de Víctor Hugo Godoy, director de Los 4 de Córdoba, un día antes de que salieran a actuar en Santa Fe”, contó Martos. “Me habían invitado a participar como invitado de su gira por Latinoamérica, estaban llenos de proyectos. Más allá de los años que trabajamos juntos nos une una amistad de por vida. Con ellos se va una parte fundamental de nuestro folklore”, recordó el músico, productor de algunos discos del conjunto. La familia de Héctor Bulacio decidió que sus restos fueran velados en Tucumán, mientras que los restos de Ricardo Romero fueron trasladados para su inhumación en Buenos Aires. El fatal accidente que enluta al folklore se suma a una larga lista de muertes de músicos del género mientras se trasladaban por rutas terrestres para presentarse a actuar, desde las de Hernán Figueroa Reyes, Los Cantores de Salavina, Zitto Segovia, hasta la reciente muerte de Tamara Castro.

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El cuarteto se formó en 1959, buscando darle a Tucumán un grupo vocal representativo.
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