Sábado, 13 de octubre de 2007 | Hoy
MUSICA › RUBEN BLADES, ARTISTA Y MINISTRO DE TURISMO DE PANAMA
El autor de “Pedro Navaja” explica por qué tiene relegado su rol de músico, en función de sus obligaciones como funcionario. No obstante, promete nuevo disco para 2008.
Por Carlos Galilea *
desde Madrid
El autor de “Pedro Navaja”, el músico que ha sido un referente generacional y que ha hecho bailar al mundo entero, es hoy ministro en el gobierno de Martín Torrijos, en Panamá. Dentro del Festival VivAmérica, conversará con Leire Pajín, secretaria de Estado para la Cooperación Internacional, sobre las complicaciones del poder, los desafíos de la política, el deterioro del medio ambiente y la variedad de conflictos que amenazan un mundo cada vez más globalizado.
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, decía el estribillo de Pedro Navaja. Pero no hay nada inesperado en el hecho de que Rubén Blades esté hoy ejerciendo un cargo político: el compromiso con la realidad latinoamericana siempre ha estado presente en su vida. Rubén Blades (Ciudad de Panamá, 1948), un abogado licenciado en Harvard, trajo al conservador mundo de la salsa la crónica social con crítica. Es el creador de canciones como “Pablo pueblo” (“hijo del frío y la calle, de la miseria y el hambre... su paso no lleva prisa, su sombra nunca le alcanza”). Además, Blades ha actuado junto a Anthony Hopkins, Joe Pesci, Harrison Ford o Johnny Depp, y bajo las órdenes de Robert Redford, Wayne Wang o Robert Rodríguez en más de treinta películas.
–¿Qué lo impulsó a aceptar formar parte del gobierno de Martín Torrijos?
–Es pasar de escribir “Pablo pueblo”, que está planteando una denuncia, a una propuesta en la que vas a tratar de ayudar a mejorar las condiciones a través de un proceso político. Y quería corregir una irresponsabilidad mía que fue meterme en política sin tener claro que era un proceso que requería de mi participación a tiempo completo (se presentó a las elecciones presidenciales de Panamá en 1994 y 1999 por el ya desaparecido movimiento Papá Egoró).
–¿Qué piensa hacer para desarrollar la industria turística?
–Estamos normalizando cuestiones tan básicas como la campaña publicitaria. Porque antes se hacían licitaciones anuales y el que perdía impugnaba. ¿Dónde está la campaña publicitaria de Panamá? Está en el juzgado cuarto (se ríe). Así, cómo vas a competir. Estamos creando las estructuras necesarias y dando motivos a la inversión.
–Durante la ceremonia del inicio de las obras de ampliación del Canal de Panamá sonó su canción “Patria”...
–Patria es una palabra muy usada para la sinvergüenzura. Por eso utilicé a un adulto explicándoselo a un niño con imágenes: las paredes de un barrio, los ojos de la abuela...
–Cuando aceptó el cargo, explicó que no le estaba diciendo no a la música, que le estaba diciendo sí al país... ¿Falta mucho para disfrutar de un nuevo disco?
–Tengo un par de proyectos que empecé en 2003. Un disco, Cantares del subdesarrollo, con un material inédito que va a recordar lo que hacía con Siembra o Maestra vida. Y el otro es un disco con Cheo Feliciano. Calculo que el próximo año es posible que saque el producto; el problema es que entonces tienes que salir tú y yo no sé dónde voy a estar.
–Gilberto Gil, ministro de Cultura de Brasil, le planteó a Lula poder actuar en sus períodos vacacionales...
–Es muy complicado, porque los enemigos del presidente empezarían a decir: “Mira al musiquito”. A pesar de que he pasado tres años en el puesto, cuando nadie me daba tres meses. Y no quiero rebajar la seriedad del cargo.
–Desde que es ministro, ¿se siente condicionado?
–Hay ciertas cosas que tienen que ver con política internacional, donde tengo que tener en consideración que si expreso mi opinión podría interpretarse como una posición oficial del presidente. Y no puedo hacer eso.
–Compuso “El padre Antonio”, sacerdote asesinado en Centroamérica, o “Desapariciones”. ¿Podemos creer que esos horrores no van a volver a vivirse en América latina?
–No. Eso es como Hitler y Stalin: los extremismos de derechas o izquierdas, el Ku Klux Klan... Eso no se va, eso anda por ahí y hay que tener cuidado. Me preocupa que la distancia borre la memoria. Y de pronto empezamos desde cero. Y es horroroso, porque los muchachos no entienden lo que fue el drama de la Guerra Civil Española, qué fueron las marchas por los derechos civiles en Estados Unidos o qué ocurrió en Chile o en Argentina. Prohibido olvidar.
–¿El horror está ahora en Guantánamo?
–No puedes justificar unos crímenes y otros no. Si pierdes el concepto moral o ético no eres distinto de lo que criticas. Por más que intentes justificarlo. No puedes hablar de la corrupción y decir que alguien está un poquito corrupto. Es igual que decir que una mujer está un poquito preñada.
–¿Cómo imagina el futuro para América latina?
–Creo que tenemos una gran oportunidad. Pero me preocupa muchísimo el deterioro del medio ambiente, porque creo que va a tener un impacto negativo en el desarrollo de las instituciones. No le estamos poniendo atención a esto (lo repite tres veces). Fíjese que yo estoy moviendo el turismo, y parte de lo que más daña al medio ambiente son los aviones. Vamos a un país a hacer ecoturismo y vamos en avión. ¿Cómo resolvemos esa contradicción?
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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