MUSICA › MAIA MONACO PRESENTA ESTA NOCHE “UN HILO DE VOZ”
Palabras, movimiento y sonido
Por Diego Fischerman
El hilo puede ser una guía en un laberinto. Puede ser un hilo de voz. Puede ser, también, la manera en que se unen, de manera insospechada, textos, músicas y movimientos. “En principio son imágenes y esas imágenes fueron convirtiéndose en palabras y esas palabras, en sonidos”, define Maia Mónaco, compositora junto a Guillermo Pesoa e intérprete de Un hilo de voz, mientras se opone a las definiciones. “Es la aceptación de un estado de tensión, ahora que empecé a lograr dejar de intentar definirme. Durante años quise precisar si era bailarina, si era actriz o si era cantante. Ahora esto fluye y una cosa trae a la otra y lo último que apareció fue la escritura”.
El espectáculo, que se presenta desde hoy, todos los sábados a las 22 en El Excéntrico de la 18 (Lerma 420), está basado en textos de Mónaco con música suya y de Pesoa. Ella canta y toca copas, cuenco tibetano, cajita de música, un grabador y triángulos, junto a Alejo Villarino en piano, acordeón y triángulos. La producción artística es de Cristina Banegas, el diseño de iluminación de Leandra Rodríguez y el vestuario de Romina Rigueti Peicovich. Mónaco participó en espectáculos montados en el Parakultural, en el ciclo Experimenta, Babilonia, el Espacio Ecléctico y el festival de nuevas tendencias de Belo Horizonte, entre otros espacios.
Sus fuentes van desde Alejandra Pizarnik y Juan L. Ortiz hasta Meredith Monk o Cathy Berberian e integró Dalila y los Cometa Brass y el grupo inglés Duden-dance-theatre; trabajó con Susana Torres Molina, Clea Wallis, Carmelo Saítta, Carmen Baliero, Eduardo Kusnir, Ana Itelman, Alejandro Oliva y Gustavo Moreto y creó espacios como Medio mundo varieté y Pan y Circo. “Creo que lo que hago no tiene tradición”, dice Maia Mónaco. “Me doy cuenta de eso cuando empiezo a mostrarlo; lo inevitable es que me digan que es muy raro. Pero hay alguien que fue absolutamente fundante para mí. Cuando tenía cuatro años vi a Iris Scacheri en el Di Tella, en Oye humanidad, y en ese momento decidí que quería bailar. En relación con la voz, empecé a investigar a partir de que ciertas cosas empezaron a sucederme. Primero las cosas pasan y después veo de qué se trata y voy detrás de la técnica para mejorarlo.”