Sábado, 8 de diciembre de 2007 | Hoy
MUSICA › ENTREVISTA A TONINO CAROTONE
Ocho años después de su promocionado Mondo Difficile, el músico vasco-italiano no se rinde. Ofrecerá dos recitales en Buenos Aires, ciudad donde su personaje supo ganarse un lugar.
Por Mariano Blejman
No deja de ser intimidante escucharlo a Tonino Carotone decir por teléfono desde su hotel en Chile, antes de tocar en Argentina: “Me esperas un momentito..., que estoy saliendo de la ducha”. Pero esa idea del cuerpo desnudo, que intenta desprenderse de lo que quedó de la noche anterior por medio de un buen baño corresponde perfectamente al bon vivant vasco-italiano, que se dio a conocer en el mundo gracias a su hit “Me cago en el amor”. Un parrandero full time, un verdadero “24 hours party people” que ha hecho carrera de juerguista, de poeta de bar de trasnoche, que grabó Mondo Difficile en el ’99 (que tenía el famoso hit que le produjo Manu Chao), reincidió con Senza Ritorno en el ’03 y ahora va por su tercer trabajo, para lo cual está calentando los motores. “La noche es una fuente de inspiración para mí y es un espacio bueno para componer. Compongo a la noche, en los bares, sobre todo en los bares, y me gusta componer en viajes, en soledad, o en coche. ¿Que qué compongo? Y bueno, pues vivencias que tiene cada uno, mucha improvisación sobre la base de cosas profundas.” Eso es lo que dice Tonino Carotone a Página/12, antes de llegar a Buenos Aires.
Detrás del personaje de Tonino hay un músico con historia: fue líder del legendario grupo de punk vasco Tijuana in Blue, y estuvo al frente de la banda punk Cojón Prieto y los Huajalotes. Pero encontró en esa tonalidad típica de Adriano Celentano la manera de reinventarse como personaje de la noche, como un Casanova moderno y guarro, capaz de convencer a sus amigos de que la vida siempre le va a sonreír. En Mondo Difficile, el canto forzado al italiano proponía una mirada sarcástica sobre la trova italiana, pero también era un plafón para armar buenas canciones después de años de tocar por comida y bebida (“se dieron cuenta de que comíamos y bebíamos mucho y prefirieron pagarnos un cachet”, contó alguna vez).
“Me gusta escribir de noche. Voy metiendo los papeles que escribo en bolsas de basura, y después las uso como en una especie de collage. De dos canciones hago una o tres. Las sorpresas vienen a diario, la vida en sí misma es una sorpresa”, dice Tonino, que viene de una gira por Grecia, para seguir con una serie de presentaciones en Chile. ¿Sirvió Atenas para componer algo? “Atenas es la base de la filosofía, y del arte, y las palabras. Las palabras más importantes vienen del griego, y bueno, en Grecia la gente es muy abierta, no tienen horario de cierre, es muy comunicativa”, cuenta.
Estuvo en la Argentina para la promoción de su primer disco: “Fue cuando echamos a De La Rúa –se hace cargo–. Me tocó aquella semana, estuve en todo y pasé una semana sin dormir. De lo que compuse también una de las canciones del segundo disco, Senza Ritorno, que se titula ‘Gerundio’. Hay una parte que está compuesta en Buenos Aires, que dice: ‘Billetes de cien, viste cómo volaban, billetes de cien, porque llevas 20 mil maletas y una sola camiseta’, salió en La Boca, uno saca la guitarra, uno toma un poco, se pone alegre, y le salen las palabras solas”.
–¿La música es un motivo para vivir?
–Hombre, es una compañera. De alguna manera vivimos en una cultura de bares, y acompañada de música. Me dedico a esto, es mi manera de vivir. Empecé a cantar joven, a los 17 años, y profesionalmente lo hago desde los 20, en Pamplona. Teníamos una banda de corridos mexicanos, estilos Tigres del Norte, yo vengo de ahí y hasta el ’98 cuando acabamos esta banda, me fui a vivir a Barcelona, conocí a Manu Chao, y empecé a colaborar con gente en la calle, y hacer muchas fiestas, y tal. En el sentido de acercarme más al Mediterráneo.
Tonino Carotone marchó preso en 1994 por “desertor” del Ejército español. “Me tocó entrar a la cárcel en el ’94 por no hacer el servicio militar; del vértigo también se sacan muchas cosas. Estuve un año, pasé como por 20 cárceles en España –ahora no es obligatorio–. Y bueno, es una de las cosas que puedo decir que entré y salí con la cabeza bien alta. Fueron días de mucho vértigo.”
Apenas acabada la minigira por estos países hará una “parada” en un pequeño concierto en Moscú y luego viajará a Bérgamo, norte de Italia, para grabar su demorado tercer disco. “Vamos a producir con Arpioni, mi banda, que ha sonado últimamente por Italia. Son todos temas nuevos que apenas empecé a tocar y vamos a buscar cosas nuevas. Son autorreflexiones, y vivencias de la vida y tal.” Un disco nocturno que contará –se supone, siempre se supone– con la colaboración de Manu Chao, con quien espera coincidir alguna noche en Buenos Aires, todavía en estas pampas, grabando un disco con los integrantes de Radio La Colifata. “Pero con el Manu nunca se sabe.”
Hoy hará una minipresentación en las Fiestas Bubamara, y el miércoles 12 concretará un show a pleno en Niceto con una modalidad que escapa al bluff del sound system pero inaugura una especie de –como dirían los franceses– “deslocalización” de las backing band: “De momento tengo un reto, que es una banda nueva que vive en Argentina. Es una banda de músicos, sin nombre, que habita en el barrio de Flores. Pues todavía no los he conocido. Salió la posibilidad de tocar y venir a Argentina y a Chile, y entonces hicimos la manera de hacer la banda con amigos argentinos”. ¿Cómo será el show? “Más que nada es como un resumen de todos los discos que he hecho, alguna cosa nueva, y preparándome para hacer un punto y final.” Pero con Tonino y el Manu por el barrio, nunca se sabe dónde puede terminar una buena fiesta.
* Tonino Carotone toca hoy en las Fiestas Bubamara (Centro Cultural Konex, Sarmiento 3131), a las 22. Y el miércoles 12 de diciembre en Niceto (Niceto Vega 5510). A las 21.
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