Domingo, 1 de junio de 2008 | Hoy
LITERATURA › SE PUBLICA LA ESENCIA DEL MAL, UNA NUEVA NOVELA SOBRE EL AGENTE 007
El escritor inglés Sebastian Faulks se atreve a continuar la obra de Ian Fleming, cuyo centenario se celebra este año. No la adaptó al siglo XXI, sino que retomó la historia donde su autor la dejó.
Por Patricia Tubella *
Desde Londres
En clara profanación de la fórmula ideal del martini seco, según la sabia receta de James Bond, el autor inglés Sebastian Faulks acometió el reto de escribir una nueva novela de la saga de 007 “más revuelto que agitado”. El flamante libro La esencia del mal (Devil may care) fue publicado en coincidencia con el centenario del nacimiento de Ian Fleming, el creador del agente secreto más famoso del planeta, que ha generado un inagotable negocio en el mundo editorial y, sobre todo, cinematográfico.
Faulks obtuvo esa “licencia para emular” de los herederos de Fleming, decididos a seguir explotando la franquicia de su ilustre familiar, fallecido en 1964 con un legado de catorce obras sobre el espía, que han vendido hasta la fecha cien millones de ejemplares. Una apabullante campaña publicitaria ha acompañado la salida del libro, cuyas primeras copias fueron transportadas el martes por un antiguo barco de guerra, el “HMS Exeter”, a lo largo del río Támesis, para culminar su entrega en una famosa librería de
Piccadilly, en el centro de Londres, que el martes abría sus puertas a la inusual hora de las 8 de la mañana. La operación promocional, que recuerda a los sonoros lanzamientos de las sucesivas entregas de Harry Potter, pretende exprimir al máximo el llamado “año Fleming”, una sucesión de homenajes al artífice de las aventuras de 007 en forma de exposiciones (Museo Imperial de la Guerra de Londres), concursos digitales (MySpace elegirá la sintonía para el audiobook de La esencia del mal) y la emisión por el servicio postal británico de una serie de sellos consagrados a la iconografía bondiana.
Si bien el universo del celuloide ha sido decisivo a la hora de perpetuar el fenómeno (la película número veintidós de 007, Quantum of solace, se estrena a finales de año), Faulks deja claro que “mi Bond es el Bond de Fleming, no Sean Connery, ni Roger Moore, ni Daniel Craig”, en alusión a la nómina de actores que le han prestado su rostro en el cine. El escritor no ha querido adaptarlo al siglo XXI, sino retomar la historia allí donde Fleming la dejó. La esencia del mal nos retrotrae al año 1967, cuando los emergentes Beatles y Los Rolling Stones relajan el contexto de la Guerra Fría, y el comercio ilegal de drogas se anuncia como la nueva guerra a combatir. Bond sigue fumando y bebiendo a placer, conduce un Bentley Continental por las calles de Londres –que sólo sustituye por el Aston Martin en sus misiones–, y coquetea con la secretaria Moneypenny antes de reunirse con su jefe del servicio secreto, M. Tampoco defrauda el malvado de la función, el siniestro traficante Julius Gorner, cuya persecución conduce a 007 por exóticos escenarios de Medio Oriente. Pero emocionalmente el protagonista se presenta más vulnerable (acaba de enviudar), lo que tiene su contrapartida en su oponente femenina, una personalidad “más profunda” que las chicas Bond de turno.
“Mi novela rezuma Fleming en un 80 por ciento”, sostiene Faulks, que perpetró La esencia del mal en seis semanas, siguiendo casi el mismo ritual que el padre de Bond ejecutaba en su casa de Jamaica: “El escribía unas mil palabras por la mañana, lo dejaba para practicar submarinismo, tomarse luego un cóctel y almorzar, antes de concluir otras mil palabras por la tarde. Yo he seguido exactamente esa rutina, dejando de lado los martinis y el buceo”.
* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.
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