“Hacía cuarenta años que la literatura argentina no tenía un espectro lleno. En los ’80 había tres generaciones literarias: los grandes popes como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Adolfo Bioy Casares, los que habían vuelto del exilio y los más jóvenes. Hoy la cantidad de escritores en actividad es impresionante, y después del quiebre y el hueco generacional que dejó la dictadura, la literatura argentina vuelve a ser multigeneracional”, se entusiasma Juan Boido, editor de Radar y responsable de Verano/12, que a partir del martes próximo y hasta marzo vuelve a traer la dosis necesaria de literatura para soportar las altas temperaturas. Serán un poco más de 60 cuentos de 60 escritores argentinos, acompañados por las ilustraciones de Rep, que se publicarán de martes a domingo junto al diario.

Esta vez, Verano/12 quiere delatar esta expansión de la literatura argentina, que hoy no presenta un canon firme y por primera vez en muchos años tiene representantes de cinco generaciones, que Boido enumera con precisión de boticario: “Primero nos encontramos con Ricardo Piglia, Héctor Tizón y Abelardo Castillo. Después está la generación de Guillermo Saccomanno, Juan Sasturain, Liliana Hecker y Liliana Heer. Los siguen Alan Pauls, Rodrigo Fresán y Carlos Gamerro. A ésa se le suma una generación un poquito más joven o que apareció después, a la que pertenecen por ejemplo Guillermo Martínez o Pablo De Santis. Después hay otra generación, que es la de Mariana Enriquez, Ariel Magnus, Federico Falco, y otra, más joven todavía, que está representada por Félix Bruzzone o Luciano Lamberti”.

Como el año pasado, serán los autores los que presenten sus propios relatos. Es que esta experiencia puso en circulación algunos cuentos que se habían editado hacía ya varios años, y por eso hoy se repite. Fue el caso, por ejemplo, de Rodolfo Rabanal, que publicó Los peligros de la dicha en 1999 y que el año pasado presentó en Verano/12 su relato “Crónica de un día feliz”. Es que el diario, en su versión impresa o en formato digital, tiene una llegada y un recorrido diferente al de los libros o la web especializada, y por eso se convierte en una herramienta eficaz para poner al escritor en contacto directo con el lector. Boido lo entiende también como “una manera de darle una mano a la comunidad literaria argentina”.

Habrá nombres repetidos, como los de Noé Jitrik, Martín Kohan, Carlos Gamerro o Leonardo Oyola, que ya publicaron el año pasado, y nombres nuevos, como Juan Diego Incardona, Luis Chitarroni o Claudia Piñeiro, que debutan este año. Incluso Piglia, que ya participó con sus ensayos en ediciones anteriores, ahora presentará un cuento. También incluirá lo que Boido definió como “un hallazgo impresionante”: Aurora Venturini, que en 2007 ganó el premio de novela Página/12 por Las primas. Venturini nació en 1922, escribe en el suplemento Las 12 y publicó su primer libro en 1942.

Esquivando la idea de una “literatura femenina”, Verano/12 también pondrá en evidencia la dimensión de la participación de las mujeres en la literatura argentina. “No están compitiendo en ese imaginario canónico de la literatura masculina, sino que tienen universos propios y construyen obra”, aclara Boido. En su caso, el espectro generacional arranca en Venturini, Hebe Uhart, Alicia Dujovne Ortiz y Vlady Kociancich, todas nacidas antes de 1950, y llega hasta Samanta Schweblin, que nació en 1978. En el medio están Sylvia Iparraguirre, Angela Pradelli, Esther Cross, Claudia Piñeiro, Paula Pérez Alonso, Cristina Feijoó, Heer, Enriquez y Hecker.

Verano/12 acompaña al diario casi desde sus comienzos. Tuvo distintos formatos, publicó ensayos, entrevistas, fragmentos de novelas argentinas, relatos de viajes y reportajes de la revista Paris Review. Todos siempre fueron excusa y ocasión para retomar de a poco el hábito de la lectura, arrancando en esos días chiclosos que se amontonan entre las fiestas de fin de año.