LITERATURA › LA DIRECTORA GABRIELA ADAMO YA ESTA TRABAJANDO EN LA EDICION 2013
La próxima edición, que se realizará del 25 de abril al 13 de mayo, ya está en marcha con dos grandes novedades: Amsterdam será la primera Ciudad Invitada de Honor y habrá unos días destinados a replicar la Cátedra Roberto Bolaño, de Chile.
› Por Silvina Friera
Aires nuevos, más intercambios y cruces, se auguran por estos pagos. La Feria del Libro, que termina el lunes, abre la ventana del futuro y anticipa destellos más intensos. La próxima edición, que se realizará del 25 de abril al 13 de mayo, ya está en marcha con dos novedades medulares: Amsterdam será la primera Ciudad Invitada de Honor y habrá unos días destinados a replicar la Cátedra Roberto Bolaño, de la Universidad Diego Portales (Chile), en La Rural. Lo anunció ayer la directora de la Feria, Gabriela Adamo, junto al embajador holandés Heine De Vries. Hay una razón central en la elección de la ciudad de los canales y de los tulipanes, emblema de la libertad. “La industria editorial holandesa es muy profesional, trabaja muy bien. Si bien tiene un área de injerencia chica en cuanto a la cantidad de hablantes, es líder en todo el mundo. Si un libro está traducido en Holanda, los editores de Estados Unidos, de Alemania, de Inglaterra, lo toman para sus países –fundamentó Adamo–. Holanda es un país muy traductor; por eso funciona como referente. Que te traduzcan en Holanda quizá no significa mucho en ventas, pero sí en prestigio y en efecto cascada, como tarjeta de presentación para otras lenguas.” La directora de la Feria admitió que desearía que el escritor holandés Cees Nooteboom, que participó el año pasado en el Festival Internacional de Literatura (Filba), pueda estar entre los autores invitados el año que viene.
La Fundación El Libro celebró un acuerdo con Letterefonds de los Países Bajos, organismo dedicado a la promoción internacional de la literatura holandesa y flamenca, que se encargará de organizar un espacio de actividades, el Amsterdam Café, en uno de los pabellones de La Rural. Los escritores, músicos y artistas más destacados de una de las ciudades más emblemáticas del norte europeo dialogarán con sus pares latinoamericanos. Adamo confesó que después de “muchas idas y venidas” se adoptó una modalidad que otras ferias están implementando de un tiempo a esta parte, “pero con una variante porteña”. Si en Frankfurt y en Guadalajara se invitan países, en la de Buenos Aires las protagonistas serán las ciudades. Amsterdam, con su abigarrada profesionalidad editorial, su ejemplar paradigma en el ámbito de la traducción y su curiosidad atávica, será la primera en experimentar el cimbronazo del encuentro. “Es una alegría enorme poder anunciar que de ahora en más tendremos una ciudad invitada de honor. Nos parece que le dará a la feria aires nuevos y una nueva manera de relacionarse con la producción editorial del mundo”, subrayó Adamo, compiladora de La traducción literaria en América Latina (Paidós).
De Vries comentó que la capital holandesa tuvo esta distinción de honor el año pasado en la Feria del Libro de Beijing (China), donde se inauguró el Amsterdam Café. “Podemos trabajar desde ahora para fortalecer los lazos culturales con los escritores y los intercambios con las galerías de arte, con el teatro y la danza”, afirmó el embajador holandés en Argentina. “Los Países Bajos fueron uno de los primeros invitados de honor de Frankfurt –recordó Adamo–. Ellos sentaron las mejores prácticas de cómo aprovechar esa posibilidad en un lugar como Frankfurt. Entonces nos pareció que para empezar desde la Feria de Buenos Aires qué mejor que tener como invitado a alguien del otro lado que sabe muy bien cómo hacer esto y nos va a poner en un nivel de trabajo de alta calidad. A eso apostamos.” Otra novedad de la edición 2013 consiste en la modificación del calendario tradicional de apertura, para que no se superponga con la Feria del Libro de Bogotá, ni la de Londres, ni el Bafici (el festival de cine independiente de Buenos Aires). En vez de abrir las puertas al público el tercer jueves de abril, desde el próximo año será el último jueves del mes. “Se corre una semana adelante”, confirmó Carlos Pazos, de la Fundación El Libro. “Las ferias de América latina son muy diferentes de las de Europa o Estados Unidos –planteó Adamo–. Nosotros tendemos a compararnos con Frankfurt, con Londres, pero nuestra realidad es distinta. Las grandes ferias latinoamericanas son dos ferias en una: las ferias profesionales, más similares a las europeas, donde se compran y se venden derechos; y luego el gran festival literario, que cumple una función pedagógica fenomenal de acceso a la lectura y al libro, que en Europa no es tan importante.”
Anticipando un balance de esta edición, que aún le queda el último fin de semana, Adamo ponderó que se mantuvo la cualidad de feria masiva con eventos que atrajeron a muchos visitantes. “Esto lo cuidamos y nos importa porque hace a la esencia de esta feria, que no es un congreso ni un seminario para académicos, sino una feria que tiene que atraer al público más amplio posible –aclaró la directora–. Lo que pudimos ir sumando es otras actividades más cuidadas, como el Diálogo de Escritores Latinoamericanos, con más de quince autores que estuvieron en once mesas redondas que fueron tan buenas que vamos a desgrabar los textos y hacer alguna publicación, porque sentaron un montón de temas de discusión. Y sobre eso hay mucho para construir.” La directora de la Feria agregó que este intercambio generó “toda una serie de reverberaciones con editores y gestores culturales que se interesaron en replicar este encuentro en sus países”. La participación de Carlos Peña, el rector de la Universidad Diego Portales, en el “Encuentro Internacional: un futuro con libros”, una serie de charlas magistrales sobre la experiencia de la lectura en el siglo XXI, fue el puntapié inicial para articular la realización de la Cátedra Bolaño en la próxima edición de la Feria. “Ojalá que sea permanente –dijo Adamo–. Pero justamente lo que tiene que hacer la feria es ser flexible, ir cambiando; algo que puede ser muy bueno un año, no necesariamente lo es al año siguiente. Tenemos que cuidar las cosas que son buenas y mantenerlas veinte años, pero también darnos la libertad de quitar las cosas que no lo son.”
En cuanto a los números, Gustavo Canevaro, presidente de la Fundación El libro, estimó que hubo un aumento del 3 al 5 por ciento de público, aproximadamente 1.300.000 visitantes. “Primero arrancó tranquilo y la afluencia del público a partir del fin de semana largo fue descomunal –señaló el editor Carlos Díaz, de la editorial Siglo XXI–. Desde el punto de vista comercial, todo el mundo está contento: algunos más, otros menos, pero el saldo está siendo positivo.” Quizá 2012 quede en la memoria como el año de la lenta metamorfosis de la Feria.
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