LITERATURA › FUE HALLADO EL MANUSCRITO DE LA COLMENA, DE CAMILO JOSE CELA, CON PASAJES CENSURADOS
La novela, que fue publicada primero en la Argentina debido a la dictadura franquista, incluía partes que no pasaron la censura y otras que el Premio Nobel de Literatura ni siquiera presentó. Es probable que todo aparezca como apéndice en una nueva edición.
› Por Silvina Friera
“La censura espera con ilusión el día en que los escritores se censurarán a sí mismos y el censor podrá retirarse.” La certera reflexión pertenece al escritor sudafricano John M. Coetzee y viene como anillo al dedo para otro “caso”. El manuscrito de La colmena, considerada la obra cumbre de Camilo José Cela (1916-2002), publicada primero en Argentina en 1951, que Annie Salomon –hija del hispanista francés Noël Salomon– ha donado a la Biblioteca Nacional de España (BNE), contiene pasajes censurados y otros fragmentos que el Premio Nobel de Literatura español ni siquiera presentó a la censura franquista por su contenido erótico, que incluye escenas de lesbianismo. Intuía que jamás pasarían por el peaje de la autorización. Todo lo expurgado se incluirá en una nueva edición de esta novela, probablemente en un apéndice, aprobado por Marina Castaño, viuda del escritor y presidenta de la Fundación Camilo José Cela, que asistió a la presentación del manuscrito, durante años olvidado en un cajón de la casa de campo del hispanista francés.
El heterogéneo, incompleto y fragmentario manuscrito tiene diez hojas numeradas por la BNE en dígitos romanos más algunas hojas complementarias en blanco y 172 hojas numeradas en arábigo. La mayoría de las hojas están mecanografiadas y varias corregidas a mano y tachadas por el propio Cela.
Adolfo Sotelo, experto en la obra del Premio Nobel español, reveló que el grueso del manuscrito es parte de la copia que el escritor presentó a la censura el 7 de enero de 1946 con la intención de ceder el original a Carlos Fernando Maristany, creador de la Editorial Zodíaco –donde publicó la cuarta edición de La familia de Pascual Duarte– para su publicación. Varias de las hojas establecen otra o una nueva versión de fragmentos originales que quería publicar Maristany en una edición de lujo y que un oficio del 9 de marzo de 1946 denegó. Esta obra fue editada primero en Argentina en 1951; por la censura de Franco no se pudo publicar en España hasta 1963, después de que los amantes de la pasión por silenciar eliminaron ciertos pasajes que aludían a la homosexualidad y la realidad social de la época, la Madrid de la posguerra civil de 1942. La novela transcurre durante tres días de ese año y aparecen más de 300 personajes, muchos de clase media baja y de una burguesía en imparable caída en desgracia. En uno de los informes del censor al que se enfrentó La colmena se lee: “¿Ataca el dogma o la moral? Sí. ¿Ataca al régimen? No. ¿Valor literario? Escaso”.
Annie Salomon no tenía ni idea de la existencia de estos manuscritos. Se encontró con ellos “hace poco”, cuando decidió vender la casa de campo que había heredado de su padre. Después de sacar los muebles, vio la carpeta con numerosos capítulos de la novela de Cela. Enseguida se dio cuenta de la trascendencia del material hallado, entre otras razones porque ella es licenciada en Literatura Hispánica y había leído La colmena. Entonces se comunicó con la Biblioteca Nacional de España para ponerlo a disposición de esta institución y de los investigadores. La BNE acudió a Sotelo para que elaborara un informe sobre el manuscrito y “valorase su importancia”. Aunque no dudó de la necesidad de publicar estos papeles, Sotelo advirtió que el original debería mantenerse tal y como dispuso Cela. La propuesta del catedrático es incluir un apéndice en una nueva edición filológica de la novela. “A pesar de la túnica de novedades que incluye, no se debería violentar la totalidad del texto”, opinó y anticipó que algunos capítulos de la obra original no aparecen en el manuscrito, como el primero; y que otros episodios, como el cuarto, el quinto o el sexto están prácticamente completos y con pasajes de doble versión. Entre los descubrimientos más notables se destacan las cuatro versiones de “Historia de una fotografía”, que encabeza el capítulo VI, a pesar de que en la edición publicada se encuentra al final del capítulo V. Una de estas versiones, en concreto la primera, despliega pasajes de alto voltaje sexual y erótico que nunca fueron publicados ni tampoco presentados a la censura. Relaciones lésbicas o encuentros de clientes con prostitutas componen gran parte de estos pequeños fragmentos.
¿Cómo llegó este manuscrito a la casa de Noël Salomon? Una de las hipótesis que maneja Sotelo es que Cela le envió este material a su amigo francés para que estudiara “el impacto” de la censura en La colmena. No le mandó la novela completa, sino los capítulos en los que “más mano” habían metido los censores, junto a varias versiones de un mismo capítulo. Pero el envío contenía también fragmentos de erotismo y escenas de lesbianismo que Cela nunca presentó a la censura: “Lola le salta de un tirón todos los botones de la bragueta. El vendedor jadea como un cerdo castrado, con los ojos en blanco, caído de espaldas”. Castaño, presidenta de la Fundación Cela, consideró “una idea extraordinaria” la edición integral, incorporando los pasajes censurados y no conocidos de este manuscrito porque “sería como sacar una obra inédita de Cela”. Su deseo es que se edite en 2016 para conmemorar el centenario del nacimiento del escritor. La colmena, según la definió su autor, es una “crónica amarga de un tiempo amargo que tiene como protagonista principal el miedo”.
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