CINE › PUERTA 12, UN DOCUMENTAL DIRIGIDO POR PABLO TESORIERE
En un paciente trabajo de hormiga, Tesoriere reconstruye un hecho que el cine nunca había abordado, sin apelar al morbo y buscando todos los posibles puntos de vista: como en el mismo fútbol, todos terminan pasándose la pelota.
› Por Oscar Ranzani
Hace exactamente tres días se cumplieron cuarenta años de la tragedia sucedida en el Estadio Monumental, donde murieron 71 personas aplastadas y asfixiadas en la Puerta 12 (luego del suceso, las puertas cambiaron letras por números). Era una tarde ideal para disfrutar de un Superclásico, la fiesta mayor del fútbol argentino. Y había empezado de manera divertida, ya que antes del inicio del partido entre River y Boca, Angelito Rojas le había robado la gorrita al gran coloso del arco millonario, Angel Amadeo Carrizo. Una vez terminado el encuentro (un pálido 0-0), la hinchada de Boca comenzó a salir del estadio de River. Pero en la Puerta 12 se produjo ese hecho lamentable que significó una de las mayores catástrofes de la Argentina. Buscando indagar en qué sucedió esa tarde y en lo sucesivo, el primer acierto del realizador Pablo Tesoriere es la elección del tema para su documental Puerta 12: nunca antes se había abordado cinematográficamente el episodio y es poco (casi nada) lo que se lo recuerda a través de los medios. El segundo punto destacable es que Puerta 12 no apunta exclusivamente a quienes conocen el mundo deportivo: se trata de un documental de tono social donde los espectadores pueden, a través de las herramientas que brinda esta película, armar el rompecabezas de cómo actuaron la dirigencia, la policía y los funcionarios nacionales y municipales en la tragedia sucedida durante la dictadura de Juan Carlos Onganía. Y saber, además, cómo la recuerdan simpatizantes y futbolistas.
A través de una rigurosa investigación, que incluye testimonios de testigos directos (algunos conocidos y otros no), Puerta 12 va poniendo en confrontación las distintas versiones de lo sucedido, ya que no arriba a una única verdad. Sólo la causa judicial de aquel entonces deslindó responsabilidades de las autoridades de River y le dio tranquilidad al presidente William Kent, quien descargó parte de la culpa en los espectadores, ya que señaló a la prensa que habían querido salir inmediatamente.
Una versión que le contaron al sociólogo Pablo Alabarces indica que la hinchada de Boca había cantado la marcha peronista dentro de la cancha (el peronismo estaba proscripto en aquella época) y que, entonces, la policía había recibido la orden de “peinar” la hinchada: por ese motivo no se habían retirado las vallas donde se produjo la avalancha. Carlos López (ex inspector de la Policía Federal), en tanto, señala que las puertas de las tribunas las manejaban inspectores de la Municipalidad de Buenos Aires y que nunca pudieron saber “quién tenía la llave del candado de esa puerta”. En Puerta 12, haciendo analogía con la premisa futbolera, se pasan la pelota unos a otros, deslindado responsabilidades, y nunca se llega a un resultado único: la culpa, según el interlocutor que exprese, pudieron haberla tenido la policía, los funcionarios municipales, los dirigentes o los hinchas (puede verse una vez más esa vieja costumbre de echarles la culpa a las víctimas en los accidentes). Algunos testigos dicen que la Puerta 12 estaba cerrada, otros que había molinetes o bien que estaba abierta pero tenía una obstrucción de sesenta centímetros. Tampoco sus opiniones coinciden.
Un párrafo especial merece la profunda investigación de Tesoriere: a través de un verdadero trabajo de hormiga, buscó imágenes de la época en distintos archivos audiovisuales, donde pueden verse al dictador Onganía yendo al lugar de los hechos, al presidente de River, Kent, dando declaraciones a la prensa, al comisario a cargo del operativo brindando la nómina de los fallecidos y al intendente de Buenos Aires de aquella época. Se trata de imágenes que le aportan valor histórico y que siguen un hilo narrativo coherente. Uno de los aciertos en esa elección de las imágenes (y también en su tratamiento) es que Tesoriere no busca estimular el morbo con el hecho, sino que lo trata con altura y respeto a las víctimas. En varias ocasiones, la cámara se detiene en los titulares de los diarios de la época (esto también permite analizar el rol de la prensa en la cobertura de la tragedia) que le adosan contenido informativo. No pasa lo mismo con coreografías que recrean aprisionamientos, asfixias y empujones que no cuadran con el eje narrativo: le quitan densidad informativa. Distinto es lo que sucede cuando el realizador decide incorporar ilustraciones de Diego Lankes muy elocuentes. Le falta al documental más información de la causa que sólo es mencionada por el ex abogado de River, doctor Ariel Angel Dasso: indagar un poco más el aspecto judicial hubiera permitido una investigación ciento por ciento completa, sobre todo teniendo en cuenta que la Justicia nunca encontró responsables.
7-PUERTA 12
Argentina, 2008.
Guión y dirección: Pablo Tesoriere.
Dirección de Arte: Jam Monti.
Fotografía: Ariel Spangenthal.
Música: Jorge Della Porta.
Estreno únicamente en los cines Cosmos y 25 de Mayo.
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