Desde San Sebastián

Con el clima soleado y agradable que esta ciudad suele lucir a fines del verano, dará inicio hoy la nueva edición del Festival de Cine de San Sebastián, que se extenderá hasta el domingo 28 de este mes. Abriendo las puertas, como de costumbre, al cine argentino y latinoamericano, la programación de esta 56ª edición luce más atractiva que las de antaño. Un par de años atrás, percibiendo que el festival se les apolillaba en las manos, las autoridades de este tradicional evento cinematográfico remozaron parcialmente su plantel de programadores, cuestión de barrerle los rastros de provincianismo y ponerlo más en línea con sus pares internacionales. Sin abandonar del todo su veta entre clasicista y contenidista, la programación del Donostia Zinemaldia (tal el nombre en idioma euskara) comenzó a abrirse al aquí y ahora del cine internacional, levantando la puntería en términos de calidad. Un vistazo al catálogo de este año permite confirmar la tendencia, al menos en los papeles. De allí en más será cuestión de ir constatando qué resultados concretos trae esto, ya que –adaptando un popular refrán criollo a las costumbres locales– en el ruedo se ven los toros.

Como suele suceder, el cine argentino pondrá decididamente el pie aquí, con El nido vacío como punta de lanza (la comedia dramática de Daniel Burman se presenta en competencia oficial) y media docena de películas más, desparramadas en distintas secciones y concentrándose sobre todo en Horizontes Latinos, apartado que el festival dedica al cine latinoamericano. De la representación criolla, el espectador argentino ya conoce algunas (Leonera y La rabia, además de El nido vacío), otras se hallan en pleno recorrido internacional (La sangre brota, de Pablo Fendrik, estrenada en Cannes en mayo pasado) y están las que debutan aquí. Es lo que sucederá con Amorosa soledad, ópera prima de Martín Carranza y Victoria Gilardi, que le brinda a Inés Efron un nuevo protagónico, tras su conmocionante presentación oficial con XXY.

Pero la participación argentina en esta edición de San Sebastián no se reduce a las películas nombradas. El cordobés Santiago Loza, director de la recordada Extraño, presentará un work in progress muy avanzado de su nuevo film, Artico. La presentación tendrá lugar en la sección Cine en Construcción, instancia que brinda la posibilidad de culminar proyectos que se hallan en estado de inconclusión. De esta verdadera plataforma de despegue internacional participaron, en su momento, Historias mínimas, Iluminados por el fuego y Una novia errante, para citar unos pocos casos. Por otra parte, dos de las participantes de Horizontes Latinos cuentan con coproducción de la Argentina. Se trata de Acné, debut del realizador uruguayo Federico Veiroj (que también se conoció meses atrás en Cannes) y Dioses, opus dos del peruano Josué Méndez, cuya ópera prima, Días de Santiago, compitió hace unos años en el Bafici. Además, Martina Gusmán, esposa de Pablo Trapero y extraordinaria protagonista de Leonera, será parte del Jurado Oficial, mientras que al maestro de guionistas Jorge Goldenberg le cabrá igual responsabilidad en el jurado de la sección Horizontes Latinos.

¿Guipúzcoa como provincia argentina, entonces? Argentina y latinoamericana, en tal caso. Además de Acné, Dioses y la conocida Entre Shakespeare y Victor Hugo (vista en el último Bafici), convendrá prestar atención a varias otras participantes de Horizontes Latinos, sección que suele ofrecer un adecuado panorama del estado de la producción regional. La chilena Tony Manero y La vida loca (documental sobre las maras salvadoreñas) son de las que vienen haciendo más ruido. Del resto del globo habrá ocasión de ver, en competencia oficial, lo nuevo del nipón Hirokazu Kore-eda (el de After Life y Nobody Knows), del coreano Kim Ki-duk, de la iraní Samira Makhmalbaf (la chica de La manzana, bastante crecidita a esta altura), del británico Michael Winterbottom, del francés Christophe Honoré (cuya Les chansons d’amour cerró el último Bafici) y del catalán Jaime Rosales (el de Las horas del día y la reciente La soledad), para mencionar sólo algunos. Woody Allen inaugura Zabaltegui hoy mismo, presentando Vicky Cristina Barcelona en compañía de los créditos locales Javier Bardem y Penélope Cruz. En tanto que el presidente del jurado oficial, Jonathan Demme, trae su último film de ficción (Rachel Getting Married, recién presentada en Venecia) y estrena, de paso, su último documental, que lo vuelve a reunir con su amigo Neil Young.

Habrá ocasión de ver, en distintas secciones, algunas de las mejores películas provenientes de otros festivales. Desde Entre les murs (Palma de Oro en Cannes) hasta la nueva de los hermanos Coen, pasando por lo último de Mike Leigh, Olivier Assayas, Kiyoshi Kurosawa, Jia Zhangke y Philippe Garrel, el panorama suena prometedor. Y si en el ruedo los toros no resultan tan bravos como parecían entre bastidores, siempre se puede ir a lo seguro, volviendo a disfrutar de alguna del italiano Monicelli (de cuya obra se verá aquí una retrospectiva integral), redescubrir la obra del británico anómalo (y lírico) Terence Davies, tirarse un lance con alguna de la sección Made in Spain. O zambullirse en la impresionante paralela integrada por medio centenar de películas y dedicada al policial negro japonés, que arranca en el cine mudo y llega hasta hoy mismo. Guipúzcoa como provincia argentina, latinoamericana e internacional, para decirlo con propiedad.