Domingo, 4 de enero de 2009 | Hoy
CINE › UNA INDUSTRIA QUE NO ESCAPA AL CONTEXTO MUNDIAL
Por Guy Adams*
Desde Los Angeles
Los shoppings semivacíos de Estados Unidos no son el único lugar donde el gran negocio se chupa los dientes y proclama que “todo debe irse”. La falta de crédito está también amenazando el futuro de algunas de las más conocidas franquicias fílmicas de Hollywood. La semana pasada, Disney tomó ventaja en el campo de las malas noticias, al deslizar la novedad de que decidió abandonar la producción de The voyage of the dawn treader, el próximo título de la serie de películas basada en Las crónicas de Narnia, la saga de libros para niños de C. S. Lewis. Culpando a la decisión de “consideraciones presupuestarias”, el estudio dijo que quizá no renueve la opción para cofinanciar la película, valuada en 200 millones de dólares, a causa de que el clima cada vez más turbio del panorama económico mundial lo fuerza a volverse más selectivo con respecto al número de películas que produce.
Se trata de la segunda franquicia fantástica de peso que ha sido cancelada sin mayor ceremonia en los meses recientes. Este año, Warner Brothers decidió no realizar una secuela de La brújula dorada, primer film de la trilogía de Philip Pullman His dark materials. En ese momento, el estudio sugirió que la decisión de abandonar la secuela The subtle knife tenía que ver con el enojo que la primera película había despertado en grupos cristianos. En realidad, la verdadera razón era algo más prosaica: La brújula dorada recibió críticas más bien frías, y apenas consiguió generar 70 millones en las taquillas de Estados Unidos. Aunque el film se salvó del desastre gracias a los 300 millones que consiguió en el mercado internacional, los inversores se mostraron escépticos con respecto a una continuación.
Toda la industria cinematográfica tiene un pronóstico 2009 en el que habrá que ajustarse los cinturones: incluso los realizadores supuestamente inmunes a estos vaivenes se encuentran afectados. Dreamworks, la compañía de Steven Spielberg, enfrenta un año especialmente movido, tras fracasar en su intento de conseguir los 750 millones necesarios para producir las 17 películas que tenía programadas. Parte del dinero debía ser aportada por AIG, el gigante de los seguros que colapsó en septiembre, y todavía no ha aparecido un nuevo inversor. Y hasta Harry Potter, la franquicia más rentable en la historia del cine, no puede sentirse absolutamente segura. Su guionista, Steve Kloves, dijo recientemente que en Warner están preocupados por la perspectiva de los últimos tres films de la serie, dado que J. K. Rowling ya no estimula la expectativa del público publicando nuevos libros.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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