Jueves, 5 de febrero de 2009 | Hoy
CINE › FERNANDO PEñA SE FUE DE MAR DEL PLATA
Por Oscar Ranzani
Buena parte del equipo que acompañaba la gestión de José Martínez Suárez como presidente del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (FicMdP) no seguirá adelante en sus funciones. En principio, la baja más importante es la del director artístico del certamen, Fernando Martín Peña, cuyo contrato se venció en diciembre del año pasado y decidió no renovarlo a partir de ese momento. “En diciembre terminaba mi contrato y todavía no estaba clara la reestructuración que anunció (Liliana) Mazure en el evento de clausura de la última edición –explica Peña–. Habló del ente nuevo que se va a crear entre la provincia y la ciudad de Mar del Plata. Entonces, me pareció que no correspondía seguir porque faltaban definir pautas tan claras como, por ejemplo, cuántas películas se quieren tener y qué perfil va a tener el festival. O sea, en lugar de ser un festival que pertenece al Incaa, como vino siendo todo este tiempo, ahora pasa a ser, por lo menos en la intención, un festival que pertenece a la provincia, a la ciudad y, de manera equivalente, al Incaa. Entonces, en esa nueva estructura yo no tenía idea en ese momento y no la tengo ahora de qué modelo de festival se quiere. Hasta que no se pongan a dialogar las tres partes implicadas en este nuevo proyecto y definan ese modelo de festival yo no tenía manera de saber si me quieren ahí adentro o no, si lo que yo hago puede servirles o no. Entonces, preferí no renovar.”
Al margen de los motivos de Peña, ayer se conoció que de los once programadores que tenía el festival, el equipo quedó con una plantilla de tres: hace un tiempo dos de ellos habían sido reubicados en otras áreas del Incaa, hace seis meses se fue un programador al Festival de San Luis y días atrás otros cinco presentaron la renuncia. Estos programadores “dieron motivo de que me dejaban las manos libres para que yo hiciera el festival que a mí me gustaba y alguno adujo que era en solidaridad con Pablo Ma-zzola, a quien yo le había pedido que por favor buscara otro trabajo”, señala Martínez Suárez, en diálogo con Página/12, sin precisar el motivo por el cual le solicitó la renuncia a este programador. “Son cosas internas, son cuestiones de trabajo y de ordenamiento interno”, manifiesta Martínez Suárez.
“Era una medida beneficiosa para todos”, considera la máxima autoridad del FicMdP, al tiempo que señala que “las cartas de renuncia eran bastante respetuosas, incluso diciendo que si en el futuro yo tenía necesidad de alguno de ellos que lo podía convocar nuevamente”. Con respecto al impedimento para que siguieran estos programadores, Martínez Suárez afirma que “fue la decisión que tomaron ellos por su cuenta. Tal vez era una nueva forma de trabajar que yo impuse acá, distinta a la que había manejado Miguel Pereira. No fueron muy explícitos. Se sentían más cómodos trabajando en otro lado. Y a mí me pareció que no hay nada mejor, porque uno dedica ocho horas de su vida al trabajo, que es la mitad de la vida útil, porque las otras ocho se duerme. Y si uno trabaja ocho horas en desagrado es malvivir la mitad de su vida. Así que me parecía bien que cada cual tomara la determinación que creía. Fueron muy corteses y muy elegantes para tomar la decisión”, expresa Martínez Suárez.
“La renuncia no significa que pierdan su trabajo. Eso está garantizado. La primera condición que yo puse es que si no estaban en el festival, estuvieran en el Incaa cumpliendo alguna función”, aclara el funcionario. Según comenta Martínez Suárez, en Mar del Plata se llegó a trabajar con once programadores, cuando el Festival de Cannes “está trabajando con seis. Así que creo que nos vamos a quedar con cinco programadores”. Y explicó que la relación con los programadores era correcta: “Una relación laboral. No éramos amigos, porque yo considero que amigos son los que van a la casa de uno, que salen a comer, que van a ver un partido de fútbol. Era una cuestión respetuosa”, grafica, e indica que con Peña “la relación era y sigue siendo excelente”.
Consultado acerca de si existe la posibilidad de reducir el tamaño del festival, Martínez Suárez advierte: “Me parece que se me fue la mano en la cantidad de películas que tuvimos el año pasado. Me parece recordar que tuvimos alrededor de 380. Es un poco exagerado. Vamos a ver si trabajamos con menos cantidad y las podemos dominar mejor. Al fin y al cabo, esa cantidad significaba durante diez días de exhibición un promedio de 38 películas por día. Me interesa trabajar con menos cantidad de películas, lo cual significa que vamos a hacer una selección más precisa”. El presidente del FicMdP también dijo que “hay un convenio que se está estableciendo, que está llevando adelante Liliana Mazure (presidenta del Incaa), no sólo con la Municipalidad de Mar del Plata, sino con la gobernación de la provincia de Buenos Aires”. No obstante, en el campo artístico, aclara Martínez Suárez, “todo va quedar en manos, por supuesto, del Festival propiamente dicho”.
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