Jueves, 5 de febrero de 2009 | Hoy
CINE › ESTA NOCHE COMENZARá LA 59ª EDICIóN DE LA BERLINALE
El thriller político Agente internacional abrirá el juego en la muestra, que lucirá abierta a las coproducciones y a los films que abordan la crisis. Se verán, también, títulos de cineastas de renombre, como Stephen Frears, Bertrand Tavernier, François Ozon y Manoel de Oliveira.
Por Luciano Monteagudo
Desde Berlín
La ciudad luce tranquila y en pleno funcionamiento, a diferencia de lo que sucedió con otras capitales europeas en los últimos días, literalmente bloqueadas por unas nevadas históricas, que alteraron por completo la vida cotidiana. Pero en Berlín, en cambio, el tiempo se presenta benigno –todo lo benigno que pueden resultar un par de grados bajo cero y un cielo eternamente gris, que no deja pasar un solo rayo de sol–, por lo cual la alfombra roja frente al Berlinale Palast ya está lista para que esta noche dé comienzo una nueva edición (la número 59) de uno de los festivales de cine más importantes del mundo, junto con Cannes, Venecia y Toronto.
Clive Owen y Naomi Watts serán las estrellas de la noche, como protagonistas de Agente internacional/The International, el thriller político que eligió la Berlinale para abrir el fuego. Dirigido por el local Tom Tykwer, es una coproducción entre Alemania y los Estados Unidos pensada para ganar público a ambos lados del Atlántico. Se sabe que el director de Corre, Lola, corre corrió más que Franka Potente en aquella película para llegar a tiempo a la noche de gala de hoy, pero a pesar de todo habrá que ver si en el camino su película no quedó desactualizada: es una investigación sobre la corrupción de un megabanco involucrado en el financiamiento a grupos terroristas; pero que se sepa, los villanos son ahora los capitalistas que con sus especulaciones y vaciamientos están haciendo colapsar a medio mundo.
En todo caso, si de coproducciones se trata, la Berlinale también tendrá –mañana– el estreno europeo de El lector, versión de la célebre novela del autor alemán Bernhard Schlink, que ya le valió a su protagonista, Kate Winslet, una candidatura al Oscar a la mejor actriz por este trabajo. A pesar de transcurrir en Alemania (en la novela, la historia del país durante el nazismo tiene una importancia fundamental), la película fue dirigida por el inglés Stephen Daldry –el realizador de Billy Elliot y Las horas– y propone un elenco esencialmente británico, encabezado no sólo por Winslet, sino también por Ralph Fiennes.
La palabra “globalización” aparece una y otra vez en los textos de presentación –en el catálogo, en las revistas locales– de Dieter Kosslick, el director de la muestra, pero no se refiere solamente a las coproducciones internacionales. Atenta como ha estado siempre al pulso de su época, la Berlinale promete este año varios títulos que se relacionan de manera directa con la crisis económica que ya está encima de todos. El primero que menciona Kosslick es The Shock Doctrine, versión fílmica del ensayo de Naomi Klein sobre “el capitalismo del desastre”, que llevó al terreno del documental el realizador de Guantánamo, Michael Winterbo-ttom, quien a fines del año pasado estuvo en Argentina para rodar algunas escenas de este trabajo. Otro título que cita Kosslick para afirmar su tesis de que la Berlinale está atenta a lo que sucede es Food Inc., un documental de Robert Kenner, realizado en colaboración con Eric Schlosser (el autor de Fast Food Nation), que promete una investigación reveladora sobre la manipulación de la industria alimentaria, que gana cada vez más con menor calidad y dejando en situación de hambre a millones de habitantes de todo el mundo.
Para probar que el cine no sólo da cuenta de la realidad que lo circunda, sino también que muchas veces la anticipa, la Berlinale –aprovechando que este año se cumplen dos décadas de la reunificación alemana– programó toda una sección denominada “Después del invierno llega la primavera: films que presagiaron la caída del Muro”, que incluirá no solamente films locales, sino de toda Europa del Este (del ruso Rolan Bykov al polaco Krzysztof Kieslowski), donde ya se veían las rajaduras que iban a terminar en escombros.
Pero un festival de cine no debería confundirse con el Foro Social Mundial y para ello la Berlinale se agenció una lista de películas (ver recuadro) de directores de renombre: Stephen Frears, Bertrand Tavernier, François Ozon, Théo Angelopoulos, Manoel de Oliveira, Claude Chabrol, Paul Schrader, Catherine Breillat, Julie Delpy, Hans-Christian Schmid, Ermanno Olmi, Andrew Bujalski, José Padilha, Gus Van Sant, Harun Farocki, Sono Sion, Costa-Gavras y Thomas Heise, entre muchos otros.
La presencia argentina es importante (ver aparte) y tempranera: mañana, en el inmenso Zoo Palast, una de las salas históricas del festival, con capacidad para 1600 espectadores, tendrá lugar el estreno mundial de El niño pez, el segundo largometraje de Lucía Puenzo después de XXY, que dos años atrás le valió en Cannes el premio de la Semana de la Crítica. Habrá también coparticipación argentina en la competencia oficial e intervención plena en el Forum del Cine Joven, en los Work in Progress, en el Co-Produktion Market y hasta en el Talent Campus. Se diría que sólo falta algún nombre argentino en la retrospectiva, pero eso desde ya parecía imposible: este año está dedicado a la restauración de films en 70mm., y el cine argentino nunca intentó nada parecido a Ben-Hur, West Side Story o Lawrence de Arabia.
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