Lunes, 2 de noviembre de 2009 | Hoy
CINE › EL SáBADO SE ENTREGARON LOS PREMIOS LA MUJER Y EL CINE
El 10º Concurso Nacional de Cortometrajes organizado por esa asociación cultural galardonó a Manteles, de María Victoria Bonino; Veo Veo, de Ludmila Rosenzweig; Dice que no sabe, de Valeria Sartori; y Chámame, de Silvina Szperling.
Por Oscar Ranzani
La asociación cultural La Mujer y El Cine, una entidad con veintiún años de existencia, pensada como un ámbito para estimular, promover y difundir películas realizadas por mujeres, organizó el 10º Concurso Nacional de Cortometrajes destinado a realizadoras argentinas, que fue auspiciado por Página/12, entre otras empresas e instituciones. La respuesta fue notable: se presentaron 216 cortos documentales, de ficción y animación, de las más variadas temáticas y procedentes de ciudades de todo el país. Un jurado de preselección integrado por Moira Soto, Verónica Eseberri y Luis Gutmann eligió 50 trabajos que se exhibieron entre el jueves y el sábado pasado en el Malba.
La premiación se conoció el mismo sábado en un acto que contó con la presencia de diversas integrantes de La Mujer y el Cine, entre ellas Annamaría Muchnik, directora del concurso. “La idea del concurso de cortos realizados por mujeres es darles una pantalla y un espacio a las mujeres para que puedan mostrar sus obras, y muy especialmente a las chicas del interior”, le dijo Muchnik a este diario. El jurado de premiación estuvo compuesto por el crítico de cine de Página/12 Luciano Monteagudo; la actriz Gabriela Toscano, la realizadora María Victoria Menis, el guionista y cineasta Jorge Goldenberg y Susana López Merino, una de las fundadoras de La Mujer y El Cine.
El premio Página/12 al mejor documental le correspondió a Manteles, de María Victoria Bonino. El gerente de Relaciones Institucionales de este diario, Carlos “Gandhi” González, fue el encargado de entregarle a la directora del documental una obra plástica realizada en acrílico sobre madera por el artista Adolfo Nigro. En Manteles, varias mujeres de distintas edades relatan recuerdos y anécdotas sobre este objeto y de esas historias se desprenden temáticas tales como el mantel que no tapa, el que permite ver, el mantel en relación con el legado materno, el mantel y las fiestas y el mantel y los seres queridos, entre otras. El jurado premió este corto “por la singularidad de la mirada y la sensibilidad con que está tratado un objeto de uso cotidiano, capaz de condensar emociones y sentidos”. La directora comentó ante este diario que la idea “era elegir un objeto cotidiano en el límite entre lo decorativo y funcional y ver cómo se plasmaban un montón de otras cosas en ese objeto”.
El premio María Luisa Bemberg: una nueva mirada, consistente en 10 mil pesos, fue para Veo Veo, de Ludmila Rosenzweig. El jurado argumentó su decisión “por la energía con que expresa una situación de violencia familiar y mediática que asocia procedimientos visuales y sonoros muy originales y novedosos”. Rosenzweig comentó que la idea de su trabajo nació por un problema familiar que tuvo y entonces se inspiró en su familia: “Como no estaba yendo más al psicólogo pensé en hacer un corto y sirvió como una terapia. Es la historia de una chica que fue abusada por su abuelo y empieza a tener una serie de imágenes en su cabeza tratando de recordar”.
El premio temático sobre violencia contra la mujer, dotado de 8 mil pesos, recayó en las manos de Valeria Sartori, directora de Dice que no sabe. El jurado eligió ese cortometraje “por la denuncia de opresión de género en una situación laboral en la que la mujer se siente imposibilitada de denunciar el atropello del que fue víctima”. Fue la mirada de Sartori sobre su propia realidad la que dio origen a su trabajo: “Cómo muchas mujeres tienen que trabajar en ámbitos ‘masculinos’, como en este caso en una estación de servicio. Busqué hablar de un tipo de violencia que para la mayoría de la sociedad está borrada, negada o naturalizada. La idea era hacerla explícita”, expresó a este diario la directora.
Latas de películas, horas de transfer y 8 mil pesos: en eso consistió el premio La Mujer y el Cine. El jurado le otorgó ese galardón a Chámame, de Silvina Szperling, “por el desparpajo, el humor y la muy brillante ejecución de la realización integral”. La directora comentó que el corto “nació por una obra escénica de la coreógrafa Susana Szperling, que tenía un monólogo que trataba sobre la historia de una mujer muy delirante que no se sabía si mentía o si era muy fantasiosa. Fue un trabajo de transcribir al lenguaje audiovisual una obra que era más bien un texto escénico”.
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