Domingo, 3 de enero de 2010 | Hoy
CINE › JIMMY PAGE BRILLA EN EL DOCUMENTAL IT MIGHT GET LOUD, JUNTO A THE EDGE Y JACK WHITE
El ex guitarrista de Led Zeppelin retorna al candelero con el film dirigido por Davis Guggenheim, que aquí se vio en el último In-Edit, y ya se habla de una gira solista para el año próximo. Pero de nuevo disco, por ahora, no hay noticias.
Por James McNair *
El Gibson Guitar Studio del West End londinense es, naturalmente, una cueva de Aladino de instrumentos musicales. Hoy, sin embargo, un ocupante eminente de su lounge de artistas está discutiendo la guitarra virtual. “Cuando salió el videogame Guitar Hero pude ver que sería bueno para papá y los chicos en Navidad”, dice Jimmy Page. “Pero en términos de la relación con tocar de verdad la guitarra, tiene más que ver con jugar al pinball. Cuando los de Guitar Hero estaban intentando que Led Zeppelin se involucrara, querían los multitracks de nuestras grabaciones originales. Entonces les dije: ‘Está muy bien divertirse un poco, pero no sean tontos’.” Aunque Page va a cumplir 66 el 9 de enero, todavía tiene estilo. Un pañuelo acicalado al cuello hace resaltar su elegante campera de cuero negra y su cabello se ve apropiadamente distinguido desde que abandonó la tintura para hombres. A su derecha está Davis Guggenheim, el director de It Might Get Loud, un nuevo documental en el que aparecen Page, The Edge (U2) y Jack White (The White Stripes), que en Buenos Aires se vio en la última edición del festival In-Edit. “Podría decirse que nuestra película es la antítesis del Guitar Hero”, dice Guggenheim, cuyo currículum también incluye una biopic de Barack Obama. “Cada uno de nuestros tres guitarristas tiene una voz brillantemente individual, pero en Guitar Hero uno debe replicar una parte ya existente. ¿Cuán aburrido es eso?”
Más allá de la interpretación de “Whole Lotta Love” con Leona Lewis en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Beijing –y por ser el encargado de la inducción de Jeff Beck, su viejo compañero de los Yardbirds, al Salón de la Fama del Rock and Roll en abril pasado–, It Might Let Loud pone a Page en el candelero por primera vez desde el show de reunión de Led Zeppelin en el O2 Arena de Londres, en diciembre de 2007. El film fue rodado principalmente en la capital inglesa, Dublín y Franklin (Tennessee), y puede ser visto como una biopic tripartita de Page, The Edge y White. La vuelta de tuerca es el desenlace de la película. Incluye una “cumbre de la guitarra”, al principio tentativa pero finalmente juguetona, con los tres intérpretes intercambiando riffs y opiniones. “Toda la gente del negocio me dijo ‘Jimmy no va a hacerlo, ni siquiera lo intentes”, recuerda Guggenheim. “Pero realmente queríamos a Jimmy, así que sí lo intentamos, y su gente me invitó a discutir mis ideas.” Page dice que fue el esquema “tangible aunque abstracto” de Guggenheim lo que lo atrajo, y hace notar que el enfoque “de arreglárselas por las suyas” del director involucró capturar sus expresiones y las de sus compañeros mientras subían al escenario para la cumbre. “A Edge lo había conocido brevemente en el O2, y a Jack y a mí nos habían entrevistado juntos sobre viejos músicos de blues para una revista”, agrega el guitarrista con voz suave. “Igual estaba un poco nervioso por la cámara.”
Nacido en Heston, Middlesex, en 1944, James Patrick Page es el héroe de la guitarra de los héroes de la guitarra. Su estilo y su enorme pila de riffs inolvidables son una influencia clave en incontables grandes, desde Eddie Van Halen hasta Slash. Incluso las más leves búsquedas en YouTube entregan material de Page tocando skiffle y siendo entrevistado en el Huw Wheldon Show en 1957, cuando tenía 13 años. Allí, la pregunta “¿qué querés hacer cuando dejes la escuela?”, recibe la entonces totalmente inocente respuesta de “investigación biológica”, hoy cargado de una cierta ironía dadas sus aventuras (muy) posteriores con groupies en la época de Led Zeppelin. Antes de formar la banda junto a Robert Plant, John Paul Jones y John Bonham en 1968, Page ya había salido de gira por Estados Unidos con The Yardbirds, la banda innovadora de la British Invasion que también hizo despegar las carreras de Eric Clapton y Jeff Beck. Pero todavía antes de eso, Page ya había tenido una ocupada carrera como sesionista, en la que su versátil trabajo guitarrístico había formado parte de discos tan emblemáticos como el debut epónimo de The Kinks y el “tema Bond” cantado por Shirley Ba-ssey para Goldfinger. Pero fue Led Zeppelin –el coloso autor de “Escalera al cielo”, que podía tocar cualquier cosa mejor que casi cualquiera, según Keith Moon– quien ganó el corazón de Page. Y eso, para bien y para mal, ha continuado hasta el presente.
Dado que Page fundó la banda y produjo los nueve álbumes de estudio de Led Zeppelin, su status de “el que mantiene encendida la llama” es comprensible. La incidencia de sus igualmente dotados compañeros de banda fue crucial, pero podría decirse que la imaginación de Page, primariamente, fue la que impulsó su carrera estelar, aunque finalmente tirante. La adicción a la heroína de Page en los tiempos de Presence (1976) dejó huella (aunque no en la fantástica música del álbum), pero él finalmente la venció. Mucho más complicada, personal y profesionalmente, fue la repentina muerte de John Bonham en 1980, que atomizó a Led Zeppelin hasta esa reunión única en el O2 en 2007, en la que su hijo Jason tocó la batería. Después de ese show, Page tenía la esperanza de una gira subsiguiente de Led Zeppelin, pero el compromiso de Plant para el concierto del O2 había sido largamente basado en ser un único tributo al fallecido Ahmet Ertegun, el presidente de Atlantic Records que también era un amigo cercano de la banda. Plant también tenía en sus manos un álbum exitoso –y más tarde ganador de Grammys– a dúo con Alison Krauss.
Puede que el bajista John Paul Jones tuviera mucho más apetito por una gira de Led Zeppelin, pero desde entonces ha sido revigorizado por Them Crooked Vultures, el supergrupo de Top 20 que los incluye a él, a Dave Grohl (Foo Fighters) y a Josh Homme (Queens of the Stone Age). Así que, ¿dónde deja todo esto a Page? ¿Tiene él nueva música en camino o se ha resignado a recolectar estatuillas en las ceremonias de premiación que insistentemente honran a Zeppelin? “Es desafortunado que cualquier cosa que quiera emprender se ligue a lo que sea que Robert Plant y John Paul Jones estén haciendo”, dice Page, un tanto malhumoradamente. “Tengo intenciones de hacer música el año próximo y tengo mucha música nueva para presentar, ¿okey? Lo único para decir es que debería haberlo empezado hace un año. Así que vengo con un atraso de un año en lo que vengo haciendo. ¿No está tan mal, no es cierto? Algunos aspectos de este negocio pueden ponerse demasiado complicados, pero me las he arreglado para hacer mi camino entre todo eso y ver el modo de llevarme bien con eso, gracias a dios.”
It Might Get Loud incluye un promisorio instrumental nuevo de Page llamado “Embryo 2”. También ha habido reportes online acerca de una gira solista del violero y una fecha en el concierto inaugural del Show of Peace en Beijing (hay planes para televisarlo y se esperan 100 mil espectadores) ya ha sido confirmada para el 17 de abril. De todos modos, lo que quieren los fans es un álbum de material nuevo, algún destello avanzado de la brillante mente musical que alguna vez apiló capa sobre capa de guitarras imaginativamente orquestadas durante el curso de una tarde. Ya pasaron diez años desde el último disco de Page, Live at the Greek by Jimmy Page and The Black Crowes, y, con todo lo bueno que era, ostensiblemente se trataba de un concierto con lo mejor de Led Zeppelin. La disposición de los Crowes a ponerles naftalina a sus propias canciones y emprender Live at the Greek fue otra medida de la alta estima en la que se tiene a Page y a Led Zeppelin. Al ver It Might Get Loud está claro que Jack White y The Edge también ven a Page como El Capo. Es interesante, sin embargo, que en lugar de sentirse más confiado a partir de esto, Page parece sentir el peso opresivo de las expectativas. “Cuando empecé la jam session con ‘Whole Lotta Love’, lo hice por una especie de energía nerviosa”, dice. “Fue muy espontáneo y no hubo escotillas de escape.”
En agosto de 2009, uno de los héroes guitarrísticos de Page, Les Paul, murió a los 94 años. “Les te llenaba de regocijo cuando te lo encontrabas”, dice el guitarrista acerca de la leyenda criada en Waukesha, Wisconsin. “El tenía un carisma y un encanto maravillosos, y si no fuera por su intervención, la ciencia de la grabación de audio simplemente no estaría en el nivel en que está hoy.” Aunque Page es uno de una legión de guitarristas en elegir la guitarra eléctrica Gibson inventada por Les Paul, incluso más allá de eso, es fácil ver por qué él se llevaba bien con el hombre nacido como Lester William Polsfuss. Como Page lo hizo después, Les Paul era un maestro de las partes de guitarra en capas y sus innovaciones en el campo de la grabación en tracks múltiples y procesamiento de efectos les dieron a tipos como Page y Jimi Hendrix la posibilidad de tomar el testigo y correr.
La escena más conmovedora del documental de Guggenheim es una en la que Page regresa, casi seguramente por última vez, a Headley Grange en Hampshire, el edificio del siglo XVIII en el que Led Zeppelin escribió y grabó “Escalera al cielo”. Conseguir acceso fue un golpe maestro, ya que los actuales dueños de la casa están comprensiblemente cautelosos con la clase de fans de Zeppelin ciegamente fervientes que, en 2007, se robaron una puerta delantera instalada años después de la última vez que estuvo la banda. Vagar por los sagrados pasillos de Headley y tocar la parte de mandolina de “The Battle of Evermore” parece abrir algo dentro de Page y él habla en voz alta sobre el momento en el que se pondrá demasiado débil como para levantar una guitarra. “Uno simplemente intenta mantener muy, muy lejano ese día, fuera de la vista”, dice tranquilamente.
* The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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