Había una vez, en la tierra de la imaginación y la fantasía, productores de cine que se quedaron sin ideas. Entonces llamaron a sus genios de las computadores y convirtieron viejos cuentos de hadas en películas flamantes, como por arte de magia. Puede que Hollywood acabe de disfrutar de su año más exitoso –en 2009 la taquilla pasó la barrera de los 10 mil millones de dólares por primera vez–, pero apuesta a un montón de remakes, secuelas y especialmente cuentos de hadas para niños y otras historias fantásticas para atraer a las multitudes en 2010.

La Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton, en la cual él se imagina a Alicia como una chica de 19 años que hace su segunda visita al agujero del conejo, será estrenada en marzo. Robin Hood también tendrá otra vuelta en mayo, con el director de Gladiador Ridley Scott en equipo con la estrella de aquella película, Russell Crowe, para revisar la historia del ascenso a la notoriedad del fuera de la ley. En julio, Disney usará la famosa secuencia de la escoba danzante del pionero dibujo animado Fantasía, de 1940, como un trampolín para una moderna historia de El aprendiz de brujo, con Nicolas Cage. Cuatro meses más tarde, el estudio estrenará la versión que mezcla CGI con animación hecha a mano del tradicional cuento de hadas Rapunzel. Los estudios también esperarán que el público continúe siento atraído por el renacimiento de la animación, ya que películas originales de animación por computadora como Up estuvieron entre las más recaudadoras del año pasado. La saga de la llegada a la madurez del joven vikingo en How to Train your Dragon se estrenará en marzo. La primera parte del episodio final de Harry Potter, Las reliquias de la muerte, llevará al año de fantasía hasta noviembre. Jack Black redondeará el año con su versión actualizada de Los viajes de Gulliver, que encuentra a Lilliput en algún lugar de la India oriental.

La autora Marina Warner, experta en mitos, dijo que las películas les agregaban nuevas capas de significado a cuentos de hadas relativamente modernos y que eran parte de un resurgimiento en el uso del mito en los últimos años, particularmente en los videogames. “Por supuesto, a causa de la CGI, ahora pueden hacerlo –aclaró–. Pero los mitos y cuentos de hadas modernos trascienden culturas, fronteras geográficas y de idioma, y eso es lo que necesitan hacer los estudios. Puede que suene cínico –y existe el argumento de que achata las idiosincrasias en las culturas–, pero también pueden hablar más allá de las diferencias, y eso puede ser positivo. Podemos usar la fantasía como una ventana democrática. Además, estas historias atraen tanto a los adultos como a los niños, y eso es algo bastante nuevo. Pueden mirar a las crisis universales de la vida humana, tales como crecer, la muerte o el sexo, pero de un modo que los chicos pueden captar.”