Jueves, 18 de marzo de 2010 | Hoy
CINE › COMIENZA UN CICLO DE DOCE LARGOMETRAJES FRANCESES
El programa que se extenderá hasta el miércoles 24 en el Patio Bullrich permitirá no sólo entrar en contacto con perlas de François Ozon, Martin Provost y Agnés Varda, sino también con La rodilla de Clara, film de Eric Rohmer nunca estrenado en la Argentina.
Por Oscar Ranzani
Si se tiene en cuenta la escasa cantidad de películas europeas que llegan a las carteleras porteñas debido a la invasión de los tanques hollywoodenses que acaparan las salas multipantalla, la muestra Les Avant-Premières 2010 viene a establecer un claro acto de justicia en la pantalla grande de estas latitudes: entre hoy y el 24 de marzo se desarrollará este ciclo de doce preestrenos de largometrajes franceses que permitirán trazar un panorama del séptimo arte del país galo, a través de producciones realizadas por jóvenes promesas y directores consagrados. Además, la muestra, organizada por Green Tara Producciones –con el auspicio de la Embajada de Francia–, arriba a los cines del Patio Bullrich (Av. del Libertador 750) con dos invitados: el actor catalán Sergi López, protagonista de Ricky, y el francés Louis-Do de Lencquesaing, intérprete de El padre de mis hijos.
Ricky es una película un tanto inclasificable, porque transita desde el drama social hacia lo fantástico. Basado en la novela Moth, de la escritora inglesa Rose Tremain, el film de François Ozon (8 mujeres, La piscina), que participó de la Competencia Oficial del Festival de Berlín 2009, tiene como protagonista a Kathie (Alexandra Lamy), una madre soltera que se enamora de Paco (López), un obrero español que se ha incorporado a la fábrica donde ella trabaja. El amor entre ambos no tarda en aparecer y tampoco en diluirse. Es que, producto de la relación, Kathie da a luz un bebé al que llaman Ricky, pero a los días de haber nacido le aparecen dos moretones en la espalda y la mujer culpa a su pareja del hecho. Pero, en realidad, esos moretones van desapareciendo con el correr de los días y el film, entonces, incorpora un elemento fantástico que se mezcla con la temática social: a Ricky le nacen alas en ese lugar. Desde ese momento, esta situación trastrueca el entorno familiar. Y la sociedad se conmueve, mientras los medios hacen un festival morboso con la noticia.
El padre de mis hijos, de Mia Hansen-Löve, obtuvo el Premio Especial del Jurado en la prestigiosa sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes 2009. Situada en la majestuosa Ciudad Luz, la historia muestra la lucha de un hombre parisino que durante veinte años ha batallado por mantener su productora, Moon Films, pero en la actualidad atraviesa una situación dolorosa para cualquiera: acreedores obsesionados por cobrar, bancos que urgen por recuperar sus inversiones y una cantidad innumerable de deudas que funcionarán como disparadores de la desesperación de Grégoire Canvel, el protagonista. A pesar de todo, Grégoire tiene un tesoro importante: una familia que lo quiere mucho. Pero el film avanza con el agobio del protagonista, quien se inclina por tomar una decisión extrema.
Uno de los platos fuertes del ciclo es La rodilla de Clara (1970), film nunca estrenado comercialmente en Argentina, del legendario Eric Rohmer. Un cineasta que falleció el pasado 11 de enero a los 89 años, pero que, sin duda, figura desde hace mucho tiempo como uno de los máximos exponentes de la historia del cine francés. La rodilla de Clara parte con un viaje del diplomático Jerome. Este personaje decide tomarse unas vacaciones en las orillas de un lago, donde por casualidad se encuentra con Aurora, una amiga del alma. Aurora es escritora y busca convencer a Jerome de que seduzca a Laura, la hija adolescente del matrimonio dueño de la propiedad donde reside, ya que ella cree que un amor de ese tipo sería un buen “gancho” para escribir su próxima novela. Jerome acepta jugar, pero la situación se le irá de las manos cuando comience a sentir una poderosa atracción por Clara, la hermanastra de Laura.
Otro de los títulos que prometen es Séraphine, drama biográfico dirigido por Martin Provost, que arrasó en la entrega de los Premios César 2009 –considerados los Oscar franceses–, ya que obtuvo siete galardones; entre ellos, Mejor Película, Mejor Guión y Mejor Actriz. La historia se sitúa en 1913 y en Senlis: hasta allí viaja el coleccionista alemán Wilhelm Uhde, uno de los principales compradores de cuadros de Pablo Picasso, para tomarse un descanso y comenzar a escribir. Hasta que llega una mujer contratada por la casera del departamento donde Wilhelm se hospeda para que se ocupe de las tareas de limpieza. Hasta allí, ninguna sorpresa, pero cuando Wilhelm va a cenar una noche a la casa de la dueña del departamento donde pasa sus días, se encuentra con un cuadro que le impresiona y se queda perplejo al enterarse de que lo pintó la muchacha que limpia su propiedad. A partir de ese momento, nacerá una relación afectiva entre ambos.
Del director argelino-francés Rachid Bouchareb se presentará London River, largometraje con el que uno de los mejores actores africanos contemporáneos, el malí Sotigui Kouyaté, obtuvo el Oso de Plata a la Mejor Interpretación Masculina en el Festival de Berlín 2009. Se trata de una ficción inspirada en un hecho real: el atentado terrorista perpetrado el 7 de julio de 2005 en el metro y en un ómnibus de Londres que dejó un saldo de 56 personas muertas y 700 heridas. La película cuenta la historia de Elisabeth, una mujer cristiana que vive en la isla de Guernsey y que ante la mala noticia trata de contactarse con su hija que vive en Londres. Por otro lado, está Ousmane (Kouyaté), un trabajador musulmán que también trata de ubicar a su hijo residente en Londres. Estas dos personas llegan a la capital de Inglaterra a tratar de dar con el paradero de sus familiares. A pesar de las diferencias religiosas y culturales, la historia muestra que comparten las mismas preocupaciones y esperanzas: ubicar lo más preciado que tienen en sus vidas.
Además de las ficciones, el público podrá conocer el documental Las playas de Agnès, de otra leyenda del cine, la directora de origen belga Agnés Varda. En esta especie de biografía y retrato propio, la cineasta relata momentos de su vida, entre los que se destacan sus inicios como fotógrafa de teatro hasta el momento en que llegó a convertirse en una gran directora de cine, siendo considerada “la abuela” de la Nouvelle Vague, el movimiento de cineastas que revolucionó el cine galo a fines de la década del ‘50. También pueden conocerse las experiencias vividas en los viajes que realizó a Cuba, China y Estados Unidos y su posterior rol como productora. Tampoco falta la historia familiar de esta mujer que, con 81 años de vida, tiene mucho por contar.
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