CINE › MGM FRENTE A LA CONVOCATORIA DE ACREEDORES
› Por Stephen Foley *
Desde Nueva York
El futuro de uno de los más famosos estudios cinematográficos pende de un hilo, representado en el balance por el cual los acreedores deberán decidir si fuerzan a Metro Goldwyn Mayer a declararse en convocatoria de acreedores. Famoso por su logo con el león rugiente, el histórico estudio es hogar de las franquicias de James Bond y La Pantera Rosa y tiene un catálogo de clásicos que van de Lo que el viento se llevó y Ben Hur a El mago de Oz y 2001: Odisea del espacio. Pero una toma de control de 5 mil millones de dólares por un consorcio privado en 2004 dejó herida a la compañía, y los inversores que financiaron ese acuerdo se enfrentan a la opción de vender por menos de lo que pagaron, o tratar de arreglar una reestructuración de deuda que les daría la propiedad formal, un intento de devolverle al estudio su vieja gloria.
Los acreedores fijaron el día de hoy como el límite final para llegar a un acuerdo, pero MGM pidió la semana pasada extender esa fecha, mientras intenta conseguir mejores ofertas de compra por parte de dos empresas: Time Warner, dueña de los estudios Warner Brothers, y Access Industries, un conglomerado controlado por Len Blavatnik, el hombre de negocios ruso basado en Londres que rankea entre las cien personas más ricas del mundo. El grupo productor de cine y TV Lions Gate Entertainment se retiró de la subasta la semana pasada; se dice que Time Warner lidera las ofertas con 1500 millones, muy por debajo de los 2 mil que esperaban los acreedores.
MGM viene peleando bajo una deuda de 3700 millones de dólares al haber sobreestimado el flujo de dinero de un catálogo de más de 4 mil películas que se remonta a su fundación, en 1924. La caída en ventas de DVDs afectó seriamente su plan de negocios y el consorcio de inversores –que incluye a los grupos Sony y Comcast, junto a otras cuatro firmas privadas– ya ha cancelado su inversión. Eso deja el destino de la compañía en las manos de los tenedores de bonos, a los que se les ha pedido que presenten una propuesta de canje de deuda, posiblemente como parte de un arreglo de bancarrota controlada que debe ser autorizado por un juez. Las negociaciones continúan a ritmo frenético, y los consejeros de MGM confían en que podrán tentar a Time Warner o a Blavatnik a mejorar sus ofertas.
Acuerdos como el que cerró Disney al comprar Marvel por 4 mil millones prueban que la financiación vuelve a ser posible para actividades de adquisición o fusiones. Michael Corty, analista de la empresa Morningstar, dijo que Time Warner parece ser mucho más realista, a diferencia del consorcio que compró MGM al billonario Kirk Kerkorian y sus socios en 2004. “El precio de compra de 5 mil millones fue visto como otro signo de la burbuja que vivía Hollywood en el momento y el valor ha caído”, dijo. “El interés de Time Warner es de comprar barato, y la creencia es que se abrirá de la negociación si el precio final es demasiado alto.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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