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Martes, 6 de abril de 2010

CINE › EL DIRECTOR ITALIANO ENRICO OLDOINI HABLA DE LOS MONSTRUOS DE HOY

“Expuse la malicia en primer plano”

Casi medio siglo después de Los monstruos, la legendaria sátira de Dino Risi, a la que le siguió Los nuevos monstruos, Oldoini aporta un tercer capítulo. “Berlusconi es un personaje famoso tanto gracias a los que lo aman como a los que lo critican”, dice.

 Por Ezequiel Boetti

Pasó casi medio siglo desde que el guionista y director italiano Dino Risi pergeñó, junto con Furio Scarpelli, Ettore Scola, Ru-ggero Maccari y Elio Petri, entre otros, uno de los máximos exponentes de la época de oro de la comedia italiana: Los monstruos. Sus 20 episodios eran un ácido muestreo de la hipocresía e individualismo imperante en una sociedad que prefería levantar como estandarte el crecimiento y bienestar. Tras la secuela de 1977, Los nuevos monstruos, también con Risi capitaneando el equipo, el realizador Enrico Oldoini tomó coraje y completó la trilogía con Los monstruos de hoy, en 2008. “Co-escribí mi ópera prima (Cuori nella tormenta) con los guionistas Ettore Scola y Furio Scarpelli, en 1984. Ellos sabían de mi devoción por la saga, y cuando surgió la posibilidad de la tercera parte, me la ofrecieron y acepté. Ya era como un integrante más de la familia”, asegura a Página/12 el italiano, que presentó su película en la última edición de Pantalla Pinamar, a comienzos de marzo. Sin embargo, no le resultó fácil encarar el proyecto. “Era muy escéptico, sobre todo porque la primera película me parece extraordinaria”, reconoce.

Con una apuesta por momentos más cercana al slapstick hollywoodense que al humor social del par de films protagonizados por Ugo Tognazzi, Vittorio Gassman y compañía –sobre todo el primero–, Los monstruos de hoy mantiene la estructura episódica, pero con un tono menos cáustico y corrosivo, más resignado que crítico. Oldoini elude las connotaciones sociopolíticas para adoptar una mirada más ingenua y caricaturesca (que no satírica) de la realidad. “Exageramos los defectos que son comunes a los italianos y a gran parte del mundo. Creo que el comportamiento de los personajes no sólo se debe a la nacionalidad, sino a la conducta humana en sí”, razona el director. Financiada por el estudio Warner Bros, la película estrenada en su país de origen en marzo de 2009 funciona también como una suerte de legado genealógico. Silvia Scola y Giacomo Scarpelli (ganador del Oscar por El cartero), los hijos de Ettore Scola y Furio Scarpelli respectivamente, fueron los encargados de construir el guión junto con Oldoini.

–Los monstruos se estrenó cuando usted era un adolescente. ¿Qué significó para usted ese film?

–No había muchas películas en episodios cuando era chico. Las esperábamos con muchísima ansiedad y, cuando finalmente se estrenaban, las desgranábamos y disfrutábamos enormemente. En el colegio imitábamos a los distintos personajes, jugábamos a ser Ugo Tognazzi o Vittorio Gassman. La comedia italiana era mi gran amor; siempre preferí ese género antes que los spaghetti western o el drama romántico. El amor no me importaba demasiado en aquella época.

–¿Cuál fue la reacción del público italiano antes Los monstruos de hoy?

–No fue muy buena. Son pocos los films que pueden aspirar a convertirse en grandes éxitos, a recaudar más de dos millones de euros. Además, el público italiano suele ser muy fiel a los grandes directores y tiene muy poca consideración por las comedias, que generalmente son bastante maltratadas por la crítica. Hay una tendencia en Italia al humor ligero, liviano y superficial, en el que se invierte mucho dinero, sobre todo en Navidad. El problema fue que la distribuidora lanzó a Los monstruos de hoy como si fuera una película de ese estilo. Cuando aparece una propuesta de este género le cuesta conseguir su espacio en la cartelera y tener éxito.

–¿Por eso hoy casi no se exhiben comedias italianas en Argentina?

–Se siguen filmando comedias, pero no todas tienen éxito, ya que sólo funcionan bien en taquilla las que pertenecen al “cine de actores”: películas protagonizadas por intérpretes muy conocidos para la mayor parte del público. Los monstruos de hoy, en cambio, se encuadra en la otra tendencia, es una comedia más pequeña destinada a un público adulto. Son películas que tienen un ingreso bastante menor.

–¿Cuánto cambió la sociedad italiana desde los primeros monstruos en 1963 hasta ahora?

–Las sociedades cambiaron en todo el mundo, no sólo en Italia. Los monstruos fue la primera sátira de las costumbres sociales; ahora la televisión muestra todos los días ese costumbrismo que inició Risi. La gran dificultad que tuvimos cuando encaramos Los monstruos de hoy era tener una originalidad propia. Cuatro décadas atrás era todo una novedad, un género en plena exploración. Hoy los espectadores están más informados y acostumbrados, y eso dificulta la elaboración de una situación cómica e irónica acerca de la vida cotidiana.

–¿Las situaciones que plantea Los monstruos de hoy son propias de la idiosincrasia italiana o son adaptables a cualquier parte del mundo?

–Hay un poco de ambas. Los puntos esenciales son italianos: los vicios, los hechos, las costumbres. Es la malicia de esa sociedad en particular la que está en primer plano. Nuestro país está sintiendo una nueva maldad viviente que es la superficialidad y la indiferencia hacia los otros. Como director exageré esos defectos, que son comunes entre los italianos y gran parte del mundo. Hay muchas situaciones que sí tienen una faceta más global, que no distinguen nacionalidad y están menos arraigadas a un país en particular.

–¿Qué papel juega Silvio Berlusconi en la sociedad actual?

–No me atrevo a hablar mal de él, no por cuestiones laborales, sino porque hace muchos años estuve en su casa. Políticamente no es mi manera de pensar, pero es una persona muy amable y afectuosa.

–¿Influyó a la hora de imaginar los personajes?

–No, desde el comienzo evitamos de la manera más absoluta la sátira política porque se hace todos los días en televisión. Berlusconi es un personaje famoso y con poder tanto gracias a los que lo aman como a los que lo critican. De una manera u otra siempre se habla de él, y nosotros decidimos no hacerlo.

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“Los monstruos de hoy es una comedia pequeña, destinada a un público adulto”, dice Oldoini.
 
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