Mar 10.08.2010
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CINE › PABLO TESORIERE HABLA DE SU SEGUNDO DOCUMENTAL, FúTBOL VIOLENCIA S.A.

“Cualquiera puede ser una víctima”

El film indaga en las causas y consecuencias de la violencia en el fútbol argentino e investiga la complicidad entre dirigentes y barras bravas, el rol de la policía, la ceguera de la Justicia y la ausencia del Estado como medio responsable de la solución.

› Por Oscar Ranzani

La violencia en el fútbol ha ido creciendo a un nivel alarmante en las últimas décadas. Es por eso que, ahora, el cine comienza a reflexionar sobre esta problemática: Fútbol Violencia S.A., documental escrito y dirigido por Pablo Tesoriere, tiende un manto de sospecha sobre quienes deben velar por la seguridad en los estadios y sus adyacencias. A través de testimonios relevantes de periodistas, abogados, sociólogos y políticos, Tesoriere indaga en las causas y consecuencias de la violencia en el fútbol argentino, e investiga la complicidad de los dirigentes, la impunidad de las barras bravas, el rol de la policía, la ceguera de la Justicia y la ausencia del Estado como medio responsable de la solución. A lo largo del documental desfilan opiniones de Eduardo Galeano, Víctor Hugo Morales, Enrique Macaya Márquez, Juan Pablo Varsky, Alejandro Fabbri, Gustavo Veiga y Pablo Alabarces, entre muchos otros. Al menos llamativa es la ausencia de testimonios de dirigentes de la AFA. Pero no sólo de análisis a la distancia se compone este documental: Tesoriere también va en busca de familiares de víctimas. Ese es el momento en el que el film adquiere un tono más emotivo, ya que permite una identificación instantánea del espectador con aquellos que han perdido un ser querido en un estadio o en sus adyacencias. Fútbol Violencia S.A. puede verse los jueves de agosto a las 20.30 en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543).

No es la primera vez que Tesoriere elige un tema espinoso vinculado al fútbol: su ópera prima fue Puerta 12. Allí investigó la tragedia producida hace cuarenta y dos años en el estadio Monumental, donde murieron 71 personas aplastadas y asfixiadas. Pero en su nuevo documental, Tesoriere indaga un tema tan áspero como vigente y lo hace a través de un sostenido nivel de profundidad. Tal vez en eso radica la gran cantidad de entrevistados de “distinto palo” que aparecen en su largometraje. “Cuando estaba haciendo Puerta 12 empezó a surgir la idea de hacer algo actual de lo que estaba pasando en el fútbol”, relata el director a Página/12. “Y las preguntas que planteaba en Puerta 12 sentía que podía encontrarlas hoy en día en la violencia en el fútbol. Cuando estrené Puerta 12 ya tenía la mitad de este documental hecha. Así que, en realidad, es como si las películas conversaran. Las incógnitas que surgieron en Puerta 12 pueden resolverse mirando Fútbol Violencia S.A.”, agrega Tesoriere, quien sostiene que este documental –que contó con la ayuda de la ONG Salvemos al Fútbol– funciona “como una enciclopedia a manera educacional”. Por eso, también tiene la idea de que se difunda en los colegios.

–¿Uno de los objetivos, entonces, es profundizar el debate y generar conciencia?

–Sí. Fue el claro objetivo. En cada exhibición que hicimos durante el año y medio en que estuvimos presentando la película antes de este estreno, hubo un debate posterior. Justamente, la idea es buscar un espectador activo, y también movilizar, que la gente pregunte, sacar todas las incógnitas que tiene. Por eso siempre se plantearon debates de distinta índole y con diferentes personalidades.

–El hecho de convocar a periodistas, sociólogos, abogados, políticos y una gran parte del arco conocedor del tema, ¿fue una manera de invitar a cada uno de ellos a que aportara una luz para la solución desde su lugar?

–Sí, ésa era la parte más complicada: que no sólo nos dieran su opinión del tema sino que arriesgasen una solución. Por eso, justamente en el final del documental, cada entrevistado arriesga una solución desde su lado. Y creo que si uno ve ese bloque, puede llegar a encontrar esa solución. Son distintos puntos que hay que atacar y que los tenemos desde que pasó la tragedia de la Puerta 12: la infraestructura de los estadios, de educar a la policía, si están iluminadas o no las entradas y las salidas. Para encontrar la solución a la violencia en el fútbol tenemos que atacar esos puntos.

–¿Y por qué si algunas soluciones están, al menos presentadas, no se resuelve la problemática?

–Porque justamente el fútbol es un negocio, hay muchos intereses, y acá somos pioneros no sólo en hablar de violencia sino de violencia y corrupción.

–¿Ambas van de la mano?

–Van completamente de la mano. Y por eso nadie se hace cargo, porque hay como una sociedad anónima, como lo señala el título de la película, en la cual nunca se encuentra realmente al culpable. Si ocurre un accidente cerca de la cancha, los dueños del estadio no son los culpables, la policía tampoco. Entonces, ¿quién se hace cargo de esa víctima? El Estado no se hace cargo. Por eso es que hablamos de una sociedad anónima: personas que realmente no se hacen cargo de lo que pasa.

–La primera parte del documental es más analítica, mientras que la segunda, cuando presenta a los familiares de las víctimas, es mucho más emotiva. ¿Esto fue pensado así o se dio de esa manera?

–En realidad, uno empieza a investigar y hasta que no se mete de lleno, no siente del todo la investigación. Después de un par de años de estar con el tema, empecé a conocer a los familiares de las víctimas y a militar con ellos. Y entonces encontré que realmente ellos eran los protagonistas y los que hacían que el documental no fuera objetivo. Es decir, hacían que yo me involucrara cada vez más. Y me parecía que ellos tenían que cerrar el documental. Ellos son la voz por la cual estamos luchando, por la cual militamos. Y por otro lado, te hacen reflexionar y decir: “Esto me puede pasar a mí también”. Las víctimas eran personas que estaban de casualidad en una cancha. Justamente, los muertos no son los barras sino los hinchas que van y la ligan de rebote.

–¿Cómo se puede frenar la impunidad de las barras?

–Por un lado, tenemos que reconocer que tenemos barras. Ese es un gran problema. Son muy pocos los dirigentes que dicen: “Tengo este problema”. Por eso, en el documental entrevistamos a Raúl Gámez (ex presidente de Vélez), porque es uno de los pocos que dice: “Yo fui dirigente, me equivoqué, quise estar con los barras para no tener problemas y no los denuncié”. Entonces, primero hay que reconocer el problema. Una vez que lo hicimos, hay que actuar con la Justicia, pero si miramos hacia otro lado o nos callamos, ése es el problema principal.

–¿Cómo analiza el rol de los medios en cuanto al tratamiento del tema? ¿Cuáles son los principales errores?

–Los medios están involucrados en el negocio del fútbol. Entonces, si nosotros tenemos que denunciar este negocio y hablar de lo malo que es, a los medios se les complica mucho. A su manera, los más independientes informan, y los medios más grandes se mueven de acuerdo con los intereses económicos y políticos que hay.

–¿Por qué no hubo ni un testimonio de ningún dirigente de la AFA?

–Porque actuaron de la misma manera que lo hacen con estas causas. Nosotros pedimos entrevistas y, en realidad, no nos dijeron ni sí ni no. Directamente, se callaron, nunca respondieron. Nosotros mandamos cartas, queríamos entrevistas con Julio Grondona, y si no, con alguien de la AFA. Nunca obtuvimos respuesta. Y en el documental se refleja lo que se vive con las causas de los familiares: ellos tampoco tuvieron respuesta.

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