Aplausos en memoria de Néstor Kirchner, risas ante las habituales salidas cómicas de su máxima autoridad y un momento de alta incomodidad fueron los puntos fuertes de la conferencia de prensa en la que se presentó la nueva edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que tendrá lugar entre el 13 y el 21 de noviembre próximos. Testimonio del acuerdo tripartito entre la Nación, la provincia de Buenos Aires y la ciudad de Mar del Plata, la conferencia de prensa fue brindada por la licenciada Liliana Mazure, presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales; Gustavo Pulti, intendente de la Municipalidad de General Pueyrredón, y el licenciado Juan Carlos D’Amico, presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Completó el cuarteto el veterano realizador cinematográfico José Martínez Suárez, por segundo año consecutivo presidente del Festival de Mar del Plata.

Anunciando una programación que entre largos y cortos asciende a más de trescientos títulos, el realizador de Dar la cara y Los muchachos de antes no usaban arsénico volvió a “robar el show”, haciendo gala de un reconocido, reiterado, a veces desconcertante sentido del humor. Martínez Suárez basó su exposición en la lectura de cifras puras y duras, confirmando que en términos de tamaño la próxima edición del Ficmdp (a la que llamó “De Plata”, teniendo en cuenta que se trata de la número 25) no diferirá demasiado de la del año pasado. Habrá cerca de doscientos largometrajes y dos competencias de cortos, con una cifra total de películas argentinas (78) que supera la de la edición anterior. Fruto, según apuntó la presidenta del Incaa, de una producción anual cercana a los doscientos films, el crecimiento se verá reflejado en un engrosamiento de la Competencia Argentina, una de las tres cabezas de flota del evento.

Mientras que la Competencia Internacional y la Latinoamericana presentarán más o menos la misma cantidad de películas que las últimas ediciones (trece títulos la primera de ellas; diez, la segunda), la Competencia Argentina salta de las nueve competidoras del año pasado a trece este año. “Nuestro único criterio se basa en la calidad de las películas”, señaló Martínez Suárez, que auguró que las representantes locales serán la sorpresa de esta nueva edición del más antiguo festival de cine de territorio argentino. Pero así como el cine local crece en presencia, la del resto de los países latinoamericanos disminuye. Así lo señaló el periodista Fernando Brenner, que un año atrás había marcado ya ese dato preocupante, en la conferencia de prensa de presentación de la anterior edición. “Este año la situación empeoró”, volvió a la carga el colega, no sin razón: sin contar las de la Competencia Latinoamericana, sólo seis de las películas de la región forman parte de la programación de esta Edición de Plata. El dato resulta particularmente relevante, teniendo en cuenta que hasta hace no tanto tiempo el Ficmdp apuntaba a convertirse, antes que nada, en un polo de atracción y encuentro para el cine latinoamericano.

Ante la pregunta tal vez demasiado impertinente, el presidente del festival se levantó, caminó enérgicamente hasta la última o penúltima fila y se paró al lado del colega, pidiéndole que la repitiera. Cosa que aquél hizo, sin amedrentarse en lo más mínimo y con cifras que no fueron rebatidas. Más allá de esa visible debilidad de la programación, y de lo chocante de la situación (daba la sensación de que si alguien se atrevía a hacer alguna otra pregunta poco complaciente iba a tener que vérselas cara a cara con la máxima autoridad del festival), un rápido repaso al muy bien presentado catálogo del festival (cuya diagramación vuelve a ser, como en la edición anterior, idéntica al del Bafici) permite augurar que en términos de calidad e interés cinematográfico, esta edición de Mar del Plata difícilmente esté por debajo de las más recientes.

Además de las últimas películas de los consagrados Jerzy Skolimowski y Otar Iosseliani, la Competencia Internacional ofrecerá lo nuevo de Sylvain Chomet (realizador de Las trillizas de Belleville) y del iraní Rafi Pitts, además de hacerles lugar a representantes de las cinematografías de mayor crecimiento en los últimos años, la rumana y la filipina. El film más reciente de Fernando Spiner (el western criollo Aballay, el hombre sin miedo) y dos óperas primas (la sanjuanina De caravana y el thriller de ciencia ficción Fase 7) serán las competidoras locales en esa sección. La primera proyección pública de Kindergarten (la película de Jorge Polaco jamás estrenada, por cuestiones de censura) y el rescate de Las tierras blancas, de Hugo del Carril, se sumarán al abundante lote de estrenos argentinos que presentará la grilla del festival.

Las películas más recientes de Takeshi Kitano, Lee Chang-dong, Hong Sang–soo, Jia Zhang-ke, John Sayles, Zhang Yimou, José Luis Guerín, Doris Dörrie e Isaki Lacuesta serán parte de la sección Panorama, que auspiciará además, por primera vez en el país, los dos films realizados hasta el momento por el canadiense Xavier Dolan, nuevo enfant terrible del cine internacional. Otras secciones permitirán revisar la actualidad del cine de Europa del Este, el estado del cine iraní, los años dorados del cine australiano, la obra en los márgenes del español Iván Zulueta, las obras completas del indie estadounidense Hal Hartley y un compacto puñado de films del aún hoy inasimilable Marco Ferreri. Hartley, Sayles, Bruno Ganz y el australiano Bruce Beresford serán los principales invitados de esta nueva edición de un festival que, más allá de folklóricos exabruptos, sigue revistiendo interés.