CINE › ATRAPADA, DE JOHN CARPENTER, CON AMBER HEARD
Como en La isla siniestra, de Martin Scorsese, el hospital neuropsiquiátrico del film de Carpenter puede interpretarse como una institución represiva no muy distinta de Hollywood.
› Por Luciano Monteagudo
¿Qué hay más desvalido que una chica corriendo sola por un bosque, en ropa interior y perseguida por la policía? Así empieza Atrapada, pero todo aquel que conozca la obra de John Carpenter sabe que él es, quizás, el mejor discípulo de Howard Hawks. Y que en Hawks las mujeres son siempre personajes fuertes, decididos, capaces de tomar permanentemente la iniciativa. Y esta chica no será la excepción, por más que la quieran encerrar y domesticar en un loquero de una región remota de Oregon, allá por mediados de los años ’60. Hay un aire, un espíritu deliberadamente anacrónico en Atrapada que no tiene que ver sólo con la época en que está ambientado el primer largometraje de Carpenter en más de una década: ese desfase temporal también responde al estilo clásico con el que está rodada, a la fluidez, transparencia y economía de su puesta en escena, que no necesita de la parafernalia de efectos especiales a los que se ha abandonado el cine de terror actual para sostener el suspenso y la tensión narrativa.
Como no tardará en comprobar Kristen (la rubia Amber Heard), no bien la recluyan en el North Bend Pyschiatric Hospital, algo inquietante y siniestro se esconde en esa inmensa mansión de aspecto neogótico, cuyos infinitos pasillos y catacumbas recorre la cámara en movimiento continuo de Carpenter. “Bienvenida al Paraíso”, la recibe irónicamente un enfermero que parece más bien un guardiacárcel. “¡Yo no estoy loca!”, se defiende la chica, a lo que el médico a cargo de su caso (Jared Harris) le responderá con aplomo: “No usamos esa palabra por aquí...”.
Lo primero que llama la atención de Kristen es el pabellón al que la derivan, ocupado solamente por otras chicas de su edad y cada una con una marcada característica particular: la seductora (Danielle Panabaker), la infantil (Laura-Leigh), la artista (Lyndsy Fonseca) y la rebelde (Mamie Gummer, muy parecida a su madre, Meryl Streep). Antes hubo también otras chicas, pero todas van desapareciendo lenta, misteriosa y sistemáticamente, perseguidas por una suerte de ánima viscosa y putrefacta que ronda por ese laberinto y que parece provenir de las propias pesadillas de Kristen.
A todas luces, el guión –que abusa de unos cuantos lugares comunes– no es precisamente lo mejor de Atrapada. De hecho, ni el libreto ni la música pertenecen a Carpenter, que habitualmente suele ocuparse también de esas funciones. Pero como el verdadero autor que es, el director de Christine no puede dejar de hacer suya la película, tanto que hay reconocibles puntos de contacto con su obra previa. De Asalto a la prisión 13 y El enigma de otro mundo proviene un tema esencialmente hawksiano: el grupo en peligro, aislado del mundo exterior y enfrentado a una situación aparentemente sin salida. La diferencia estriba en que, por primera vez en la obra de Carpenter, el grupo que antes era casi exclusivamente masculino ahora está integrado sólo por mujeres. Y una mujer fuerte, una sobreviviente (la supervivencia es otro tema caro a Carpenter) era también, como aquí, la líder del grupo de La niebla.
El asilo para enfermos mentales ya estaba en Noche de brujas y en En la boca del miedo, pero en Atrapada se diría que adquiere otra dimensión, mucho más relevante. Personaje casi en sí mismo, ocupa un lugar similar al que tenía el neuropsiquiátrico en La isla siniestra, de Martin Scorsese, una película con la que Atrapada tiene varios hilos en común.
En tren de interpretación, podría decirse que tanto para Carpenter como para Scorsese esa casa enorme y opresiva significa Hollywood, la institución en la que ambos están recluidos desde hace años y de la que ya no pueden ni quieren escapar, aunque no dejen de intentar subvertirla desde dentro. Esa institución es, se supone, el reino de la normalidad, pero como señala la estupenda, inquietante secuencia de títulos de Atrapada, hecha de antiguos grabados y fotografías de torturas, electroshocks y lobotomías, su historia es una de sumisión, castigos y represiones. Que tanto en ese comienzo como al final de Atrapada tengan una importancia crucial sendos espejos rotos quizá sugiera una imagen incompleta, desgarrada, en la que el director nunca alcanza a ver totalmente reflejada su identidad.
7-Atrapada
The Ward, Estados
Unidos/2010
Dirección: John Carpenter.
Guión: Michael y Shawn Rasmussen.
Fotografía: Yaron Orbach.
Edición: Patrick McMahon.
Diseño de producción: Paul Peters.
Intérpretes: Amber Heard, Mamie Gummer, Danielle Panabaker, Laura-Leigh, Lindsy Fonseca, Jared Harris, Sidney Sweeney, D. R. Anderson, Mika Boorem.
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