A lo largo del último lustro y siguiendo los pasos del llamado Nuevo Cine Argentino, el remozado cine chileno comenzó a abrirse paso en el mundo entero, desembarcando en varios de los más prestigiosos festivales internacionales. A lo largo de este mes, la señal premium Citymundo pondrá en pantalla tres de las principales representantes de ese renacimiento internacional del cine chileno. Se trata, por orden cronológico, de La sagrada familia, La nana y La vida de los peces, ninguna de las cuales se estrenó en salas locales, a pesar de haberse visto en Mar del Plata y el Bafici.

Por coincidencia o claustrofilia, las tres películas programadas por Citymundo transcurren no sólo en el seno de familias de la alta burguesía chilena, sino casi íntegramente dentro de la casa familiar. Presentada en la edición 2005 del Festival de San Sebastián, premiada en Toulouse y el Bafici 2006, La sagrada familia podría verse como versión atemperada de Teorema. Opera prima del santiaguino Sebastián Campos, la película gira alrededor de la figura del agente catalizador. En este caso, la agente. Tan sexy como inteligente, tras advertir el modo en que debajo de la ordenada apariencia familiar bulle un mar de broncas, rivalidades y secretos largamente enterrados, la recién llegada Sofía comienza a jugar con todo eso. Narrada en fluidos planos secuencia, desde ya que uno de los aspectos más destacados de La sagrada familia es la descarada presencia de la morocha Patricia López.

Opus 2 del treintañero Sebastián Silva (que en mayo presentó su nueva película en la última edición de Cannes), La nana es una de las más premiadas del reciente cine latinoamericano. Lanzada internacionalmente en el Festival de Sundance 2009, lo más interesante es la doble mirada que Silva echa sobre la protagonista, mucama de toda la vida de una familia de buena posición de Santiago (la casa es, en verdad, la de la familia del realizador). Siempre con su uniforme negro y un rostro tirando a pétreo, las tilinguerías de sus empleadores no eximen a Raquel de un carácter agrio y reclusivo. Las escenas de celos con la hija mayor son como una primera advertencia de que algo no funciona del todo bien en Raquel, pero la cosa hará eclosión cuando la señora decida contratar una segunda mucama. Allí, la nana se convierte casi en The Nanny, aquel thriller de los ’60 en el que Bette Davis alcanzaba una de sus cotas brujeriles. Premiada en todas partes, desde Sundance a La Habana, nominada a los Golden Globes y los Independent Spirit Awards, como en La sagrada familia uno de los puntos más altos de La nana es su protagonista, Catalina Saavedra.

La vida de los peces tiene como eje otro motivo clásico, el del regreso a casa. En este caso, el de un muchacho que alguna vez ambicionó ser escritor, pero por el momento debe conformarse con escribir para unas guías turísticas berlinesas. Pequeño tour de force, La vida de los peces no sólo transcurre íntegramente en un único decorado (la casa matrimonial de uno de los amigos de juventud del protagonista) sino en tiempo real, en el par de horas que Santiago pasa allí, en medio de una fiesta de cumpleaños. Ganada por una sensación de incomodidad existencial y recurriendo, como las otras dos, al plano secuencia como unidad narrativa básica, el reencuentro del protagonista con su antigua novia explica, en buena medida, el aire melanco de La vida de los peces. Y su título, también. Programada en la prestigiosa Jornadas de los Autores en Venecia 2010, la película de Matías Bize ganó, a comienzos de este año, el Goya al Mejor Film Hispanoamericano.

* La nana se verá hoy a las 21, el jueves a las 17.45, el sábado 20 a las 13.10 y el domingo 21 a las 22.40. La vida de los peces, el miércoles 10 a las 22, el jueves 18 a las 21 y el sábado 20 a las 19.35. La sagrada familia, el jueves 11 a las 19.20, el domingo 21 a las 21, el lunes 29 a las 17.45 y el miércoles 30 a las 23.50, en todos los casos por el canal Citymundo.