La película más buscada de hoy, sin duda, será Last Days, la obra maestra de Gus Van Sant, su hipótesis de cómo fueron las horas finales de Kurt Cobain, y que completa la soberbia trilogía que iniciaron Gerry y Elephant. Pero si se quieren evitar aglomeraciones y, seguramente, también frustraciones (dicen que ya están agotadas las entradas), conviene probar por otras zonas, menos transitadas y que exigen cierta dosis de espíritu aventurero, como quien se interna en terra incognita. Una opción interesante es The Last Communist (foto), suerte de documental cantado y bailado, a cargo de un auténtico marciano del cine llamado Amir Muhammad, proveniente de Malasia. Munido apenas de una pequeña cámara digital operada por él mismo, el director de The Big Durian (Bafici 2004) viaja al solar natal de Chin Peng, fundador del Partido Comunista de Malasia y uno de los hombres más temidos en Occidente durante los años 50. Y a partir de allí rastrea su trayectoria a través de gente común que encuentra en las calles y que interpreta para él unos improvisados números musicales.

(Hoy a las 19.15 en la Alianza Francesa.)