Las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos de Carlos Menem tuvieron consecuencias en diversos aspectos de la sociedad argentina, a tal punto que ni siquiera el cine se salvó de la desintegración de las salas tradicionales que otorgaban una identidad propia a la esencia cultural de los barrios donde estaban ubicadas. Desplazados por los complejos multipantalla, muchos cines barriales no pudieron hacer frente a las nuevas exigencias del mercado cinematográfico, básicamente por falta de recursos. Pero como el país actual es otro, distintos grupos de vecinos y organizaciones vienen reclamando por la recuperación de históricas salas de cine de la ciudad de Buenos Aires que se encuentran actualmente cerradas. Como para estimular la pelea en un momento en que faltan pantallas de exhibición para el cine argentino, vecinos de cinco barrios porteños organizaron “Un barrio de película”, una actividad que se desarrollará hoy a las 19, en forma simultánea, frente a las sedes de cinco salas que muchos ansían que reabran sus puertas a la brevedad. Y en cada uno de estos sitios se proyectará una película argentina.

La cita es frente a los cines Aconcagua (Av. Mosconi 3360), Taricco (Nicasio Oroño y Av. San Martín), Gran Rivadavia (Rivadavia 8636), El Progreso (Av. Riestra 5651) y Arteplex Caballito (en este caso la proyección se realizará en el Pasillo de los libreros del Parque Rivadavia), pertenecientes a los barrios Villa Pueyrredón, La Paternal, Floresta, Villa Lugano y Caballito, respectivamente. “Un barrio de película” cuenta con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. El Incaa colaboró con parte del equipamiento necesario para las proyecciones y los vecinos y organizaciones involucradas se encargaron de la programación. Se espera la presencia de artistas, personalidades de la cultura, autoridades del Incaa, legisladores de la Ciudad y diputados y senadores nacionales, entre otros asistentes.

Los vecinos redactaron un comunicado que acompaña el anuncio de la movida. “Darle espacio a la expresión de la cultura popular es respetar y defender la historia, la tradición y la identidad barrial. Compartimos con todos la convicción de que los cines de barrio tienen un poder simbólico de vital importancia. Su recuperación y transformación son fundamentales para nuestra cultura y, por ende, para nuestra identidad”, indica parte del comunicado.

“Las políticas neoliberales que hundieron a nuestro país son la causa principal del cierre de estas salas, que fueron perdiendo lugar frente a la aparición de las salas de capitales multinacionales y monopólicos (...). Muchas de estas políticas siguen vigentes dentro del proyecto político del actual Gobierno de la Ciudad, que sigue negando el acceso y la posibilidad de un desarrollo pleno de todas las expresiones artísticas”, señala otro fragmento del comunicado.

En el Pasillo de los Libreros del Parque Rivadavia, acompañando el reclamo por la reapertura del Arteplex Caballito, se exhibirá Medianeras, ópera prima de Gustavo Taretto. La flamante ganadora del Goya a la Mejor Película Iberoamericana, Un cuento chino, dirigida por Sebastián Borensztein y protagonizada por Ricardo Darín, podrá verse frente al Cine Aconcagua. Al lado del Cine Taricco llegará el humor bizarro, el desparpajo y el absurdo de Pájaros volando, con dirección de Néstor Montalbano y actuaciones de Diego Capusotto y Luis Luque. La comedia oscura Juntos para siempre, ópera prima de Pablo Solarz, se proyectará frente al Cine Gran Rivadavia. Mientras que frente a El Progreso se programó De caravana, ópera prima de Rosendo Ruiz que marcó el inicio del Nuevo Cine Cordobés, luego de formar parte de la Competencia Internacional del Festival de Mar del Plata 2010. Cada uno de estos cinco largometrajes les permitirá a los vecinos de los cinco barrios porteños mencionados ver cine frente a los lugares en los que realmente lo quieren ver: en las salas tradicionales, dueñas de una historia inquebrantable.