Ya nadie debería decir que en otra época las cosas eran mejores, no al menos en lo que se refiere a la industria del cine. Si se deja de lado la parte artística, sobre la que cada uno podrá opinar lo que le parezca, es evidente que el avance de la tecnología y la digitalización de las salas son cambios positivos tanto para el negocio como para el público, y ambos empezaron a darse cuenta de que el formato digital es mucho más que el 3D. Con el panorama un poco más claro, comenzaron a surgir las distribuidoras de contenidos alternativos, responsables de acercar a la pantalla grande las proyecciones de recitales y transmisiones en vivo de deportes, eventos de negocios y temporadas de ópera. Y lo que en su momento representó un problema hoy ya no lo es, porque las salas de cine casi no dudan a la hora de destinar un proyector digital para exhibir, por ejemplo, Celebration Day, con el último concierto de Led Zeppelin en el O2 Arena, de Londres (ver aparte). “Es muy difícil programar contenidos alternativos en cines que tienen sólo un proyector digital, porque es casi imposible que levanten una función de Disney, Fox o Warner para poner otra cosa”, explica Heriberto Brown, director general de The Other Screen, una de las compañías responsables de generar, producir y distribuir contenidos alternativos en los cines de México, Colombia, Uruguay, Ecuador, Chile, Perú y la Argentina.

El cine digital es Avatar, la saga de Harry Potter o readaptaciones en 3D como Titanic o La guerra de las galaxias, pero también la posibilidad de que cualquier distribuidor pueda enviar una copia virtual al resto del país para exhibirla y ver al formato como lo que realmente es. Así como ya pasaron PJ20 (Pearl Jam), Some Girls (Rolling Stones), Back & Forth (Foo Fighters), Hungarian Rhapsody (Queen) y Don’t Think (The Chemical Brothers) en 2D, y también estuvieron Alejandro Sanz, Peter Gabriel y Enrique Bunbury en tres dimensiones. “Estos contenidos apuntan a generar un negocio donde el cine habitualmente no lo tiene. Es decir, es muy difícil que se proyecte contenido alternativo un sábado a la noche, pero sí un lunes, o un jueves a la noche, cuando las salas tienen baja ocupación. De esa manera se llenan los cines en horarios que de otra manera no lo harían”, explica Brown.

La apuesta aumenta cuando se va más allá de las bandas populares y se utilizan las salas de cine para proyectar en vivo eventos deportivos o de ópera y ballet. En la actualidad se está transmitiendo la temporada oficial del Royal Opera House con la modalidad day and date, que se retransmite en el mismo día para compensar la diferencia horaria con Londres. Estas salas, que ya cuentan con una antena satelital y un receptor, serán las mismas que en un futuro sirvan para transmitir deportes, tal como se hizo con el último mundial o con Wimbledon (aunque no en la Argentina). Desde The Other Screen anticipan que ya se está empezando a hablar de transmitir en 3D el Mundial 2014, que sería el elemento diferencial por el que la gente podría pagar una entrada, y así salir de la comodidad de su casa. Entre los próximos estrenos previstos se encuentran Coldplay Live 2012 (con una única y exclusiva función programada por Showcase, la cadena pionera en el género) y Guns N’ Roses Live at London O2 Arena, el 6 de diciembre. En todos los casos el agregado de funciones quedará sujeto a cómo funcione la venta anticipada; y el aumento de la oferta de este tipo de contenidos dependerá de cómo avance la digitalización de los cines. Brown agrega que “esto es algo que recién ahora está empezando a tomar entidad, porque antes no existía lo que ahora se le llama el ‘derecho para cine’ de un artista o intérprete de música. Este tipo de negocios no representa miles y miles de dólares para ellos, pero está cambiando de a poco”.