La pudieron ver únicamente 800 privilegiados espectadores previamente seleccionados, pero fueron cien mil los curiosos y fanáticos que ayer se congregaron en los alrededores del Embassy Theatre de Wellington, Nueva Zelanda, disfrazados de elfos, trolls y orcos. No era para menos: se trataba de la primera proyección mundial de El hobbit: un viaje inesperado, la esperada película de Peter Jackson. El director de la saga de El señor de los anillos pudo ayer, finalmente, estrenar la primera entrega de la trilogía de El hobbit, tras sortear innumerables contratiempos en la preproducción y en el rodaje. De hecho, el mismísimo Jackson reconoció en plena alfombra roja que terminó de montar el corte final del film el pasado fin de semana. “Es increíble que la gente haya estado aquí durante tanto tiempo para recibirnos, realmente apreciamos este gesto”, señaló el director, en declaraciones al canal estatal de la televisión neozelandesa.

Basada en la novela del escritor británico J. R. R. Tolkien, el estreno mundial de El hobbit contó con todos los condimentos propios del mundo que recrea: a los fanáticos disfrazados se les sumó un escenario con una superficie de pasto inspirado en la trilogía, en el que el músico neozelandés Neil Finn entretuvo a los invitados tocando la canción “Song of the Lonely Mountain”, que forma parte de la banda sonora de la película. Además de la alfombra roja por la que desfilaron los actores del numeroso reparto, un avión decorado con motivos de El hobbit sobrevoló el lugar, haciendo delirar a los curiosos que se acercaron a saludar al director neozelandés más famoso. Para alimentar la ansiedad, Wellington, la capital del país conocida como “Wellywood” por ser el centro de la cinematografía neozelandesa, está decorada desde hace varios días con motivos alusivos al film, como las gigantescas estatuas de “trolls cavernícolas” y del mago Gandalf que se erigen cerca del Embassy Theatre.

La trama de la primera entrega de El hobbit, que se estrenará en el resto del mundo a partir del 13 de diciembre, se centra en la misión que el mago Gandalf y una delegación de trece enanos encargan a Bilbo para recuperar el reino de Erebor, que está bajo el poder del dragón Smaug. El resto de los filmes de la trilogía –La desolación de Smaug y Allá y otra vez de regreso– tienen fechas de estreno previstas para diciembre de 2013 y julio de 2014, respectivamente.

La avant première de El hobbit se convirtió en un evento que ni los fanáticos de Tolkien ni muchas estrellas del cine quisieron perderse. En efecto, por la alfombra roja desfilaron consagrados actores de Hollywood. El estadounidense Elijah Wood, que encarnó a Frodo en El señor de los anillos, fue uno de los invitados especiales. “Una parte de mi corazón está aquí, en Wellington”, al recordar que la primera vez que visitó la ciudad fue con motivo del rodaje de la saga que lo convirtió en una estrella. El actor elogió el papel interpretado en el film por su compañero de reparto Martin Freeman, que personifica a Bilbo Baggins. “Ha estado brillante. No sólo tiene grandes cualidades, sino que también echa corazón. Es el corazón de esta película y realmente lo ha sacado”, apuntó. El ausente con aviso fue Ian McKellen (Gandalf), que envió un mensaje grabado en el que aseguró que se siente como su personaje, por estar “en otro lugar” y recordó que Nueva Zelanda es su “hogar espiritual”.