Vie 21.12.2012
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CINE › POLEMICA EN FRANCIA CON DEPARDIEU

Los amigos de Gérard

El actor anunció su exilio impositivo en Bélgica, pero eso hizo que se ventilaran sus últimos trabajos, cobrando por aparecer en fiestas de dirigentes acusados de violaciones a los DD.HH.

› Por Shaun Walker y
John Lichfield *

El actor Gérard Depardieu fue acusado el miércoles de tener una “doble moral”, luego de que anunciara una escalada en su guerra de impuestos contra París, al tiempo que reclama altos honorarios por visitar países con discutibles registros de derechos humanos. A comienzos de este mes, Depardieu aportó los coros para una canción pop grabada por Gulnara Karimova, hija del represivo dictador uzbeco Islam Karimov. En octubre apareció en una fiesta en Chechenia ofrecida en honor al cumpleaños del rígido líder Ramzan Kadyrov, según reportes, por un honorario de seis cifras. El fin de semana pasado, Depardieu envió una carta abierta al primer ministro francés Jean-Marc Ayrault, en la que renuncia a la ciudadanía francesa, al tiempo que asegura representar “el espíritu de la bella y real Francia”, y critica el hecho de que Ayrault lo haya descripto como “patético” por su decisión de marchar al exilio impositivo en Bélgica.

El gobierno francés acaba de elevar temporariamente los impuestos a ingresos mayores a un millón hasta el 75 por ciento. “¿Quiénes son ustedes para juzgarme de esta manera?”, escribió Depardieu en su carta. Un respetado político de centro, Jean-François Kahn, apuntó anteayer en su blog que Ayrault al menos es el primer ministro elegido en un país democrático. Según dijo, Depardieu “prefiere a Fidel Castro o al dictador uzbeco Islam Karimov antes que a nuestros lamentables, pobremente elegidos políticos”. El presidente François Hollande también hizo una velada referencia a la controversia ayer, diciendo que quería “saludar los valores de aquellos que no tienen problemas en pagar sus impuestos en Francia, producir en Francia, crear empleos en Francia, servir a su país”.

Incluso los nombres de la “lista B” del espectáculo pueden atraer honorarios de seis cifras simplemente por su aparición en el cumpleaños de un oligarca en Rusia o cualquier otro país pos soviético. Pero en los últimos meses nadie ha sido más regular y más controvertido beneficiario de esa clase de eventos que Depardieu: no pasa un mes sin que aparezca en las noticias que el actor se mostró en alguna ciudad del este. Islam Karimov ofreció recientemente al actor un papel en una película que transcurre en Asia central durante el siglo VI; el guión fue escrito por su hija Gulnara. Mientras su padre era acusado de hervir vivos a los disidentes del régimen, Karimova se embarcó en una carrera como cantante pop y diseñadora de modas. Depardieu puede ser escuchado susurrando en francés en su último single.

Pero quizá la más controversial aparición reciente de Depardieu fue en una fiesta por el cumpleaños de Ramzan Kadyrov, donde el intérprete aprendió a decir “Gloria a Kadyrov” en ruso para gritarlo desde el escenario. “Las celebridades no deberían hacer presentaciones vanidosas, diseñadas para impulsar personalmente la reputación y la imagen de líderes con vínculos bien documentados a violaciones de los derechos humanos”, dice Rachel Denber, de Human Rights Watch. “Mucho menos deberían aceptar dinero por ello.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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