Jueves, 27 de diciembre de 2012 | Hoy
CINE › MARLEY, UN DOCUMENTAL ALGO FALLIDO DE KEVIN MACDONALD
Dada la presencia de la familia en el proyecto, el mayor valor de la película es su material documental. Pero el realizador de El último rey de Escocia no logra desprenderse de cierta rigidez que atenta contra la densidad real de la vida del rastafari.
Por Diego Brodersen
Bob Marley está más vivo que nunca, a pesar de su temprana muerte. Verdad de Perogrullo. Es lo que afirman también las últimas imágenes de Marley, al tiempo que diversas escenas rodadas alrededor del mundo, en lugares tan alejados entre sí como Brasil y la India, evidencian el legado en la cultura universal de aquel pobre chico mestizo de Nine Mile, Jamaica, devenido en súper estrella de la música. Pensado localmente como un lanzamiento dirigido esencialmente a los fans y seguidores ocasionales de Robert Nesta Marley Booker (en varias de las dieciséis salas de estreno se exhibirá exclusivamente en las funciones de trasnoche), Marley llega a las pantallas argentinas luego de su première en la pasada Berlinale y una amplia difusión en festivales de cine. El carácter oficial del documental –que cuenta entre sus productores con la presencia de Ziggy Marley, primogénito y durante un tiempo sucesor natural de Bob en el mundo de la música– se revela más temprano que tarde, permitiendo la utilización del enorme acervo de imágenes y sonidos cuyos derechos son propiedad de los sucesores legales del músico.
Marley no es un documental sobre la evolución de los ritmos populares de Jamaica: hay apenas una fugaz mención sobre el mento y una esquemática apreciación acerca de cómo el ska se transformó en reggae (transformando el importante paso por el rocksteady en una suerte de eslabón perdido). Tampoco es, en gran medida, un documental sobre la evolución de la música de The Wailers o del Marley solista, aunque las canciones estén presentes y adquieran en algunos casos cierta relevancia. La película de Kevin MacDonald (El último rey de Escocia), en cambio, prefiere concentrarse en las transformaciones de Marley como ser humano, líder espiritual y eventual figura de enorme poder político. Su infancia en Trench Town y los primeros acercamientos a la música, el misterioso padre blanco, el mestizaje como metáfora de su cualidad de puente entre culturas, la grabación del primer single y la formación de The Wailers, la conversión al movimiento rastafari, el ascenso y rutilante estrellato, las giras internacionales, la manipulación de su figura como elemento de lucha política en una Jamaica atravesada por la violencia, el descubrimiento del cáncer terminal y sus últimos meses de vida.
En ese sentido, el film sigue el camino de la hagiografía culposa, superponiendo sobre el gran lienzo general una serie de pinceladas que reconocen algunas zonas no tan luminosas en la vida del homenajeado. Así, su notoria cualidad de mujeriego empedernido es analizada por miembros cercanos de la familia, aunque siempre con un gran respeto por sus decisiones y elecciones de vida. Con casi dos horas y media de metraje, Marley se enfrenta a una estructura cronológica que cae rápidamente en la acumulación de datos y anécdotas, en líneas generales mayormente conocidas. Las comparaciones, por odiosas que sean, se imponen, y es interesante recordar el imponente y complejo trabajo de Martin Scorsese en su documental sobre la vida y obra de otro Bob, Dylan.
En el film de MacDonald se extraña una mirada personal que busque caminos para quitarse de encima la impronta estatuaria. Un momento puntual se destaca por su alejamiento de la estructura general del film: el realizador hace escuchar el tema “Cornerstone” a la hermanastra y a un primo segundo de Marley, luego de comentarles que el origen de la letra está íntimamente relacionado con el rechazo del padre blanco a reconocer a su hijo “natural”. Es una escena que se destaca por su intensidad, donde el registro documental le gana por un momento a la rígida estructura general del relato. Porque Marley parece, en definitiva, un plano, un modelo a escala, un guión en formato audiovisual de la eventual biopic ficcional que está en negociaciones desde hace varios años. O bien el correlato documental de Legend, el disco de grandes éxitos lanzado algunos años después de su muerte, a su vez el mayor éxito discográfico de toda su carrera.
6-MARLEY
Estados Unidos/
Reino Unido, 2012
Dirección: Kevin Macdonald.
Fotografía: Mike Eley, Alwin H. Kuchler, Wally Pfister.
Montaje: Dan Glendenning.
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