Mar 30.08.2005
espectaculos

CINE › SANTIAGO ALVAREZ Y LOS CUBANOS DE ANTOLOGIA

Imágenes de una revolución en movimiento permanente

El grupo local Cine Insurgente organizó la Tercera Antología de Cine Cubano, que incluye una retrospectiva dedicada al documentalista Santiago Alvarez y otra dedicada a la Televisión Serrana, entre varios programas que se verán a partir del jueves en el Cosmos y el Tita Merello.

› Por Oscar Ranzani

Salustiano Leyva era un niño cuando el 11 de abril de 1895 conoció al héroe cubano José Martí, quien dos horas antes había desembarcado en Playitas, provincia de Guantánamo, junto a Máximo Gómez, en medio de la lucha contra el colonialismo español. Los Leyva tuvieron el privilegio de ser los primeros pobladores en conocerlos. En 1977, el notable documentalista cubano Santiago Alvarez dirigió Mi hermano Fidel, en el que, a partir de un diálogo entre Fidel Castro y Salustiano Leyva, reconstruyó esta historia que ese anciano de 92 años guardaba sigilosamente en su memoria. En ese cortometraje de diecisiete minutos, Leyva y Castro sostienen una charla intimista donde la historia pública de Cuba se entremezcla con las anécdotas de Leyva. Castro oficia de entrevistador y en un momento le pregunta: “¿Usted se acuerda?”. “Pero, ¿cómo no me voy a acordar?”, le responde rápidamente Leyva que, al finalizar la charla, afirma: “Yo muero por Fidel”.
Mi hermano Fidel integra la retrospectiva de Santiago Alvarez que podrá verse en el ciclo Tercera Antología de Cine Cubano, organizado por el Grupo de Cine Insurgente, a desarrollarse a partir de este jueves a lo largo de quince días en los cines Cosmos (Corrientes 2046) y Complejo Tita Merello (Suipacha 442). Además de los documentales del realizador de 79 primaveras, se exhibirá una retrospectiva de la Televisión Serrana (ubicada en plena Sierra Maestra), una selección de cortos documentales de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, producciones de la Televisión Nacional de Cuba y largometrajes de ficción producidos por el Icaic, entre otras opciones. Paralelamente, el Grupo de Cine Insurgente presentará un avance de sus últimas producciones.
Junto a los documentales, se exhibirán algunos trabajos de Alvarez para el Noticiero del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica. Cabe recordar que el Icaic se creó a tan sólo tres meses de haber triunfado la revolución y Alvarez dirigió este noticiero durante treinta años. Pero su vida encierra una rica historia antes de que se consagrara como uno de los más influyentes documentalistas que supo conjugar el arte con la política para denunciar las injusticias sufridas por los países del Tercer Mundo. Antes de calzarse la cámara al hombro, el realizador de L.B.J. fue linotipista, lavaplatos en Brooklyn y minero en los yacimientos de carbón en un pueblo pequeño cercano a Filadelfia.
Su sensibilidad social fue el rasgo distintivo de su personalidad, que emergió posteriormente en sus relatos cinematográficos. Así puede verse en Hanoi, Martes 13 (cuyo título hace referencia al bombardeo de la capital de Vietnam el 13 de diciembre de 1966), donde en 38 minutos sintetiza cómo vivía el pueblo vietnamita en el marco de la guerra. “Nace un niño en Texas”, advierte el documental desde el inicio, con imágenes de un bebé asomándose a la vida. Hanoi... alude al nacimiento de Lyndon Johnson, quien durante su presidencia de los Estados Unidos (1963-1969) fue el responsable de las toneladas de bombas que cubrieron el suelo de Vietnam de muertos. Hanoi... fue filmado durante la guerra en 1967. Pero no fue el único trabajo de Alvarez sobre Vietnam, ya que en 79 primaveras (dirigida en 1969) puso el acento en el líder Ho Chi Minh: allí las imágenes se complementan con carteles (una característica en los cortos del documentalista) que van narrando las principales acciones que lo convirtieron en un héroe revolucionario, como la fundación de la Liga de la Independencia de Vietnam, la lucha contra el colonialismo francés y la proclamación de la independencia, entre otros sucesos históricos.
Uno de los valores a rescatar en la obra de Alvarez es que su mirada no estuvo ceñida sobre la Cuba revolucionaria, sino que sus ojos siempre apuntaron también a los países del Tercer Mundo. Así, por ejemplo, en ¿Cómo, por qué y para qué se asesina a un general?, se encarga de reflejar cómo se gestó un plan para boicotear la asunción como presidente de Chile de Salvador Allende a partir del intento de secuestro del general Schneider, que fue asesinado de ocho balazos. Alvarez volvió a mirar a Chile en El tigre saltó y mató, pero morirá... morirá..., en el que homenajea al músico popular Víctor Jara, secuestrado y asesinado por la dictadura de Pinochet. Observando al norte, se encargó de denunciar la discriminación racial imperante en los Estados Unidos a través de imágenes impactantes que se condensan en tan sólo seis minutos en Now.
“Nuestra lucha victoriosa trajo dos consecuencias: el despertar de los pueblos de América que vieron que se podía hacer la revolución, que palparon cómo se podía hacer una revolución, cómo no estaban cerrados todos los caminos y cómo no era indispensable el mantenerse constantemente recibiendo golpes de los explotadores”, dice el Che Guevara en un pasaje de Hasta la victoria siempre, un documental en el que Alvarez homenajeó la inmortalidad de las ideas del mítico revolucionario tras haber sido asesinado en Bolivia.

* La programación del ciclo puede consultarse en www.cineinsurgen te.org

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