Mié 10.07.2013
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CINE › EL ACTOR ES ESTRELLA DE CINE Y TELEVISIóN, DIRECTOR, GUIONISTA Y DJ

Todos quieren tener a Idris Elba

Se consagró haciendo de capo de la droga en The Wire. Llamó la atención en Gangster americano y ahora se lo podrá ver en Titanes del Pacífico, de Guillermo del Toro. Además se luce en la serie policial Luther y en 2014 encarnará a Mandela. ¿También será James Bond?

› Por James Rampton

Gomero. Vendedor puerta a puerta. DJ de casamientos. Trabajador del turno noche en la fábrica Ford de las afueras de Londres. Esos son algunos de los empleos por los que pasó Idris Elba a los veinte o veintipico, mientras intentaba dar el salto a la actuación. Ahora, menos de dos décadas más tarde, su empleo puede definirse como “estrella global”.

Un largo camino lleva del barrio londinense de East Ham a Hollywood, pero Elba lo recorrió sin dar la impresión de transpirar demasiado. En 2002, antes de cumplir los 30, pasó de papeles secundarios en la serie Crimewatch al papel de Stringer Bell, “capo” de la droga de Baltimore, en la serie The Wire, tal vez la más celebrada de los últimos veinte años. Ahora que acaba de cumplir 40, es uno de los actores más solicitados del planeta.

Después de actuaciones que llamaron la atención en películas como Gangster americano, Thor y Prometeo, a Elba podrá vérselo en Titanes del Pacífico, la nueva de Guillermo del Toro, que se conocerá mañana en Argentina. Para comienzos del año próximo se aguarda el estreno de la biografía de Nelson Mandela, donde este nativo del este de Londres interpreta al líder de la lucha antiapartheid en Sudáfrica. “Calificar este papel de intimidante es decir poco –apunta Elba–. Pero poder encarnar a este verdadero santo entre los hombres es un honor mayor. No podía creer que hubieran pensado en mí para hacer de Mandela. No me pareció posible que de todos los actores posibles me eligieran a mí.”

“Después me enteré de que Mandela veía The Wire –sigue–. Me pareció asombroso. Este papel es sin duda el mayor desafío que haya enfrentado hasta ahora. No me parezco a él, no sueno como él. Pero, bueno, creo que logré sacarlo adelante.” Al mismo tiempo, Elba acaba de debutar como director y guionista con The Pavement Psychologist, provocativo drama de media hora sobre gente sin techo, que la televisión británica puso al aire en mayo. No conforme con eso, desarrolla una carrera paralela como DJ, área en la que se lo conoce con el nombre de DJ Big Driis.

En poco tiempo más, Elba volverá a aparecer en televisión como Luther, el policía británico más magnético de su generación, en la muy esperada tercera temporada de la serie que lleva su nombre, y que en Latinoamérica emite el canal Film & Arts.

Personalmente, Elba exuda el mismo carisma de Luther. Un carisma que se irradia, como si fuera el campo magnético de un personaje de película de ciencia ficción. Elba posee la cualidad más importante y elusiva para cualquier actor: pura presencia. Vestido con una camisa color magenta y corbata oscura, el actor luce como una figura imponente que domina el ambiente, tanto en sentido literal como figurado. No por nada aparece en tercer lugar en la lista de hombres más sexies, en una reciente encuesta de la revista People. Cuando se lo mencionan, se pone todo tímido. “¿Aparezco en esa encuesta? –sonríe esquivamente–. Luther odiaría enterarse de eso. Se supone que es un tipo duro, no un tipo vestido con una remera sexy. Pero, bueno, supongo que debo tomarlo como un piropo. ¡Aunque haya salido tercero!”, agrega, con fingida exasperación.

Es bastante fácil darse cuenta de por qué se ha hablado de Elba como el próximo James Bond. Se ríe juguetonamente de eso. “Es sólo un rumor. ¡Pero qué halago que mi nombre aparezca relacionado con ese papel! Por supuesto que ése no es mi trabajo, sino el de Daniel Craig, pero sólo pensarlo me llena de orgullo. También me entusiasma que el público se fije menos en el color de piel en estos días. En ese sentido, me parece buenísimo que la gente me asocie con ese papel.”

Con tanto ajetreo a su alrededor, es una gran noticia que Elba se haya hecho tiempo para volver a ponerse en la piel de Luther por cuatro episodios más, tratándose, como se trata, de la mejor serie policial de la televisión británica. Las primeras dos temporadas generaron un culto global que terminó con Elba ganando, el año pasado, el Golden Globe al Mejor Actor Protagónico. Los críticos se enamoraron de esta serie intensa, extraña a veces, siempre atrapante. La publicación online estadounidense Slant Magazine dijo que Elba “da vida al más interesante detective de televisión, desde la inspectora Tennison de Helen Mirren en Prime Suspect”.

Esto no es una comedia

Parte del atractivo de Elba tiene que ver con su gran economía expresiva. Es capaz de decir más con el arqueo de una ceja que otros actores en una película entera. Es de la escuela de actuación “menos es más”. En el primer episodio de la nueva temporada, se lo ve más perturbado que de costumbre. Es arrastrado en muchas direcciones a la vez, intentando atrapar a un fetichista desquiciado, que viene perpetrando brutales femicidios estilo copycat, y, a la vez, al asesino de un perverso bromista por Internet. Al mismo tiempo, un enemigo interno intenta enemistarlo con su colega Justin Ripley, que es su principal aliado en la fuerza.

¿Qué es lo que hace que Luther se destaque del resto de los policiales televisivos? Un factor es su dureza, que no se ensalza pero tampoco tiene miramientos. Con tal de conseguir la respuesta que necesita, a Luther no le importa tener a un sospechoso sostenido del brazo, colgando del vacío. La fuerza motriz de la serie es el deseo de enderezar lo que está mal, que quema al protagonista. Es un tipo sin descanso. La certeza de que siempre va a haber mala gente haciendo cosas malas le produce dolor e insatisfacción, y eso lo propulsa. “Comparto con Luther la idea de que nunca podés ser del todo feliz. Si lo sos, algo anda mal.”

Warren Brown, el actor que hace de Justin Ripley, comenta: “Me encantan papeles como éste, que te obligan a sacar todo afuera. Pero si todos los papeles fueran así, te volverías loco. A veces pienso: ‘Dios mío, me pasé el día mirando el cadáver de una mujer en un freezer’”. Bienvenidos al mundo de Luther. ¿Le preocupa al elenco pasarse de la raya mostrando la brutalidad? Elba, que es también productor del programa, cree que es vital no disimular el horror que Luther debe confrontar diariamente en su trabajo.

“La televisión tiene que ser responsable en relación con lo que muestra –señala–. No tenés que olvidar que entrás en la casa de la gente. Muchas veces nos planteamos si no estamos yendo demasiado lejos en términos de violencia. La respuesta es que no, porque a la larga Luther va a hacer que los villanos paguen por sus crímenes. Neil Cross, el creador de la serie, te va a mostrar algo realmente horrendo. Pero eso va a hacer que vos como espectador quieras que el héroe atrape al villano. Esa es la paga.” Agrega Brown: “Nunca generamos un shock por el mero hecho de shockear. El shock intensifica el drama, todo es llevado al límite. ¡Esto no es una comedia!”.

Ambigüedad moral

Otra posible razón de la popularidad de la serie es su ambigüedad moral. Luther es un policía obligado a hacer cosas malas por las razones correctas. Para él, la ley es frecuentemente tanto un estorbo como una ayuda. Gordon observa que “en el pasado, las series policiales eran transparentes. Partían de la base de que liquidar al villano está bien. Luther es más compleja moralmente. Traza una fina línea entre el bien y el mal y te pregunta qué harías vos en esa situación”.

La actriz Sienna Guillory, cuyo personaje es el interés romántico del protagonista en esta nueva temporada, agrega que es esta complejidad moral lo que distingue a Luther de los detectives comunes. “No es como otros. Es El Caballero de la Noche, irrumpiendo en el género de ‘procedimiento policial’ que estás acostumbrado a ver. Hace pedazos la serie policial convencional, convirtiéndola en thriller de venganza. Van a ocurrir cosas desagradables, pero ésa es una de las razones de que sea tan buena.”

Elba, que tiene una hija de diez años llamada Isan, nacida de su matrimonio con la actriz liberiana Dormowa Sherma, está ahora en condiciones de elegir sus papeles. Su problema es, en tal caso, cómo hacer para responder a todos los compromisos, algo que su envidiable energía creativa le permite hacer. El actor, que en su momento pudo empezar su carrera gracias a una beca oficial, reconoce que fue The Wire el programa que le permitió dar el puntapié inicial a su popularidad. “No estaría aquí si no fuera por The Wire. Aunque la serie dejó de salir al aire hace cinco años, todavía hay personas que me paran por la calle y me felicitan por ella. Es una serie que quedó en la cabeza de la gente. Sus personajes estaban mostrados en profundidad, y eso es algo que el público pide.”

“El público actual está más despabilado –sigue Elba–. Los días en que se le daba todo servido se terminaron. The Wire forzó al público a pensar, ésa fue la razón de su éxito.” Hijo de un trabajador de la Ford y una empleada, ¿se ve Elba a sí mismo como un modelo a seguir? “Me gustaría que fuera así, pero no en la charla, sino en los hechos. Me gusta pensar que la gente que no pertenece a mi comunidad también puede hallar inspiración en mi carrera. Estoy muy satisfecho por la forma en que se dieron las cosas. Ahora, te digo, ayer me calificaron de ‘icono cultural’. Me reí a carcajadas. ¿Qué cosa es eso de icono cultural?”

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