CINE › HOY COMIENZA UNA NUEVA EDICIóN DEL DERHUMALC
El Festival de Cine de Derechos Humanos cumple quince años y lo celebra con casi 120 películas de distintos continentes relacionadas con el tema. “Hay muchos artistas que colaboran para poder generar una conciencia”, dice Florencia Santucho.
› Por Oscar Ranzani
Nacido hace quince años, el Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos, organizado por el Instituto Multimedia DerHumALC, ha crecido tanto en su programación como en el abordaje de las temáticas vinculadas con los derechos más elementales de las personas. Si se tiene en cuenta solamente la Argentina, esta muestra surgió en un contexto donde el tema de los derechos humanos no estaba instalado en la sociedad con la misma fortaleza que tiene en la actualidad. No puede obviarse, en ese sentido, que desde 2003 la agenda gubernamental a nivel nacional tuvo esta temática como una de las prioridades de la gestión presidencial. Y este festival, que nació en principio como una manera de consolidar la memoria en torno de lo sucedido durante el terrorismo de Estado, ha ampliado sus fronteras temáticas al mismo ritmo que lo que ha venido sucediendo en el país, con el reconocimiento y ampliación de derechos y también en el contexto internacional. Desde hoy y hasta el miércoles 14 se presentarán casi 120 películas de países de distintos continentes en once sedes (ver recuadro), que permitirán trazar un panorama de cómo son vulnerados los derechos humanos, pero también cuáles han sido las conquistas de las distintas sociedades tanto de Occidente como de Oriente.
“Para cumplir estos 15 años, el festival consigue hacer un resumen de la historia y la trayectoria dentro de lo que es el enfoque del arte como transformación social”, explica la directora del DerHumALC, Florencia Santucho, a Página/12. Es que en esta 15ª edición las secciones tradicionales de la muestra, Memoria, Miradas de género, Infancia y Juventud, Migrantes, Panorama, Ambiente y Pueblos Originarios adoptarán como enfoque temático “TransformArte, el arte para la transformación social”, generando así un ámbito donde se reflexione sobre los cambios que puede generar el arte y la creación en sus más diversas manifestaciones. “TransformArte surge como tema de esta edición, pero realmente es una conclusión de muchas experiencias que se fueron acumulando en estos años”, expresa Santucho. “Hoy en día podemos hablar de los derechos humanos desde otros enfoques, no solamente desde la memoria, sino más bien apoyándonos en ella para poder construir un día a día diferente y plantearnos como sociedad y como ciudadanos en un marco distinto en donde la conciencia particular y las formas de lucha y también artísticas de transmisión de esas nuevas visiones de una sociedad diferente son gran parte del proyecto que estamos notando alrededor nuestro.”
Es que el festival creció pero, a la vez, también crecieron la concientización política y la participación social. “Hoy en día hay muchos artistas que colaboran dentro de sus propios ámbitos para poder generar una conciencia y una visión diferentes de lo que queremos hacer como sociedad. Entonces, hoy hay un nivel de participación y de concientización mucho más grande que otros años y el festival está representando ese puente donde la sociedad civil se relaciona con otros actores sociales dentro de propósitos no solamente locales, sino también globales de cambios sociales gracias al arte como una de las herramientas que también nos une desde las visiones particulares respecto de lo que son las visiones universales”, opina la directora de la muestra.
En la competencia de largometrajes, el jurado, integrado por el gerente de Extensión Cultural de Página/12, Carlos “Gandhi” González; los cineastas Lucía Puenzo y Pedro Zurita, la directora del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), Mariela Pugliese, y la socióloga y gestora cultural Lucía Cappozo, tendrá una difícil tarea por la diversidad temática y el nivel de las producciones. Entre ellas, se destaca el docu-ficción Dry Branches of Irán, filmado por el director belga Daniel Lambo con cámaras de celulares. A través del relato de un bailarín que despierta encarcelado en una prisión iraní, desconociendo el motivo por el cual está detenido, puede observarse la actual situación política de este país de Medio Oriente. Ai Weiwei: Never sorry, del estadounidense Alison Klayman, enfoca en el mayor artista chino, Ai Weiwei, férreo opositor al sistema, quien supo vincular su obra artística con el activismo social convirtiéndose en un genuino referente político. Representando a Uruguay, está el documental El Bella Vista, de Alicia Cano Menoni, que cuenta la historia de una casa que, en principio, fue un club de fútbol, luego un burdel travesti hasta que fue convertido en una capilla católica.
El español Jorge Gil dirigió el documental El método Arrieta, que refleja la historia de dos hermanas que nacieron con un trastorno motriz, y por no poder controlar los movimientos han compartido todo juntas postradas en sillas de ruedas. Hasta el hospital donde se atienden. Otro film estadounidense es Elemental, de Emmanuel Vaughan-Lee, que sigue a tres personas que enfrentan en diferentes sitios problemáticas ecológicas. La cineasta estadounidense Pamela Yates llegará a Buenos Aires a presentar Granito: How to Nail a Dictator: con una estructura de thriller político indaga en el genocidio perpetrado por el dictador Efraín Ríos Montt en Guatemala. El valor del documental trascendió la frontera cinematográfica, ya que sirvió como prueba en el juicio contra el genocida.
Santucho destaca dos producciones italianas. Una de ellas es L’Intervallo, de Leonardo Di Costanzo, un realizador formado en el documental de observación de estilo francés. “Esta es una película de ficción, pero de estilo documental –comenta la directora del festival–. Los jóvenes protagonistas no son actores profesionales, pero gracias al trabajo atento del realizador consiguen tener una naturalidad en su interpretación. Y el guión tiene un espesor que realmente manifiesta el gran conocimiento de su territorio porque está ambientado en Nápoles. Y, además, cuenta lo que conocemos sobre la mafia en el sur de Italia, logrando tener una gran fuerza y mensaje transformadores: que dentro de ciertos lugares en las peores condiciones siempre hay formas de supervivencia y de salida de esos condicionamientos.” La otra producción italiana es Terramatta, documental de Costanza Quatriglio, que relata el Novecento italiano, a través de un diario escrito a mano por un analfabeto siciliano, llamado Vincenzo Rabito. “La película es maravillosa. Costanza ya tiene una larga trayectoria como realizadora y en esta película ella logra, a través de la historia contada por este hombre (que vivió las dos guerras mundiales y participó de la resistencia y también tuvo que enfrentarse con el desarrollo económico del país en la posguerra), relatar lo que es la actualidad del pueblo de origen de este hombre vinculado con la historia de estos pueblos que hoy en día quedaron casi vacíos”, señala Santucho.
El documental No Fire Zone: The Killing Fields of Sri Lanka, del inglés Callum Mac Rae, aborda la historia de la guerra civil en Sri Lanka, que duró nada menos que veintiséis años y que, se estima, dejó entre 40 mil y 70 mil civiles asesinados. El cine argentino está representado por Nosilatiaj: la belleza, de Daniela Seggiaro, que se estrenó en mayo de este año en la Sala Lugones del Teatro San Martín. Seggiaro reflexiona sobre el valor de la identidad y la defensa de la cultura originaria, a través de la historia de una criada wichí que trabaja en una familia de clase media y que entra en crisis cuando le cortan la cabellera, símbolo de su cultura. Las movilizaciones estudiantiles contra el gobierno de Sebastián Piñera se ven con detalle en La primavera de Chile, documental de Cristián del Campo, que documentó los momentos más importantes de esas protestas que dieron la vuelta al mundo. Cierra la competencia de largometrajes The Act of Killing, notable documental dirigido por el estadounidense Joshua Oppenheimer, que aborda el tema de los escuadrones de la muerte de Indonesia desde un punto de vista inusual, ya que interroga a tres de los asesinos que no muestran signos de arrepentimiento.
Santucho admite que le resulta “muy interesante” todo lo que está sucediendo en Medio Oriente y aclara que no solamente desde el punto de vista político y social sino también “del alcance que está teniendo el lenguaje audiovisual dentro de los movimientos sociales”. Así como hubo mucha necesidad de trascender determinados bloqueos mediáticos –por lo que las redes sociales fueron muy útiles a la hora de comunicarse con el exterior sobre lo que estaba sucediendo–, “también los realizadores están necesitando contar sus propias historias desde la urgencia”, cuenta Santucho. En ese sentido, además de la sección Medio Oriente, el festival se asoció con Cine Fértil, ONG organizadora del Latin Arab International Film Festival. “Con ellos organizamos un Foco Palestina y un Foco Saharaui. Tenemos muy buenas películas, como es el caso del estreno mundial de Thank God it’s Friday, donde el director Jan Beddegenoodts – que estará como invitado– refleja los conflictos entre una comunidad palestina y una israelí, pero contada desde un punto de vista muy autoral”, afirma la directora del festival.
El motivo del Foco Saharaui está vinculado con la grave situación que está atravesando ese pueblo del Sahara occidental, que viene siendo perseguido por los países aledaños, principalmente Marruecos, y que no le reconocen su propio territorio. “Ellos fueron apoyados en los últimos años por España, pero ante la crisis económica tampoco España está pudiendo sostener el gran flujo de refugiados con el intercambio cultural que hacía con el pueblo saharaui. Entonces, Argentina es uno de los pocos países en el mundo que reconoce la embajada saharaui y la palestina y entonces hay mucho interés por parte de la comunidad saharaui en poder destacar en Latinoamérica la lucha de ese pueblo para que haya apoyo a sus demandas”, destaca Santucho. En la muestra podrá verse Los hijos de las nubes, la última colonia, producida por Javier Bardem, que gracias a su participación “logró sensibilizar mucho a la opinión pública sobre la temática y seguramente va a tener su repercusión aquí por su calidad artística y, sobre todo, por la innovación de contar la historia de este pueblo que muchos no conocen”, sostiene Santucho.
La directora del DerHumALC comenta que, por primera vez, habrá un espacio de artes escénicas dentro del festival, para darles más relevancia a las proyecciones a través de distintas vías artísticas. “Por eso, tenemos una sede, La Casona Iluminada, en Corrientes al 1900, que es el espacio de referencia de obras de teatro, performances artísticas que van a estar acompañando algunas presentaciones de películas o de otros proyectos audiovisuales”. Santucho admite que es un gran desafío incluir dentro del festival un espacio de artes escénicas porque “es un festejo que queremos dedicarles este año al arte y todas sus formas que consiguen dar una visibilidad mayor a determinadas problemáticas.”
Otra de las novedades del DerHumALC es el lanzamiento del GoodPitch, un concurso para proyectos cinematográficos en desa-rrollo sobre temáticas de derechos humanos. La organización está a cargo en manera conjunta del Instituto Multimedia DerHumALC y el Britdoc-Channel 4. “Se trata de una plataforma para sostener proyectos no solamente desde el punto de vista financiero sino desde la difusión, del alcance, y con determinadas figuras que apoyen películas que, de otra manera, no tendrían la misma visibilidad”, informa la directora del festival. El Good Pitch propone ser una plataforma de encuentro entre realizadores –que, en este caso, fueron cuatro seleccionados, después de una convocatoria que incluyó unos cien inscriptos inicialmente– con una audiencia estratégicamente seleccionada. “Cada uno de los responsables de estos cuatro proyectos va a poder presentar en media hora su trailer y una breve presentación temática de siete minutos. Y después van a tener la posibilidad de referirse a una comisión de diez personas y a un público de 200 espectadores, ambos compuestos por filántropos, ONG nacionales e internacionales, figuras, activistas, que van a estar exponiendo qué posibilidades de difusión habría en colaboración con el proyecto de la película. No es solamente financiero”, concluye Santucho.
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