CINE › MAñANA ARRANCA UNA NUEVA EDICIóN DEL BUENOS AIRES ROJO SANGRE
El festival de cine de terror, fantástico y bizarro porteño programó un variado menú de más de 40 largos, 100 cortos y casi una decena de charlas y actividades especiales, siempre con la hemoglobina y los sustos como protagonistas.
› Por Ezequiel Boetti
Surgido con un par de funciones durante un fin de semana de fines de un lejanísimo año 2000, el Buenos Aires Rojo Sangre (BARS para los amigos) creció hasta llegar a aletear con la seguridad de lo instalado. Tanto que ya mira de reojo la celebración en derredor del soplido de las quince velitas. Pero para eso primero hay que soplar 14, y eso es lo que hará desde hoy y hasta el próximo miércoles. Nuevamente con tres salas del Monumental Lavalle como sedes, el festival de cine de terror, fantástico y bizarro porteño programó un variado menú de más de 40 largos, 100 cortos y casi una decena de charlas y actividades especiales, siempre con la hemoglobina y los sustos como protagonistas. “Llegaron más películas norteamericanas y menos europeas que otros años. También tenemos mucho material latinoamericano, dado que solemos ir a fondo para rastrear todo lo que se pueda. Hay producciones de países de los que generalmente no traíamos, como por ejemplo Perú. También de Chile, Brasil, Colombia, México y, claro, Argentina. Salvo alguna excepción puntual, la idea sigue siendo buscar películas independientes más allá de su procedencia”, adelanta a Página/12 el programador Pablo Sapere.
Desde su edición bautismal, el festival se planteó como norte la divulgación de películas habitualmente miradas con la nariz arrugada, como las de género fantástico y terror. La coyuntura actual muestra que la industria bajó la guardia y no tuvo más alternativa que rendirse ante la evidencia de una generación dispuesta a enchastrarse con vísceras falsas. Allí están Fabián Forte, Demián Rugna, Nicanor Loreti, Daniel de la Vega, los hermanos Bogliano y Javier Diment, entre otros integrantes de la corriente cinematográfica CIFA, acrónimo de Cine Independiente Fantástico Argentino, para comprobarlo. El BARS podría cruzarse de brazos con la satisfacción de un objetivo cumplido, pero para su programador aún queda mucho trabajo por delante. “La idea central no cambia porque apuntamos a un cine que no es el que va al circuito comercial. De hecho, las películas argentinas de este año son casi todas muy independientes”, afirma. En esa línea, en la Competencia Internacional se verán Trash 2: las tetas de Ana L., de Alejo Rébora; la esperada El día trajo la oscuridad, de uno de los codirectores de Las mantenidas sin sueño, Martín Desalvo, y 2/11 Día de los muertos, de Ezio Massa. Mientras tanto, en la selección Iberoamericana estarán Back to the Siam, de Gonzalo Roldán; Entre las sombras, de Samot Márquez; KV62, de Marcelo Leguiza; Sonno profondo, de Luciano Onetti; Cichonga, de Esteban Rojas; Horda salvaje, de Germán Favier, y Sangre Negra: Aldo Knodell debe morir, de Elián Aguilar.
El panorama luce alentador, pero Sapere diagnostica que, “si bien se abrió la oportunidad para que gran parte de este cine llegue a las salas, la lógica perversa del circuito da pocas oportunidades para que una película sobreviva, lo que habla de una dificultad relacionada con que si no está Darín o Francella se genera un prejuicio muy fuerte”. Es por eso que el BARS mantendrá la sección “Argentina año verde”, compuesta este año por tres films que pasaron por la cartelera comercial con más pena que gloria, como Forajidos en la Patagonia, de Damián Leibovich; la notable Hermanos de sangre, de Daniel de la Vega, y Germán, últimas viñetas, de Cristian Bernard, Flavio Nardini y Federico Sosa.
Así, con el doble objetivo de visibilizar películas marginales y revalorizar aquéllas no del todo apreciadas, el Rojo Sangre se constituye como un espacio de resistencia. “Hay un cine muy poderoso que avanza y pequeños focos que resisten. Nosotros lo hacemos a partir de la defensa de un cine de género que, si bien ahora atraviesa un momento en el que la industria lo tiene en cuenta, quizá dentro de dos o tres años vuelva a marginarlo. Nuestra idea es resistir con la idea de un cine latinoamericano y argentino sin dejarnos llevar por las grandes oleadas”, explica el programador. Y si se habla de resistir, los cultores de la materialidad del VHS se llevan el premio al estoicismo. “Así como están los fanáticos del fílmico resistiéndose a una tecnología digital se lleva todo puesto, hay algunos que mantienen el video en plena época de descargas directas y blu-ray”, compara, dándole pie a la presentación del apartado “Raro VHS”, cuya idea es “rescatar las películas hechas para el mercado hogareño, que es un espacio bastante desprestigiado en el ámbito local”.
“Para tener una idea, en el Diccionario de films argentinos, de Raúl Manrupe y María Alejandra Portela, figuran producciones iné-ditas y hechas para la televisión, pero no las editadas en video”, grafica. En ese marco se realizará una charla titulada Historia y curiosidades de las producciones directo a VHS nacionales (sábado 2, a las 18) y se proyectarán dos perlas de la bizarría nacional. Una es Miedo satánico, de Horacio Maldonado, el mismo del film de culto Alguien te está mirando. La otra es Charly, días de sangre, protagonizada por Norman Briski, Fabián Gianola y un Adrián Suar siglos ha de Poliladron, todos al mando del inoxidablemente inefable Carlos Galettini.
* Programación completa y horarios en http://rojosangre.quintadimension.com
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