Viernes, 8 de noviembre de 2013 | Hoy
CINE › LA CHICA DE LA MOTOCICLETA, ESTA NOCHE POR I.SAT
El film fue programado como homenaje a los 78 años de Alain Delon, pero quien se luce en él es Marianne Faithfull, que se lo pasa arriba de una moto y enfundada en cuero negro. Su personaje, tan rebelde como ella misma, deja a su marido para irse con su amante.
Por Horacio Bernades
“La rebelión es lo único que te mantiene vivo”, dice (piensa) la chica rubia, y se sube a la moto que va a llevarla lejos del marido y junto al amante. Que vive, como corresponde simbólicamente, del otro lado de la frontera. En este caso, de la que separa la Alsacia francesa de la alemana. El año es 1968. La chica es rubia, pecosa y se pasa la película entera sobre la moto, enfundada en un body de cuero negro que parece prestado por la Emma Peel de Los Vengadores (que era de la misma época). En algún momento, el cierre del body baja desde el cuello hasta casi el ombligo: por eso en Estados Unidos la película se llamó, cuando se estrenó (con mucho retraso; había estado prohibida), Naked Under Leather. Que no se hagan ilusiones los que gustan asociar cuero negro y sexo duro, porque vista hoy La chica de la motocicleta podría llamarse Heidi Wears Leather. Hoy es justamente cuando puede verse: la pasa el canal de cable I.Sat, a las 24.
¿Por qué hay que ver The Girl on a Motorcycle? Básicamente, porque la chica del body es Marianne Faithfull, uno de los grandes y más misteriosos iconos de la cultura rock (y aledaños) del último medio siglo. Sí, casi medio siglo ya, desde el momento en que Marianne conoció a Mick Jagger y quedó tan encendida como la moto de la película. Es curioso, porque en realidad I.Sat programó La chica... como homenaje no a Marianne Faithfull sino a Alain Delon, que hoy cumple 78. Pero lo de Delon importa poco. Hace del amante, claro, que la espera en medio del imponente paisaje montañoso y lacustre que enmarca las afueras de Heidelberg. La espera con la pipa. Es que Delon interpreta, believe it or not, a un profesor de Filosofía, que en algún momento discurre con su grupo de discípulos sobre el amor libre.
“¿Qué tiene de Swedenbörg?”, le pregunta en un momento al papá de Rebecca (Faithfull), dueño de una librería. La chica, que está subida a una escalera, cuando lo ve entrar al churrazo de Alain por poco se cae. Cosa curiosa, los menjunjes de sentido que se hacen algunas películas. Basada en una novela de autor francés y dirigida por el británico Jack Cardiff, más famoso como director de fotografía que como director a secas (hizo maravillas en Narciso negro, Las zapatillas rojas, La reina africana y La condesa descalza; murió tres años atrás, a los 94), La chica de la motocicleta es la típica película “de liberación femenina” de los ’60. Desafiando mandatos sociales, Faithfull deja al aburrido del marido a los dos meses de casada y sale a la ruta, como una proto-Easy Rider (Busco mi destino es del año siguiente). Sin embargo, la muy liberada lo ve a Delon y poco menos que se le cae el body.
El de La chica... es el primer protagónico de Marianne Evelyn Faithfull, nacida en Hampstead, Londres, el 29 de diciembre de 1946. Uno de sus escasos protagónicos cinematográficos, en verdad. Esta hija de militar británico y noble vienesa (¡descendiente de Sacher-Masoch, “inventor” del sadomasoquismo!) fue más famosa por haber sido la novia de Jagger durante la friolera de cuatro años (una barbaridad, en ese momento, para el hombre de boca tamaño XXXL). Y también por los temas que cantó y compuso, y por los que otros compusieron para ella o con ella. Créase o no, Faithfull fue quien le hizo leer a Jagger el relato El maestro y la margarita, del maestro ruso Mikhail Bulgakov, que sirvió de inspiración para “Sympathy for the Devil”. Co-escribió junto a Jagger & Richards “Sister Morphine”, lo cual terminó en juicio, ya que sus co-escritores se lo apropiaron.
Faithfull fue, según se presume, musa inspiradora de clásicos como “You Can’t Always Get What You Want”, “Wild Horses” y hasta de “And Your Bird Can Sing”, de Lennon & McCartney. Dos años antes de La chica..., Faithfull había hecho lo mismo que el personaje de la película: dejó a su marido, el artista plástico John Dunbar, para irse con Jagger. Con Jagger y no con Delon, al que según cuentan dejó con las ganas. Desde más o menos esa época hasta hoy mismo, la Baronesa Erisso (título legado por vía materna) se convirtió, antes que ninguna otra cosa, en profesional de la supervivencia. Hasta el punto de superar quizá en la materia a gente como Keith Richards, David Bowie, Steven Tyler o Iggy Pop.
Adicta a la heroína, a fines de los ’70 produjo una primera reaparición con Broken English, uno de sus mejores discos, que incluye ese desgarrador himno a la desolación que es “The Ballad of Lucy Jordan”. Marcada por una de las voces más melancos, solitarias y quebradas de la historia del rock, otros picos de su carrera son Strange Weather (1987), Blazing Away (1990) y Kissin’ Time (2002). A lo largo de esa carrera, Faithfull (traducible como “llena de fe”) superó arrestos varios, la pérdida del hijo a manos de la seguridad social, un par de años como homeless, rehabilitaciones fallidas, colapsos en escena y, a mediados de la década pasada, un cáncer de mama.
Presentada internacionalmente en mayo de 1968 en el Festival de Cannes, La chica... es una auténtica película “de época”, en el sentido de que no se puede ser más de los ’60: hay sueños de ésos que nadie soñará jamás, escenas de sexo solarizadas, una psicodelia un poco de apuro (combinada con paisajes de tarjeta postal), frases del estilo “tu cuerpo es un violín atrapado en su caja” (sic Delon) y, en off y de punta a punta de la película, el monólogo interior de la protagonista, a quien poner el pie en el acelerador no le impide las más altas reflexiones filosóficas. “No tenía idea de que iba a terminar resultando una película de culto”, aseguró Faithfull, en una entrevista reciente para el diario The Guardian. “En ese momento no me gustaba mucho, me parecía un poco estúpida. Pero yo amaba a Jack Cardiff y le estoy enormemente agradecida de haberme hecho lucir tan linda, gracias a la forma en que me fotografió.”
Es verdad: el equipo de fotografía tuvo tanto trabajo como el de dobles en la película. Es que Faithfull casi no se baja de la moto... y no sabía manejar motos. Por lo cual el back projecting (las proyecciones en la pared trasera del estudio, típicas del cine clásico) y las dobles estuvieron a la orden del día. Es posible que la de actriz no sea la faceta más destacada de Lady Marianne. De hecho, podría jurarse que en La chica... sus virtudes pectorales son mayores que las actorales. Sin embargo, y sobre todo en años recientes, la Baronesa (título del que reniega) no dejó de pasar de las tablas a la ópera (Brecht es uno de sus favoritos), de la ópera al cine y del cine a la televisión.
En algunos episodios de la serie británica de culto Absolutely Fabulous (1996, 2001), Faithfull hizo de... Dios. Unos años después, Sofia Coppola le dio el papel de Reina Madre en María Antonieta (2007). Al año siguiente, en La profesión de Irina Palm, apareció como viuda morocha, más que cincuentona, obesa y carente de maquillaje, obligada a convertirse en trabajadora sexual para pagar el tratamiento de un nieto enfermo. Hasta donde se sabe, no abundó en declaraciones sobre la película. Ni siquiera durante las entrevistas promocionales. Se la sabe una mujer con un alto sentido crítico.
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