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Martes, 21 de enero de 2014

CINE › EL SITIO CINEMARGENTINO YA TIENE MáS DE SETENTA TíTULOS PARA VER ONLINE

Una videoteca del cine independiente

La plataforma de streaming legal, declarada de Interés Cultural por la Legislatura porteña, cuenta con películas no estrenadas o de esas que desaparecen tras una semana en las salas, cortos y documentales. El plan es duplicar la cantidad de films durante este año.

 Por Horacio Bernades

Al cine argentino menos comercial hay que atraparlo con la red. O, mejor dicho, en la red. Tal vez no esté todo en Internet, pero hay como para ver un rato largo. Incluyendo películas jamás estrenadas en cine y otras de esas que después de una semana en salas desaparecen en un agujero negro. A Comunidad Zoom, online desde hace un lustro, y al sitio chileno Cinépata –dedicado al cine indie de todas partes, con preeminencia del latinoamericano– se les suma desde hace unos meses un competidor que, como su título lo indica, hace foco exclusivo sobre el cine independiente argentino. Se trata de Cinemargentino (www.cinemargentino.com), creación del equipo multidisciplinario integrado por los licenciados Rita Falcón, Martín Ramos Mejía y Sabrina Grosman.

A diferencia de los sitios mencionados, que a la posibilidad de ver pelis online suman la función de redes sociales, estimulando foros, posts y comunicación entre sus miembros, Cinemargentino –que a la fecha contabiliza 70.000 visitas de todo el mundo– se define a sí mismo como “videoteca de cine argentino”. En otras palabras, una plataforma online de cine para ver. Y nada más que para ver. Para ver en streaming, como en los otros casos: ninguno de estos sitios admite descargas. En streaming y de forma legal, como sucede también con Comunidad Zoom y Cinépata: los tres sitios cuentan con el OK de sus productores y/o realizadores para el “levante” de sus películas. El diseño de Cinemargentino es claro y sencillo. Se presentan, destacadas, sus incorporaciones más recientes y hay entradas para las tres secciones en las que el sitio se divide: ficción, documentales y cortos.

Declarado de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, Cinemargentino cuenta con setenta y pico de títulos a la fecha (el equipo directivo aspira a duplicar el catálogo de aquí a fin de año), cada uno acompañado de una breve ficha técnica y sinopsis. Como es obvio, teniendo en cuenta que el formato no cuenta con un modo de circulación regular y visible, es en el apartado de cortos donde podría decirse que los estrenos ascienden al ciento por ciento. Aunque algunas de ellas –como la notable No me ama, de Martín Piroyansky– “giraron” tanto por distintos canales que ya es casi un clásico del rubro. Sobre veintiséis títulos de producción reciente que engruesan a la fecha el catálogo de cortos de Cinemargentino, una de las que sobresalen es El juego, que no sólo estuvo en Cannes en 2010 sino que además su realizador, Benjamín Naish-tat, en días más competirá en Berlín con su primer largo, Historia del miedo.

Juan Pablo Zaramella es uno de los nombres esenciales de la animación criolla. De su cosecha, Cinemargentino incluye Lapsus, At the Opera y la premiadísima Viaje a Marte. Otro tanto puede decirse de 8cho, La nube y Champaquí, de Paulo Pécora, uno de los más activos realizadores del rubro. De la poco frecuente producción de cortos de terror (aquí y en todas partes), se destaca Dies Irae, de Pedro Cristiani. El contrabajo, de Alejo Franzetti, ganó el premio al Mejor Cortometraje en el Bafici 2008, y Escenas en el mar, de Flavia de la Fuente, se presentó, un par de meses atrás, en la última edición del Festival de Mar del Plata.

En la sección ficción pueden hallarse películas de tanta repercusión como Aballay (ganadora del premio del público en Mar del Plata 2010 y una ponchada de otros galardones otorgados por la Asociación de Cronistas y la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina), La sonámbula o El descanso, del trío Moreno-Rosell-Tambornino. Pero eso no es todo, desde ya: la sección Ficción de Cinemargentino presenta una cantidad considerable de films no estrenados. Algunas de ellos pudieron verse en el Bafici o Mar del Plata, como Vida en Marte, de Néstor Frenkel; Hoy no tuve miedo, de Iván Fund; A propósito de Buenos Aires, filmada por un colectivo de graduados de la FUC; Las pistas-Lanhoyij-Nmitaxanaxad, de Sebastián Lingiardi, o Básicamente un pozo, del grupo Humus, que se especializa en el cine para niños y al que unas ediciones atrás el festival porteño le dedicó una retrospectiva, en el marco del Baficito.

El lector difícilmente haya oído hablar de otras películas que pueden verse en Cinemargentino, como El hada buena, una fábula peronista, de Laura Casabé; Bellvile, depósito de sujetos perdidos, del grupo Hexágono; Luego, de Carola Gliksberg, o El perseguido, de Horacio Correa. El hada buena... es una fábula de ¿retroanticipación cómica?, que transcurre en una Argentina futura que intenta reponer, sin mucha memoria, el modelo del primer peronismo. Bellville... transcurre en el hotel de esa localidad próxima a La Plata, donde una chica dada a las invenciones cruza su destino con un par de pasajeros. Vista en el Bafici 2008, Luego desarrolla tres situaciones de origen vagamente teatral. En El perseguido, un escritor corto de inspiración recoge por la calle un paquete de basura, habitando a partir de ese momento una pesadilla que demuestra que imaginación no era lo que le faltaba.

En el apartado dedicado a los documentales, películas como Raymundo, Hacerme feriante, Construcción de una ciudad, Planetario, Los próximos pasados, Novias-Madrinas-15 años o Grissinopoli, para nombrar sólo algunas, pasaron por salas. Aunque, justo es reconocerlo, no permanecieron todo el tiempo que hubieran merecido. Otras como Metrópolis refundada, El fantástico mundo del crópogo, Nazión, Mono, Mundo tributo, Pablo Dacal y el misterio del Lago Rosario, Sueños de Polvorón y ¿Qué sois ahora? tuvieron en el mejor de los casos una o dos funciones en algún festival y eso fue todo. Metrópolis refundada narra la historia de la recuperación de la versión original del clásico mudo de Fritz Lang, que se daba por perdida para siempre y tuvo lugar, como se sabe, cinco años atrás, en los sótanos del Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken de la ciudad de Buenos Aires.

El fantástico mundo del crópogo pone al espectador por primera vez frente a un deporte que sólo se juega en Sierra de la Ventana, y que es una combinación de croquet, polo y golf. De allí lo de crópogo. Producto del muy activo Ernesto Ardito, Nazión es una investigación histórica de la ultraderecha criolla. Todos los documentales restantes giran alrededor de la música. Realizada en 2008, Mono, de Mauro Andrizzi y Mariano Goldgrob, expone lo que en ese momento era lo más nuevo de la escena musical local. Mundo tributo investiga el extraño mundo de las bandas tributo, que pueden tener como referentes a Los Beatles, Queen o Kiss. Dirigida por Ignacio Masllorens (autor de la recordada Alabanza a la papa, así como la reciente Martín Blaszko III), Pablo Dacal y el misterio del Lago Rosario pone a ese músico de la escena under en medio de una ¿ficción? que incluye la presencia de un misterioso monolito. Vista en el Bafici unos años atrás, Sueños de Polvorón retrata a un curioso músico lumpen de Los Polvorines, que les canta al chorizo, las empanadas y las tapitas de gaseosas. ¿Qué sois ahora? reconstruye, finalmente, la historia de ese grupo de culto que fue la desaparecida Pequeña Orquesta Reincidentes.

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Metrópolis refundada cuenta la recuperación de la versión original del clásico mudo de Fritz Lang.
 
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