“La idea es hacer un festival que no sea para eruditos sino para público en general, siempre con la intención de formar espectadores”, dice Marcela Cassinelli, directora de la Fundación Cinemateca Argentina, en referencia al Festival de Cine y Música de San Isidro, que a partir de hoy y hasta el 21 de noviembre celebra su novena edición, siempre con entrada libre y gratuita (ver detalle en recuadro). Organizado y producido por la Subsecretaría de Comunicación y Cultura de la Municipalidad de San Isidro, en conjunto con Cinemateca Argentina, el Fcmsi presenta films mudos, acompañados de música ejecutada en vivo y al aire libre. Lo cual lo convierte en único en su tipo en Latinoamérica. Además, el Fcmsi tiene la peculiaridad de cambiar de sede proyección a proyección, aprovechando el valor histórico de los escenarios que presenta esa localidad. En esta ocasión, el marco elegido para la proyección de films de Chaplin, Friedrich W. Murnau y Buster Keaton, entre otros, son los jardines del Museo Pueyrredón, la Catedral de San Isidro, la Plaza Mitre y el Paseo de los Tres Ombúes.

“En 2006 comenzamos a colaborar en los festejos de la celebración de los 300 años de San Isidro, porque uno de los aspectos que la gente recordaba de esa localidad eran los estudios de cine –recapitula Cassinelli–. Entre los años ’30 y los ’50, las instalaciones de Argentina Sono Film, Pampa Film y Emelco estaban radicadas en San Isidro, por lo cual ese año hicimos una programación con films de esas productoras, que se proyectaron en las plazas del municipio.” Tomando como modelos los festivales europeos de Bologna y Pordenone, Cassinelli le planteó poco más tarde a Eleonora Jaurigueberry, en ese momento directora de Cultura y actual subsecretaria de Comunicación y Cultura de la municipalidad de esa localidad, la idea madre del Fcmsi. Necesariamente en verano, la primera edición se realizó en diciembre de 2008, contando con el músico Santiago Chotsourian como consultor.

“El festival nació con mucho público y crece año a año –apunta Cassinelli–. Actualmente estamos llevando mil espectadores por función, lo cual no está nada mal.” Los escenarios no se eligen al tuntún: la casa de Mariquita Sánchez, por ejemplo, se destina a films de temática femenina. En esa sede se proyectará El demonio y la carne, con Greta Garbo. La Plaza Mitre es para el cine de aventuras (El sheik, esta vez), la apertura y cierre se hacen en el Museo Pueyrredón y la mítica Amanecer, de F. W. Murnau, se exhibirá en la catedral. A veces se respeta la partitura original del film (cuando se cuenta con ella) y en otras oportunidades los músicos componen una partitura propia. O lisa y llanamente improvisan en vivo. “La elección musical es de lo más variada –destaca Cassinelli–. No es sólo música clásica o jazz. Hubo veces en que se tocó heavy metal, se convocó a un dj o se ejecutó música electrónica.”

Ex director de Radio Clásica y actual director del área Música de la Unsam, Santiago Chotsourian conoció a Cassinelli en junio de 2002. En esa ocasión coorganizaron la proyección de La pasión de Juana de Arco (C. T. Dreyer, 1927) en el Teatro Colón, con su partitura original sinfónico-coral, que el músico dirigió en vivo. Participante de todas las ediciones del Fcmsi y todo un especialista en el rubro (musicalizó ya quince films mudos), Chotsourian dirigirá en esta ocasión al coro Ehrfahrung, especializado en madrigales, que acompañará la proyección de Amanecer, obra maestra de casi tres horas de duración. “Más que de acompañamiento, prefiero hablar de diálogo con las imágenes –puntualiza Chotsourian–. De hecho, los cinco coreutas y yo, al piano, nos ubicamos frente a la pantalla, como si fuéramos una pequeña tribu de adoradores de esa luz.”

El pianista y compositor Marcelo Katz es otro veterano, tanto de la ejecución de música en vivo para cine como del Fcmsi en particular. En esta ocasión le toca abrir el festival, al frente del trío Mudos por el Celuloide, que acompañará tres films de Charles Chaplin. Instrumentos: piano, saxo, arpa, flautas, percusión y... serrucho. Con la musicalización de la versión restaurada de Metrópolis como máximo antecedente en la materia, Katz optó por ver los cortos de Chaplin sin su música de acompañamiento, imaginando una composición nueva para ellos. “Es necesario trabajar temas musicales específicos para los personajes y las situaciones, y en esta oportunidad optamos por escribir una partitura, estableciendo ciertas consignas de improvisación que nos permitan hacerlo en el momento, frente a las imágenes”, señala.

La reputada pianista de jazz Paula Shocron participa del Fcmsi por segunda vez, teniendo a su cargo el “diálogo” con el legendario film alemán Gente en domingo, codirigido en 1930 por Robert Siodmak, Edgar G. Ulmer, Curt Siodmak y Fred Zinnemann y contando con Billy Wilder como uno de sus coguionistas. “Me interesa particularmente todo lo que tiene que ver con la interdisciplina. Hace unos años que estoy investigando sobre la relación entre música, danza, artes visuales, literatura, por ello agradezco toda oportunidad de participar de este tipo de eventos –apunta Shocron, que tocará piano solo y, a diferencia de sus colegas, improvisará sobre las imágenes, en vivo–. Vi la película una sola vez para no perder espontaneidad. Busco que no haya una relación a priori entre la música y las imágenes. Que sean éstas las que me sugieran la música, en el momento.” El dúo Lerner-Moguilevsky, el cuarteto de Ernesto Snajer y la Antigua Jazz Band completan la programación.