Jueves, 9 de abril de 2015 | Hoy
CINE › HOY COMIENZA UNA NUEVA Y POTENTE EDICIóN DE LES AVANT-PREMIèRES
En su selección más fuerte hasta la fecha, durante una semana se verá lo más nuevo de los hermanos Dardenne, Michel Gondry, Mia Hansen-Love, François Ozon, André Téchiné, Benoit Jacquot, Mathieu Amalric, Bertrand Bonello y Roman Polanski.
Por Horacio Bernades
En su séptima edición, Les Avant-Premières, ciclo anual firmemente instalado en la cartelera porteña, presenta su selección más fuerte hasta la fecha. La menos dominada por esa clase de comedias francesas hechas para la salida social, antes que el ritual cinematográfico. Durante una semana se verá lo más nuevo de los hermanos Dardenne, Michel Gondry, Mia Hansen-Love, François Ozon, André Téchiné, Benoit Jacquot, Mathieu Amalric, Bertrand Bonello y, faltaba más, Roman Polanski. No faltará alguna prometedora ópera prima, como Les combattants, de Thomas Cailley, o Party Girl, de Marie Amachoukeli, Claire Burger y Samuel Theis. Esta última será parte, junto a otros cinco preestrenos, de un apartado del festival que lleva un título como de sección de gran tienda: Les Avant-Premières Femme. La muestra, que como de costumbre cuenta con el apoyo de la Embajada de Francia, tendrá lugar en dos salas del complejo Cinemark Palermo (Beruti 3399), desde mañana y hasta el miércoles 15.
Desde el propio título, la película más reciente de los hermanos Dardenne practica una concentración temporal más explícita que nunca. Inspirada en un caso real, Dos días, una noche cuenta la historia de una trabajadora manual que, al regresar de una internación en un centro de salud mental, encuentra que la mayor parte de sus compañeros aceptaron una peculiar oferta de la patronal, consistente en despedir a la protagonista a cambio de un premio para los demás (que de todos modos deberán trabajar más horas). El plazo del título, y su desesperación, son las armas de las que dispone Sandra para invertir la mayoría. Si a alguien le suena como Two Days, One Night es porque así se la anunció en la última entrega de los Oscar. Ocasión en que la previamente oscarizada Marion Cotillard –que había ganado en 2008, por La vie en rose– compitió como Mejor Actriz Protagónica.
Varias de las grandes pasiones de Roman Polanski reaparecen en La venus de las pieles, metaversión de la novela homónima de Leopold von Sacher-Masoch, por la cual el ya octogenario auteur recibió un premio César a la Mejor Dirección. Como El cuchillo bajo el agua, Cul de sac, La muerte y la doncella y Perversa luna de hiel, el último Polanski pone en escena una guerra de sexos en un espacio cerrado. En los casos anteriores se armaba un triángulo; aquí la guerra –tan socarrona como en el segundo y último de los títulos mencionados– se reduce al número básico. Basada en una obra teatral, en La venus de las pieles una actriz aparentemente impresentable se presenta ante un director de teatro, que no logra dar con la protagonista perfecta del clásico del hombre que le puso apellido al masoquismo. Ella es, claro, la señora Polanski, esa actriz sorprendente y subvalorada que es Emanuelle Seigner. El, Mathieu Amalric, tal vez el mejor actor francés contemporáneo. Tratándose de Polanski, se previene al macho en cuestión del fuerte riesgo de convertirse en pelele de la hembra.
Hablando de Amalric, como se sabe el hombre también dirige. Por ejemplo, la notable Tournée, paráfrasis no acreditada de la cassavetiana The Killing of a Chinese Bookie (y de la ferrariana Chelsea Girls, ya que estamos), que tres años atrás pasó por aquí desgraciadamente semiinadvertida. Ahora el actor de Reyes y reina y La escafandra y la mariposa, entre otras, vuelve a la carga con El cuarto azul, donde se reserva una vez más el protagónico. Basado en el relato anónimo de Georges Simenon –uno de los autores de policiales más veces adaptado en la historia del cine–, este policial pesadillesco es tan obsesivo y alucinado como suelen ser los papeles de Amalric. Ganadora de dos premios en Cannes 2014, en El cuarto azul el protagonista pasa del éxtasis sexual en una habitación de alquiler a una comisaría. Allí deberá responder, como en un mal sueño, a un interrogatorio por asesinato.
Culminación del lirismo dadaísta de Boris Vian, La espuma de los días conocía una versión previa, ni muy recordada ni muy recordable. Habrá que ver si en esta ocasión Michel Gondry logra ir más allá del gimmick surreal y conectar con el otro término de la ecuación. Para algunos, la previa Soñando despierto –aquélla en la que Gael García Bernal hacía lo propio en presencia de Charlotte Gainsbourg– mueve a suponer que sí, mientras que para otros es exactamente al contrario. La presencia de la inefable Audrey Amélie Tautou en el papel de Chloé, la enamorada que enferma de un nenúfar pulmonar, genera prevención en los más escépticos. Conocido en Argentina por sus papeles en Piso compartido y El latido de mi corazón, el mandibular Romain Duris encarna, a su turno, al bon vivant Colin, romántico y jazzero.
En Eden, Mia Hansen-Love (de quien aquí se estrenó la magnífica El padre de mis hijos) retrocede hasta los años ’90, narrando los años de oro de la música electrónica francesa. El protagonista y su mejor amigo, ambos DJ, crean un grupo de lo que se conoce como garage music del género –variante totalmente casera, hecha con un par de bandejas, unas perillas y una compu– alcanzando la cima del house y viajando de rave en rave, entre scratches y pastillas de éxtasis. Después de la cima sobreviene, inevitablemente, la caída, aunque Hansen-Love narra incluso los momentos de euforia con una pátina de melancolía. Como si el fin de esa época se adivinara o presintiera ya en el momento en que la ola sube. La otra curiosidad es que el protagonista parecería carecer de relieves, como la propia música que se oye, que es como un continuum sin accidentes.
La película 2014 de François Ozon (como se sabe, el realizador de la reciente Joven y bella filma a un promedio de una por año), Une nouvelle amie lo muestra en su faceta más picantona. La muerte de una chica joven deja en estado de duelo a su esposo, a su mejor amiga y a la película misma, que a los pocos minutos de iniciada parece sumirse en el luto más triste. Sale de él por una ventana impensada, cuando la amiga de la difunta descubre que el viudo elabora su duelo como quien incorpora no sólo la personalidad sino hasta el género de su ex. De allí en más, el melodrama fúnebre da paso a la más lúdica comedia de equivocaciones trans.
Aunque en Argentina se lo conozca por un par de películas (La escuela de la carne, 1998; Villa Amalia, 2009), Benoit Jacquot va para los 70, con una carrera próxima al medio siglo y una obra de más de veinte películas hasta la fecha. Previa a su recién estrenada nueva versión de Diario de una camarera, 3 corazones dibuja, como el título lo indica, la clásica figura del triángulo, con Chiara Mastroianni y Charlotte Gainsbourg como sus dos vértices femeninos. Catherine Deneuve hace de mamá de su hija Chiara, lo cual no es la primera vez que sucede. Las críticas del exterior loan la vivaz elegancia del film de Jacquot.
La Deneuve protagonizó, en los ’80 y primeros ’90, varios de los films de mayor reconocimiento de André Téchiné. De a poco, sin embargo, el realizador de Hôtel des Amériques, Toda una mujer y Mi estación preferida fue desapareciendo de la cartelera local. L’ homme qu’on aimait trop vuelve a reunirlo con su actriz favorita en una historia de negocios, lazos familiares y relaciones mafiosas, con la étoile nacional francesa como dueña de un casino mediterráneo. La obra de Bertrand Bonello es conocida en Argentina sobre todo gracias al Festival de Mar del Plata, que en 2011 presentó en Competencia Internacional la muy personal L’Apollonide, y al año siguiente una retrospectiva completa de quien ahora regresa con Saint-Laurent, biopic sobre los años de gloria de uno de los modistos más célebres del mundo. Según las referencias, la misma delectación con que Bonello observaba el día a día de las películas de una maison close reaparece aquí, en un retrato lleno de promiscuidad y amores secretos.
Dos son las óperas primas más llamativas de esta edición de Les Avants-Premières. Retrato de una sesentona amante de las fiestas y los galanes, Party Girl ganó la Cámara de Oro en Cannes 2014. En el mismo festival, en la prestigiosa Quincena de Realizadores, ganó tres premios Les Combattants, debut de Thomas Cailley que recuperaría para el cine, según algunas referencias, la vitalidad casi adolescente de ciertos films icónicos de François Truffaut. Les Avants-Premières se completa con dos films de femmes auteurs (Un castillo en Italia, de la siempre imprevisible Valeria Bruni Tedeschi, y Mis días felices, de Marion Vernoux, con Fanny Ardant) y con, sí, tres de esas comedias ideales para “sacar a pasear a la patrona”: Entre tragos y amigos, Tu veux ou tu veus pas y Les yeux jaunes des crocodiles. Comedias sin las cuales Les Avants-Premières no sería Les Avants-Premières.
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