“Attaque es una banda que tiene menos reconocimiento del que merece y mi aporte fue hacer esta película.” Así, sin tibieza, Nicky Pintos se refiere a Más de un millón, el documental sobre la clásica banda ¿punk? que lo tiene como director y que se verá hoy a las 20 en el festival Ciudad Emergente (Centro Cultural Recoleta, Junín 1930). “Siento que lo merecían más que muchas otras bandas, que tuvieron y que todavía tienen más difusión que ellos”, se enamora. Y es cierto: con casi treinta años de carrera, Attaque 77 es una de las pocas bandas nacidas a finales de los ’80 que, con continuidad, todavía sobreviven. Aun con un contrato discográfico, el trío conformado por Mariano Martínez, Leonardo de Cecco y Luciano Scaglione siempre conserva cierto espíritu “a contramano”, reflejado en la elección de no repetir fórmulas hiteras, hacer versiones acústicas de himnos punks y en el hecho de elegir seguir siempre adelante... incluso cuando todo indicaba que el final estaba cerca.

Aunque Pintos no lo vio, es posible encontrar algunos paralelismos entre Más de un millón y Twenty, el documental sobre Pearl Jam dirigido por Cameron Crowe: ambos son amigos de las bandas y conocen a sus integrantes desde siempre, ambos consiguieron acceso ilimitado al grupo, a sus ex integrantes y a su círculo íntimo; y ambos parecen ser un regalo hacia cada una de las bandas. “Está hecho con todo el amor que pude”, reconoce Pintos. La película tiene mucho color, sin apelar casi a imágenes de archivo y sin llegar al backstage. “No me interesaba mostrar eso, que se ve en muchos documentales, porque tiene más que ver con cuestiones profesionales, y a mí me interesaba el plano personal. Quería que el fan o el seguidor de Attaque, e incluso el que no conoce a la banda, pudiera escuchar la historia contada por ellos mismos de una manera íntima y cercana”, explica el director. “Ciro (Pertusi) cuenta por qué dejó la banda, pero lo hace de una manera natural, que hace que la gente disfrute de esa comodidad.”

Si bien la historia del grupo es más o menos conocida para sus fans, la principal virtud de Más de un millón –de exactos 77 minutos de duración– está en la construcción del relato, hecha desde el presente y con una mirada actual, hacia el pasado. Que no haya material de archivo no sólo pasa porque la banda surgió en una época en la que las filmaciones caseras casi no existían, sino también por una decisión artística: “A pesar de que ver algunas cosas me generó cierta nostalgia, el documental pretende ser antinostálgico”, admite Pintos. “Hubiera sido abusar de un recurso que no siempre se justificaba, porque muchas imágenes son conocidas, no aportaban, y la verdad es que no tenía ganas de que la gente dijera ‘Uh, esto ya lo vi en YouTube’”, redondea.

La solidez narrativa del documental, entonces, está en sus protagonistas: los miembros actuales de la banda, Ciro Pertusi (su vocalista histórico), Federico Pertusi (el cantante original, siempre reacio a aparecer), Andrea Alvarez (invitada habitual y parte de la familia ampliada del grupo), Juanchi Baleirón (el productor de El cielo puede esperar, su primera explosión), Mario Pergolini, Lalo Mir, Eduardo de la Puente, Adrián “Chino” Vera (ex bajista), Daniel Caffieri (miembro fundador y tío de Mariano), Vitico, los Die Toten Hosen con un saludo a la distancia y demás amigos cercanos y gente que trabajó con la banda en sus diferentes épocas. No sobran, no faltan.

Con paisajismo, poesía, breves clips y música del propio Mariano Martínez, Más de un millón aporta una mirada distinta a la cultura de los documentales argentinos de rock, acostumbrada a compilar imágenes y sumar algunas voces, que nunca son todas. Un choque de estilos similar al que ocurrió cuando, hace casi treinta años, Pintos conoció a Martínez: “Nos conocemos desde chicos, mismo barrio y misma cuadra, aunque con puntos de vista muy distintos: él era punk y yo era new romantic”, ríe. “Fue como un choque de culturas muy interesantes. Después de años de no vernos nos cruzamos en 2012 y ahí surgió la idea de hacer algo juntos. Mi mayor anhelo es poder exhibirla en cada país y lugar donde Attaque tenga llegada, a cambio de un alimento o algo así, y que eso sirva para ayudar; y que después hagan lo que quieran con ella, que vaya al cine o al DVD (el film se estrenó durante el último Bafici). Después de todo la función del arte es mejorar un poquito la vida de la gente, de la manera que sea, ¿o no?”