Miércoles, 3 de febrero de 2016 | Hoy
CINE › JUDD APATOW HABLA DE SU PROGRAMA LOVE, QUE ESTRENARá EN NETFLIX
El director, productor y guionista detrás de éxitos como Ligeramente embarazada y Esta chica es un desastre tiene lista una serie sobre dos treintañeros recién regresados a la soltería.
Por Jane Mulkerrins *
“Casi todo lo bueno que ha sucedido en mi vida es el resultado de ser malo con las mujeres”, dice Judd Apatow. Pero se puede sospechar que esta usina de comedia de Hollywood no es completamente sincera. Después de todo, él lleva casi diecinueve años casado con la actriz Leslie Mann. Así que debe haberle ido bien por lo menos con una. “Eso es todo lo que hace falta”, dice con una mueca. Sea verdad o no, las complicaciones románticas han sido el centro del trabajo de Apatow, desde su programa televisivo de culto Freaks and Geeks hasta éxitos cinematográficos como Ligeramente embarazada, Virgen a los 40 y Esta chica es un desastre, del año pasado, o la serie de HBO Girls, de la que es productor ejecutivo y guionista junto a la creadora Lena Dunham. Después de esta entrevista, en Los Angeles, Apatow va a juntarse con Dunham en el salón de gruionistas para comenzar a darle forma a la sexta y final temporada de la ese programa, que podrá verse a principios de 2017. “Hay un final natural para el programa porque los personajes ya están cerca de los 30. Pero no tengo interés en terminarlo”, admite con el ceño fruncido. “No poder llenar mi mundo con llamados de Lena es un pensamiento increíblemente triste.”
Pero más lo apremia el lanzamiento de su nuevo proyecto para la pantalla chica, llamado simplemente Love, que trae al frente los temas del corazón: desde el 19 de febrero, a través de Netflix, la serie sigue a dos treintañeros recién regresados a la soltería, Gus (Paul Rust) y Mickey (Gillian Jacobs), mientras se mueven en las agitadas aguas del mundo de las citas en el enclave hipster del este de Los Angeles, al tiempo que se conocen el uno al otro.
Love es “menos autobiográfica” que algunos proyectos anteriores, dice Apatow. “Pero he estado en situaciones que no son completamente diferentes a ésta, en términos de ser el tipo que hace sentir bien a los demás, como el personaje de Paul, y querer hacer lo correcto, pero estar muy enojado por debajo.” En los primeros cinco (de diez) episodios, parece una oferta más amable y menos provocativa que Girls, aunque Apatow promete que se pondrá gratificantemente oscura y rara. La premisa inicial del programa fue, según dice, “¿Qué pasaría si Ligeramente embarazada fuese una serie?”. En el estilo tradicional de las comedias románticas, el film terminó en el punto en que sus dos protagonistas finalmente se convierten en pareja. “Pero, ¿qué sucedería si pudiéramos mostrar el día siguiente, y el siguiente, y cómo funcionó esa relación?”, se preguntó.
“Cuando estás en una relación, durante el primer año medio que escondés quién sos... Después, de a poco, la otra persona se da cuenta, y en su mayor parte no se ponen felices con eso. Y entonces tenés que decidir si querés remediarlo, desarrollarlo o escuchar sus quejas. Me parece que cada etapa de eso es realmente interesante”, dice Apatow, quien también es, según confiesa, un “adicto a la autoayuda”. “Creo que una de las razones por las que mis películas son tan largas es porque siento que hace falta más tiempo para explorar a los personajes y todas sus altas y bajas. Así que la idea de hacer un programa con Netflix es como hacer una película de cinco horas, lo cual es mi sueño.”
Cuando crecía en Long Island, Nueva York, sueño inicial del joven Apatow era hacer stand up, y en su adolescencia consiguió un trabajo lavando platos en el Long Island East Side Comedy Club. A los 15, empezó a entrevistar a comediantes exitosos y emergentes, incluidos Howard Stern, Steve Allen, John Candy y Jerry Seinfeld, a quienes les preguntaba sobre su oficio. “Llamaba a sus agentes de prensa y no les daba un detalle importante: que era un radio de escuela secundaria”, se ríe. “Y entonces iba con mi grabadorcito y los entrevistaba.” Algunas de esas antiguas conversaciones, junto con otras más recientes con gente como Louis C K, Jimmy Fallon y Miranda July, están reunidas en el libro de Apatow Sick in the Head, de próxima publicación.
¿Qué aprendió de esas entrevistas juveniles? “Lo principal fue que lleva mucho tiempo”, responde. “Cuando sos joven, querés tener éxito enseguida. Pero me decían que llevaba diez años encontrar tu voz como comediante de stand up. Eso cambió mi reloj. Así que a los 17 pensé ‘ok, voy a tener éxito a los 27’”. Empezó a hacer stand up por las suyas, después se mudó a Los Angeles para estudiar guión, pero abandonó en su segundo año, y se mudó a un departamento con Adam Sandler, a quien había conocido en Improv, un lugar de stand up de Hollywood. “Trabajé gratis para HBO durante uno o dos años, y con el tiempo ganaba 200 dólares por semana mientras hacía stand up por la noche”, recuerda. “Así que entiendo esa fase de tu vida en la que tratás de hacer lo que querés y no trabajás demasiadas horas en eso que odiás”. De hecho, aunque ahora sólo le faltan un par de años para los 50, Apatow dice que se siente en la misma onda que los personajes millenials –y el equipo detrás– de Girls. “La única tensión que tuve con Lena fue cuando la llevé a ver a The Who, empezó a mandar mensajes en la mitad del show y casi me volví loco”, recuerda.
Mientras, ha apoyado a muchos talentos prometedores en Hollywood, desde Seth Rogen hasta Dunham, y, más recientemente, a la guionista y estrella de Esta chica es un desastre, Amy Schumer. El film y ella son notorias ausencias en las nominaciones para los Oscar, pese a las críticas laudatorias. Apatow intenta sonar optimista, pero no puede esconder del todo su frustración. “Creo que cuando la comedia está bien hecha parece no demandar esfuerzo, mientras que ellos nominan cosas que parecen ser muy trabajosas. Tipo ‘guau, ¿cómo hizo que el oso haga eso?’. Y la gente tiende a ver performances agitadas como más valiosas y más complejas. Pero lo que hizo Amy es tan difícil como eso”, concluye. ¿La próxima persona asignada al estrellato apoyado por Apatow? La coestrella de Dunham en Girls, Andrew Rannells, con quien está en los primeros pasos de un proyecto fílmico.
Sin embargo, no todos los colaboradores de Apatow han sido admiradores suyos. El cineasta Mike White, con quien coescribió Freaks and Geeks, confesó haber sentido “desencanto” por los films posteriores de Apatow, “objetando su forma de tratar de mujeres y gays”, mientras que Katherine Heigl, estrella de Ligeramente embarazada, admitió que a ella misma la película le parecía “un poco sexista”. De hecho, la forma de tratar a las mujeres en sus películas es algo que le ha llamado la atención a los críticos incluso en Esta chica es un desastre. Muchos objetaron el título, que se refiere al hedonista personaje de una periodista que encarna Amy Schumer. ¿Es ése el modo justo de referirse a una mujer que disfruta de un trago y de un sitio de sexo casual? “Después de Virgen a los 40, me pregunto ¿qué es esto?”, dice. “Girls. ¿De qué se trata el programa? De chicas. Esta chica es un desastre. ¿Qué es ella? Es un desastre”. Hora de poner el freno. “Creo que lo que tratamos de decir fue que ella tiene ciertos mecanismos de defensa para lidiar con el hecho de que era muy infeliz... No creo que ella amara beber o las citas de una noche; simplemente creo que era muy inmadura”.
¿Podría durar mucho Apatow como misógino viviendo –como lo hace– con Mann y sus dos hijas, Iris (de 13 años) y Maude (18)? Todas ellas han aparecido en sus películas. “Básicamente, vivo con tres edades de la misma mujer”, bromea. Pero, ¿es él, como han dicho algunos, en términos generales, un conservador que crea historias en la que la gente debe terminar casada, o al menos en relaciones largas, para ser denominada exitosa y feliz? “No apoyo que la gente termine sola”, se ríe. “No es mi instinto. No creo que sea un valor conservador pensar que la mayoría de la gente quiere encontrar el amor y la felicidad; creo que es simplemente un valor humano”.
En su defensa, quienes ponen el dinero también deberían recibir algo de las críticas. “Muchas relaciones terminan de modo raro o poco agradable, pero las películas se construyen para un tercer acto que crea alguna clase de solución”, lamenta. “La gente se preocupa si un film no tiene final feliz, entonces la taquilla no será suficientemente grande. Eso elimina un montón de posibles finales... y eso es lo que está bueno de lo que está pasando en el cable y los servicios de streaming: no tiene que tener final feliz”.
Mientras tanto, todavía no tiene siquiera el comienzo de su próxima película, según dice, aunque hay un aspecto de su trabajo que puede garantizar. “Siempre voy a escribir sobre gente que es un desastre”, asegura. “La gente ordenada no es graciosa. Queremos verla en la vida, por no en las películas”.
* The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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