Miércoles, 3 de febrero de 2016 | Hoy
DISCOS › EL DISCO CONJUNTO DE CAETANO VELOSO Y GILBERTO GIL
Publicado como doble CD y en una versión aumentada por el DVD, el registro de la gira de los dos gigantes de la música brasileña es un perfecto retrato de ese clima casi de sobremesa.
Por Karina Micheletto
Dos amigos, un siglo de música. El título redondo que Caetano Veloso y Gilberto Gil le dieron al concierto de reencuentro con el que recorrieron el mundo durante el año pasado –y con el que también pisaron estas tierras– calza justo también para este material, el registro de aquellos conciertos, disponible en una edición de CD doble, o en una cajita triple que suma las imágenes del show. Ni más ni menos, es decir mucho, es lo que suena en esta juntada que representa una parte importante de la historia de la música de este continente, que se presenta también como la celebración de cincuenta años de carrera para estos creadores, amigos entre sí. Y que tiene el plus no menor de esa condición de intimidad y cercanía que propician las relaciones de amistad. Porque, solos con sus guitarras, cantando casi como en una sobremesa –particularmente en algunos tramos del registro–, Veloso y Gil logran hacer sentir a quien los escucha también en cierto modo como un amigo, uno de los invitados a esa sobremesa.
La edición respeta casi fielmente el orden de los temas tal como los brasileños los fueron repitiendo en los conciertos, partiendo de “Back in Bahia”, aquella canción con la que Gilberto Gil habla de un exilio que es parte de la historia que compartieron los dos protagonistas. Revisando la extensa lista de las canciones propuestas en el recorrido del show, no parece casual que ese fuera el punto de partida para un concierto que abarcó literalmente toda la historia de los emblemáticos integrantes del Tropicalismo. Incluyendo, claro, varias referencias a aquel otro tour que los llevó de gira por el mundo, veinte años atrás, al que llamaron Tropicália, como aquel disco. Y a Tropicália 2, que grabaron por la misma época, para celebrar los veinticinco años de ese disco fundacional del modernismo brasileño. Aquí vuelve a sonar “Desde que o samba é samba”, una de las canciones más redondas y profundas del mundo (no hay modo de matizar la opinión en este punto), que Veloso y Gil ya habían grabado juntos en el disco A bossa de Caetano, pero pasada por este formato de guitarreada.
La celebración de estos cincuenta años de música incluye otros hitos propios como “Coraçao vagabundo” o el manifiesto existencial de Gil “Não tenho medo da morte”, hasta la muy reciente “As camelias do quilombo do Leblon”, que según contaron en el concierto compusieron durante esta gira. Y también versiones de fogón como las de “Nossa gente (Avisa lá)”, que hizo Roque Carvalho y volvió mundialmente famosa Olodum, o “E luxo só”. Suenan canciones en español, como el bolero “Tres palabras” –en una brillante interpretación solista de Gil– o la “Tonada de luna llena”, del venezolano Simón Díaz, que marcó toda una etapa de Veloso, y que también es su momento de lucimiento personal. Y hasta la italiana “Come prima”, que Veloso ya había versionado.
En los temas que eligen hacer solos o en los muchos que comparten, los dos amigos siguen sorprendiendo por sus cualidades vocales, también por el acompañamiento de guitarras. Ambos con 73 años, en un formato como éste, que los hace sonar más expuestos, y con la sencillez de una guitarreada, siguen sorprendiendo. En el caso de Caetano, de un modo tan opuesto al que lo trajo en sus últimos conciertos, con su eléctrica BandaCê.
Materializado en un disco, a la edición bastante básica en cuanto a arte de Sony le falta estar a la altura de la mística del show que registra. O, al menos, de lo que el consumidor debe oblar para acceder al viejo CD en mano (590 pesitos con el DVD, 390 con los dos discos). Si es que alguien considera que vale la pena seguir haciendo discos.
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