No son festivales ni salas convencionales. No tienen los estrenos más rimbombantes, aunque más de una vez son el único refugio para el estreno de ciertas producciones. Tampoco tienen la difusión que viene naturalmente con el ritmo festivalero, pero suelen ser un espacio ideal para ver el cine que se pasa por alto en otros circuitos. Son los ciclos de cine, que hay a montones en todo el país y que llevan películas y documentales allí donde quizás ni siquiera hay una pantalla. Y los ciclos, ahora, tienen su propia red: Pantallas emergentes, que se presentará esta noche a las 21 en el Teatro El Mandryl (Humberto Primo 2758) que reúne a cinco colectivos de amantes del séptimo arte. Una “cofradía de ciclos independientes donde se exhibe el cine que busca explorar los márgenes de las salas convencionales”, destacan en el anuncio inicial la gente de Cinema Scope, Mondo Trasho, La Nave de los Sueños, Muere monstruo muere y el ciclo de cine de Sadem Art de Toronja Producciones. La movida se suma a otras que el cine autogestivo nacional viene generando en el último tiempo, como la conformación de Rafma (Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales) el año pasado.

“Cuando uno está haciendo algo y ve a otros haciendo más o menos lo mismo, se junta para potenciarse”, reflexiona Daniela Pereyra, integrante del colectivo La Nave de los sueños y parte de la iniciativa. Las charlas para concretar la red nacieron el año pasado, cuenta, y este año terminó de tomar forma. “Ahora hacemos la presentación oficial y nuestro objetivo es potenciar y dar más fuerza a lo que hacemos y a un cine al que no siempre es fácil acceder”, señala.

“Los ciclos de cine tienen toda una historia en Argentina, como por ejemplo con el cine club Núcleo, pero últimamente fueron surgiendo muchos de estos espacios alternativos, que no necesariamente tienen su lugar en una sala de cine, sino que su esencia es otra, que implica juntarse con los realizadores y fomentar un encuentro con el público”, celebra la consultada por Página/12. Pantallas Emergentes destaca en un comunicado que los ciclos cumplen una “enorme tarea de puesta en valor de obras que el circuito comercial no advierte, pasan fugazmente o nunca llegan a estrenarse” y se hermana con el trabajo de muestras, cineclubes y festivales de distinto tipo.

Si bien reconocen que la situación general es desfavorable, los integrantes de la red no bajan las banderas. “Aunque nos encontremos con todos estos ajustes y recortes que también llegan a la cultura, el espíritu de los ciclos siempre es hacerse contra viento y marea, con distintas adversidades”, se planta Pereyra. “Estamos acostumbrados a encontrarnos con obstáculos, pero por suerte también con muchos gestores culturales que siempre están ávidos de estas manifestaciones”. Contra los peligros que acechan a la cultura, sus miembros contraponen el esfuerzo colectivo como salida.

“Por ahora estamos pensando en hacer presentaciones una vez al mes, porque cada ciclo tiene sus fechas propias”, anticipa Pereyra. “También le estamos dando forma a una jornada de cine, unas 24 horas a puro cine con la idea de contrarrestar el apagón de pantallas”, se entusiasma pensando en cortos, charlas y talleres con la nutrida movida independiente y autogestiva del cine argentino. “La idea es hacer algo bastante importante para ver si lo podemos replicar en otros lados”.

Durante la presentación de esta noche, que oficiará también de primer encuentro público, la Red preestrenará el documental El sistema Gorevision Cine Z, micropolítica y rocanrol, de Valentín Javier Diment, junto con una selección de cortos de cada uno de los espacios que integran la red y algunas intervenciones sonoras sobre “joyas” del cine. “Cada ciclo va a presentar algo chiquito suyo para que quien no los conozca pueda ver lo que hacen”, señala Pereyra. “El Sistema Gorevisión es una película que resume el espíritu de la red, un documental sobre el tipo de cine que estos chicos hacen y del modo en que lo hacen, es muy representativo de ese tipo de cine, pero también del espíritu de los grupos que conforman la red”, destaca Pereyra.

Gorevisión es una productora de cinco amigos que filmaron una veintena de películas eminentemente contraculturales, que “se reparten en dos bandas icónicas del metal y el punk underground, vendieron sus películas a Incaa TV, los Estados Unidos, y hasta fueron pirateados por manteros chinos”. La gente de la Red Pantallas Emergentes destaca que “filman sin presupuesto, en general sin guión, pero tienen un sistema formal y pragmático desarrollado y contundente”. El documental los sigue durante la realización de Los superbonaerenses (estrenada en uno de los últimos festivales Buenos Aires Rojo Sangre).

La red Pantallas Emergentes está integrada por cinco ciclos de cine. Cinema Scope Presenta, que se expande desde el universo radial e impulsa producciones locales independientes y rescata a las caídas de la cartelera por el embate de los “tanques” internacionales. Mondo Trasho busca visibilizar “las expresiones cinematográficas marginales”, homenajea en su nombre a John Waters y rescata “películas que quizás vimos en nuestra niñez, que nos marcaron y que nos parecen poco valoradas”. Muere Monstruo Muere busca “emular los viejos livings de casa”: pizza, cine bizarro, videojuegos, clase B nacional y films del 70 al 90 son su sello. La Nave de los sueños genera intercambio entre distintos participantes del mundo audiovisual y lleva largo tiempo moviendo el avispero con distintas acciones. El año pasado publicaron Latidos, un panorama de la producción local independiente. Finalmente, los muchachos de Toronja Producciones realizan un ciclo en el espacio Sadem Art y celebran sus “Fiestoronjas”.